Infieles
Hace unos d¨ªas les contaba mis desencuentros con el asunto ol¨ªmpico. Para aportar pruebas a mis tesis basta fijarse en que el f¨²tbol ha sido el primer deporte en comenzar estos Juegos y esto, que no deber¨ªa ser m¨¢s que un mero dato estad¨ªstico -al fin y al cabo, alguno debe ser el primero-, adquiere especial valor si nos fijamos en que el f¨²tbol ha empezado antes de la ceremonia inaugural.
Si dentro de unos a?os preguntan qui¨¦n ha sido el primer deportista espa?ol en participar en estos Juegos, algunos cometer¨¢n el error de buscar entre los que han debutado tras la espectacular ceremonia inaugural, pero se olvidar¨¢n de que el pasado 6 de agosto saltaba al Tianjin Olimpic Sport Center Stadium Mar¨ªa Luisa Villa Guti¨¦rrez, espa?ola y asistente del partido Argentina-Canad¨¢, que supuso la derrota de las argentinas. Cuarenta y ocho horas antes de que Li Ning nos maravillara con su carrera por la cubierta del estadio Ol¨ªmpico, una de las nuestras sudaba la camiseta para mantener alto el nivel del arbitraje espa?ol. Todo un s¨ªmbolo del empuje del deporte femenino, y m¨¢s si lo inscribimos en una especialidad como el f¨²tbol. Ya s¨¦ que alg¨²n purista me dir¨¢ que los ¨¢rbitros no cuentan como protagonistas deportivos, pero cualquiera que est¨¦ al tanto de lo que pasa en el f¨²tbol nacional me reconocer¨¢ que hoy en d¨ªa son tan conocidos los jugadores como sus jueces; por tanto, se admite auxiliar 1 como deportista ol¨ªmpico. ?Enhorabuena, Mar¨ªa Luisa!
Me han de reconocer que el f¨²tbol es una especie de proscrito en esto de los Juegos. Si quieren otra prueba, les pregunto cu¨¢ntos futbolistas han visto en el desfile inaugural. Vamos, que si junto a Nadal, Kobe Bryant o Phelps, por poner tres ejemplos, han visto a Ronaldinho, Messi o Makaay. Yo me he fijado mucho, pero no los he descubierto entre tanta ilusi¨®n desbordada y tanta c¨¢mara digital (es posible que alguno se me haya escapado, pero ninguno de los famosos). All¨ª hab¨ªa de todo, tenistas, nadadores, halteras, lanzadores, jinetes, pirag¨¹istas, luchadores, atletas de todo tipo de pruebas, baloncestistas y balonmanistas y ya s¨¦ que faltaban los ciclistas, pero es que estaban a escasas horas de jugarse lo suyo y me da que ¨¦stos son otros, los del ciclismo profesional, que tampoco andan muy sobrados dentro del tema ol¨ªmpico. Por cierto, aprovecho el momento para felicitar a Samuel S¨¢nchez, un asturiano adoptado en Euskadi, que nos ha dado a todos, y tambi¨¦n a Euskaltel, una alegr¨ªa inmensa. Me he imaginado a Igor Gonz¨¢lez de Galdeano, su director, y a Miguel Madariaga, su manager, y a todos sus compa?eros de naranja dando pedales en esos 100 ¨²ltimos metros de infarto para levantar los brazos con su ciclista.
Pero volvamos a lo nuestro. Ya s¨¦ que la respuesta es que el f¨²tbol se juega en otras ciudades que no son Pek¨ªn y que por eso no pod¨ªan estar en la ceremonia, pero les dir¨¦ que esto no es m¨¢s que un nuevo detalle de distanciamiento del f¨²tbol. Me sirve el argumento cuando hablamos de la vela, ya que ¨¦sta necesita del agua y no est¨¢ siempre presente en la ciudad sede (qu¨¦ a?oranza de ciudades como Barcelona, Sidney o Atenas, que llevan el mar de serie), pero los estadios de f¨²tbol son m¨¢s numerosos. Cierto que hay que aprovechar el tir¨®n de los cracks del balompi¨¦ para llenar otros estadios que no sean el Ol¨ªmpico, pero se podr¨ªa buscar la alternativa para que los futbolistas disfruten del espect¨¢culo.
Cierto es tambi¨¦n que seguramente Pek¨ªn es la ¨²nica ciudad del mundo que no se ha enterado todav¨ªa de que Cristiano Ronaldo no va al Madrid, ya que est¨¢n entretenidos con otros asuntillos que les desv¨ªan la atenci¨®n. Aunque, visto c¨®mo algunos han reflejado la noticia de la continuidad en el Manchester del jugador luso, se dir¨ªa que todo ha sido un sue?o en el que hemos estado imbuidos, no se sabe por qu¨¦ motivo, en las ¨²ltimas cuatro semanas. De todas formas, me he puesto a repasar las im¨¢genes de la ceremonia inaugural y he visto el f¨²tbol. All¨ª estaba, en el palco, el presidente de la FIFA, el se?or Blatter, viviendo, como ¨¦l dice, el esp¨ªritu ol¨ªmpico. Me quedo m¨¢s tranquilo.
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