"No notaba las piernas"
La holandesa Inge de Bruijn, con ocho medallas en su historial, analiza el debut de Mireia Belmonte, que bate el r¨¦cord de Espa?a de 400 metros estilos, pero acaba fuera de la final tras un magn¨ªfico arranque
El ¨²ltimo viraje dej¨® a Mireia Belmonte dividida entre la magia de un momento grande y el ¨¢cido dolor del cuerpo diciendo "para". Lleg¨® Belmonte a la ¨²ltima recta marcando tiempos desconocidos para las nadadoras espa?olas, olfate¨® unas pocas estelas por delante y, entonces, sufri¨® el descalabro. "No notaba las piernas", dijo luego; "era imposible que el coraz¨®n me fuera m¨¢s r¨¢pido. Luch¨¦ todo lo que pude". La espa?ola, de 17 a?os, acab¨® quinta de su serie de los 400 metros estilos, 14? en total, y con r¨¦cord de Espa?a (4m 37,91s). Su carrera, sin embargo, adquiri¨® el sabor de un pecado de inocencia. Belmonte, que debuta en unos Juegos, sobresali¨® en la mariposa y la braza, malvivi¨® en la espalda y se apag¨® en el crol. Fue de m¨¢s a menos. Dej¨® una carrera emocionante y la duda de si no pagar¨¢ su entrega. Cuidado con los sobreesfuerzos, dicen las nadadoras veteranas. Los Juegos son agua empantanada.
Sobresali¨® en mariposa y braza, malvivi¨® en espalda y se apag¨® en crol
"Una nadadora necesita confiar en lo mental", dice De Bruijn
La espa?ola, de 17 a?os, acab¨® quinta de su serie y 14? en total
"No se pueden comparar con nada", razona tras comerse una manzana la holandesa Inge de Bruijn, Invencible Inky , ganadora de cuatro oros, dos platas y dos bronces ol¨ªmpicos; "trabajas dur¨ªsimo durante cuatro a?os y desaprovechar todo eso justo antes de la competici¨®n es un desastre. Es lo que hice yo en los Juegos de Barcelona 1992. Fui una turista. Intentaba hacerme fotos con el rey Juan Carlos, saltaba sobre sillas para lograrlo y persegu¨ªa a Boris Becker para fotografiarme con ¨¦l. Cuando entr¨¦ en la piscina, ya estaba cansada. Mi concentraci¨®n estaba en otro lugar".
No parece el caso de Belmonte, que ahora competir¨¢ en los 200 estilos y los 200 braza. La nadadora vivi¨® los proleg¨®menos observando c¨®mo la piscina bull¨ªa con el desorden de una cincuentena de competidores calentando de lado a lado. Llevaba su I-pod rosa pegado al ba?ador, agarrado de no se sabe d¨®nde. Atron¨® el ruido de los altavoces. Y frente a sus ojos se desplegaron las ¨®rdenes de Carles Subirana, su entrenador, siempre atado a un cron¨®metro y a un papel arrugado. Desde ese momento, la badalonesa cumpli¨® paso a paso uno de los consejos de De Bruijn, que la observ¨® con su rubia melena desde la grada: "Hay que centrarse en una misma. S¨®lo en la carrera de una. No en las rivales. ?se es mi consejo para una joven nadadora".
Y eso es lo que hizo Belmonte. Con la plusmarquista Kattie Hoff en su misma serie y sabiendo que la estadounidense Beisel, de 16 a?os, hab¨ªa nadado ya unos impresionantes 4m 34,55s, la espa?ola eligi¨® el ritmo propio frente a la referencia ajena. Su ejercicio fue emocionante por tramos y la dej¨® exhausta, con los pendientes centelleando y la mente puesta en las obligaciones. Quer¨ªa ir a hacerse el test del lactato, que mide la tolerancia al esfuerzo. "No puedo m¨¢s", reconoci¨® mientras beb¨ªa buches de aire. Y se march¨® rezongando.
"Una nadadora necesita confiar en lo mental", dice De Bruijn, que rein¨® en las distancias cortas, cuando se le pregunta por Belmonte; "eso hace la gran diferencia. Te pasan muchas cosas que te pueden afectar, especialmente cuando eres joven". "Hay que trabajar fuera de la piscina, en seco. Esto no consiste s¨®lo en meter las piernas en el agua", prosigue; "en unos Juegos hay que guardar parte de tu entusiasmo y centrarse en nadar. Ser¨ªa est¨²pido ponerse a hacer fotos, a buscar a gente famosa en el comedor... Eso, en la segunda semana".
Mireia no la escuch¨®, pero como si lo hubiera hecho. Ocurri¨® mientras por su cuerpo a¨²n resbalaban gotas de agua. Le preguntaron por los pagar¨¦s del estrellato. Sonri¨®, abri¨® sus ojos azules, a¨²n cercados por la opresora huella de las gafas, y redujo el problema de la presi¨®n a nueve palabras: "A la hora de nadar, no me influye nada".
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