Punto de ebullici¨®n

El 15 de febrero, en la piscina de la Universidad de Misuri, en la ciudad de Columbia, comenzaron a observarse los primeros sucesos extra?os bajo el agua. Todo empez¨® con dos rubias. La primera, Natalie Coughlin, la mu?eca sonriente de Vallejo (California). La segunda, Kristy Coventry, la patriota de Zimbabue, m¨¢s p¨¢lida que una vela. Las dos batieron el r¨¦cord del mundo ese d¨ªa. Coughlin, en los 100 metros espalda; Coventry, en los 200. Lo hicieron embutidas como salchichas en un ba?ador nuevo. Un mono dise?ado por la NASA que se envuelve al cuerpo comprimi¨¦ndolo, haci¨¦ndolo menos resistente al agua, y elevando la l¨ªnea de flotaci¨®n. Desde entonces se han batido 24 r¨¦cords del mundo. La ola no tiene precedentes. Adem¨¢s de destacar la influencia del ba?ador, los expertos dan razones t¨¦cnicas, fisiol¨®gicas y de metodolog¨ªa del entrenamiento. Algunos de ellos, pidiendo el anonimato, no descartan el uso de drogas ilegales. Como dijo un viejo entrenador universitario estadounidense: "Estoy convencido de que muchos est¨¢n usando la hormona del crecimiento. De momento, es indetectable".

Habr¨¢ plusmarquistas mundiales en 29 de las 32 finales individuales

Con ayudas o sin ellas, el Centro Acu¨¢tico Nacional de Pek¨ªn alberga el presunto campeonato ol¨ªmpico m¨¢s r¨¢pido, m¨¢s disputado y m¨¢s completo. Alan Thompson, el jefe de entrenadores de Australia, dirige a una de las potencias que han puesto la piscina en ebullici¨®n. Ayer se paseaba por El Cubo de Agua con aire de mariscal. "Los ba?adores son buenos, pero no creo que sean la raz¨®n principal de los r¨¦cords. Lo esencial son los entrenamientos", dijo.

Los argumentos de Thompson no explican el dramatismo de la estad¨ªstica. Nunca la nataci¨®n llega a unos Juegos con tanta gente tan r¨¢pida. En 29 de las 32 finales individuales habr¨¢ nadadores en posesi¨®n del r¨¦cord mundial. En 14 de ellas habr¨¢ m¨¢s de un plusmarquista por prueba. Durante los Juegos de Atenas, la reuni¨®n de Thorpe, Van den Hoogenband y Phelps llev¨® al deporte hasta cotas desconocidas. El campeonato se anunci¨® como el mejor de todos los tiempos. Antes del torneo, siete nadadores batieron nueve r¨¦cords del mundo en siete pruebas diferentes. Parec¨ªa un registro insuperable. Pero este a?o 14 nadadores han batido 24 r¨¦cords en 14 pruebas.

Thompson dirige a tres de estos 14 plusmarquistas: Stephanie Rice, Libby Lenton y Eamon Sullivan. Los tres usan el nadador de Speedo. El director t¨¦cnico de Espa?a en los Juegos de Atenas, Carles Subirana, discrep¨® ayer de Thompson, mientras segu¨ªa el entrenamiento de Mireia Belmonte en el Cubo de Agua: "Estad¨ªsticamente, hay un dato: de los 24 r¨¦cords mundiales que se han batido, s¨®lo el de Federica Pellegrini en 400 libre no ha sido con el ba?ador nuevo. Este ba?ador te ayuda a mantener la posici¨®n del cuerpo alta durante m¨¢s tiempo".

Francia tambi¨¦n vive su esplendor. El jefe de la expedici¨®n, Claude Fauquet, contempla orgulloso a sus plusmarquistas, Laure Manaudou (400 libre) y Alain Bernard (100 libre). Lo piensa un minuto y expone: "Hay tres razones. Una es psicol¨®gica, otra es el ba?ador y otra es la eficacia con que est¨¢n nadando los estadounidenses. Psicol¨®gicamente, cuando uno o dos nadadores se convencen de que es posible bajar los tiempos, generalmente se pican y al final lo logran. Esto ocurre sobre todo con Bernard, Levaux y Sullivan en los 50 y en los 100 libre, con Peirsol y Lochte en las carreras de espalda y con Phelps y Lochte en los 200 estilos. En las carreras femeninas la competencia se centra en la espalda y los estilos. Rice, Hoff, Coventry, Coughlin y Manaudou han llevado la nataci¨®n al futuro".

"El ba?ador", prosigue Fauquet, "es m¨¢s importante en las mujeres porque tienen m¨¢s nivel de grasa que los hombres. Les comprime las caderas y los pechos y las ayuda a deslizarse mejor". "Hay una tercera raz¨®n puramente t¨¦cnica", agrega Fauquet; "el equipo de Estados Unidos ha conseguido aumentar notablemente la distancia recorrida por cada ciclo de brazada en todos los estilos. Los movimientos son cada vez m¨¢s eficaces. El uso del v¨ªdeo subacu¨¢tico desde hace a?os ha mejorado muchos detalles biomec¨¢nicos".

Fernando Canales es el ayudante t¨¦cnico de los Wolverines, el equipo de la Universidad de Michigan en el que nadan Michael Phelps y Peter Vanderkay: "No recuerdo una ¨¦poca como ¨¦sta en mis 32 a?os de experiencia. Lo atribuyo al perfeccionamiento de los entrenamientos gracias a la ciencia. La nutrici¨®n mejora las pr¨¢cticas proporcionando alimentos durante el ejercicio. Con la fisiolog¨ªa, calibramos los entrenamientos de forma espec¨ªfica para cada nadador, seg¨²n sus condiciones musculares, cardiovasculares... Tambi¨¦n es fundamental la atenci¨®n al estado espiritual del atleta con t¨¦cnicas de relajaci¨®n, como el yoga. Finalmente, la fisioterapia ayuda a recuperarse mejor tras el esfuerzo. En Michigan, por ejemplo, empleamos mucho los ba?os helados para recobrar los m¨²sculos. Phelps, al principio, no los quer¨ªa. Ahora ruega por ellos".