1948 Fanny, una madre moderna
Las mujeres tambi¨¦n llegaron tarde a los Juegos. El mundo machista no iba a ser una excepci¨®n en el deporte. Aunque hubo 21 participantes en Par¨ªs 1900, no pasaron del 5% del total hasta 1928 con su entrada en el atletismo y la gimnasia. S¨®lo entonces rozaron el 10%. Incluso hubo cr¨ªticas en las primeras ediciones sobre la conveniencia de su participaci¨®n. Pero si quedaba alguna duda sobre lo que eran capaces de hacer, una holandesa rubia, de 30 a?os, madre de dos hijos, pas¨® a la historia como la gran protagonista del regreso de los Juegos tras 12 a?os de doloroso par¨¦ntesis por la Segunda Guerra Mundial. En la a¨²n devastada Londres de 1948, con unos medios y organizaci¨®n precarios, Fanny Blankers-Koen devolvi¨® el deporte a su justo lugar de haza?as, esfuerzo, emoci¨®n y belleza. Fanny hab¨ªa perdido mucho tiempo por las batallas de los hombres, pero a¨²n pudo demostrar lo grande que debi¨® ser. Una madre moderna, adelantada a su tiempo.
Gan¨® s¨®lo cuatro medallas de oro en 100, 200, 4x100 relevos y 80 metros vallas, porque las reglas de la ¨¦poca no permit¨ªan gestas a lo Michael Phelps. S¨®lo dejaban participar en un m¨¢ximo de cuatro pruebas y ella ten¨ªa seis r¨¦cords del mundo, un asombro. Pod¨ªa haber vencido tambi¨¦n en altura y longitud. Bati¨® 20 plusmarcas en su carrera, incluido el pentatl¨®n, precedente del heptatl¨®n actual.
Francina Koen dej¨® la nataci¨®n por el atletismo a los 17 a?os y de la mano de su entrenador y posterior marido, Jan Blankers, s¨®lo con 18 a?os, fue quinta en altura y en los 4x100 de los Juegos de Berl¨ªn 1936. ?Qu¨¦ hubiera hecho con 22 y 26 a?os en los Juegos suspendidos? La Federaci¨®n Internacional de Atletismo la premi¨® en 1999 como la mejor atleta del siglo XX. Muri¨® en enero de 2004, a los 85 a?os.
Fueron unos Juegos pioneros para las mujeres. En los 200m ganados por Fanny, la estadounidense Audrey Patterson, bronce, se convirti¨® en la primera atleta negra en subir al podio. Al d¨ªa siguiente, Alice Coachman lograba el primer oro en altura. Cuando volvi¨® a su ciudad, Albany, en Georgia, una multitud de blancos y negros la recibi¨®, pero en la recepci¨®n oficial a¨²n hubo segregaci¨®n y a ella ni la dejaron hablar.
En Londres, un caballero checoslovaco dej¨® el protagonismo a la mujer, pero anunci¨® que la locomotora hab¨ªa salido de la estaci¨®n. Emil Zatopek gan¨® el oro en los 10.000 metros y la plata en los 5.000. A¨²n le quedaba lo mejor. Como a Bon Mathias en el decatl¨®n, que a sus 17 a?os fue el ganador m¨¢s joven del atletismo y con menos preparaci¨®n, apenas cuatro meses, en la prueba m¨¢s completa. Eran otros tiempos.
Participaron 63 espa?oles y la h¨ªpica militar por equipos volvi¨® a triunfar. Esta vez fue plata y el teniente coronel Jos¨¦ Navarro Moren¨¦s repiti¨® el podio 20 a?os despu¨¦s de hacerlo como capit¨¢n en ?msterdam.
En Londres, la televisi¨®n lleg¨® a las casas, aunque pocas tuvieran receptores. En Berl¨ªn se hab¨ªa distribuido la se?al, pero s¨®lo en teatros. No fueron unos Juegos brillantes, no pod¨ªan serlo. El COI segu¨ªa siendo una marioneta de la pol¨ªtica. Incluso hab¨ªa elegido para sede de 1940 a Tokio, que renunci¨® en 1937 por la guerra chino-japonesa. Helsinki, sustituta a toda prisa, y Londres, elegida para la 13? edici¨®n de los Juegos de 1944 en junio de 1939, tuvieron que esperar. El 1 de septiembre Alemania invad¨ªa Polonia.
Tras ¨¦l, los Juegos de la reelegida Londres, sin las castigadas Alemania y Jap¨®n, sirvieron para volver a empezar. Desde entonces, las amenazas y tragedias s¨®lo rozar¨ªan ya las desgracias totales.
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