Una diferencia que lo explica todo

La entrada de Juan Carlos Navarro como 11? hombre puede servir m¨¢s que cualquier otro concepto para explicar d¨®nde reside la diferencia entre Espa?a y Grecia.

Los griegos hab¨ªan empezado bien, con ideas claras sobre c¨®mo atacar y con mucha atenci¨®n en el rebote defensivo que, contra un quinteto con Marc Gasol y Felipe Reyes juntos en pista, podr¨ªa resultar complicado de controlar. Spanoulis encontraba espacios para sus penetraciones, y probablemente, con un porcentaje normal en los tiros libres (1 de 8 de inicio, ?menos del 50% al final!), Grecia hubiese controlado el marcador hasta la mitad del segundo cuarto. La oportuna decisi¨®n de bajar la estatura del quinteto (Carlos Jim¨¦nez fijo en el puesto de 4 altern¨¢ndose con Jorge Garbajosa) dio algo m¨¢s de velocidad y agresividad a Espa?a, concedi¨® m¨¢s espacios para el rebote ofensivo en movimiento y para el contraataque, abriendo la primera brecha en el tanteo, que se convirti¨® en un agujero profundo al inicio del tercer cuarto, siempre con quintetos peque?os (Rudy y Navarro juntos en pista).

Grecia no tuvo respuestas convincentes, abus¨® del tiro exterior en un d¨ªa de escasos porcentajes, no crey¨® lo suficiente en atacar por dentro y no recibi¨® la tradicional inspiraci¨®n de Diamantidis ni Papaloukas, dejando a las penetraciones tras un bloqueo directo central toda esperanza de anotaci¨®n en ataque posicional. Quiz¨¢s la defensa de esta situaci¨®n ha sido el ¨²nico aspecto realmente mejorable para Espa?a, en un partido serio y sin necesitar una aportaci¨®n extraordinaria del tiro de tres puntos.

Rudy sigue proponi¨¦ndose como "estrella entre las estrellas", y la direcci¨®n (a pesar de que Ra¨²l L¨®pez apenas particip¨®) se mostr¨® una vez m¨¢s segura y fiable. En general, dio la sensaci¨®n de ser un equipo seguro de s¨ª mismo, pero concentrado y dispuesto sin ego¨ªsmos a permitir a su entrenador buscar sin agobios la mejor soluci¨®n en cada partido.