Hach¨ªs desde Marruecos a Bonanza
Los narcotraficantes consolidan el Guadalquivir como "una autopista de la droga" al aprovechar los embarcaderos naturales y los canales de marisma
La espectacular persecuci¨®n se repite cada semana. Una planeadora semirr¨ªgida se acerca a la costa gaditana a m¨¢s de 90 kil¨®metros por hora, con dos motores de 250 caballos, y es avistada por la Guardia Civil o el Servicio de Vigilancia Aduanera, dependiente de la Agencia Tributaria. Se inicia entonces una persecuci¨®n que no es tal. Ambas embarcaciones navegan a toda velocidad y en paralelo hacia el sur. "Lo mejor que puede ocurrir es que el piloto se ponga nervioso y tire la droga al mar por el acoso del helic¨®ptero. O con mucha suerte, que se le estropee un motor", explica un veterano agente. El final de la trepidante carrera siempre culmina con la embarcaci¨®n pilotada por un narcotraficante navegando en direcci¨®n a las costas marroqu¨ªes, sin la patrullera espa?ola a sus espaldas, que vira de vuelta a casa.
"Quitas un traficante y te salen tres", asegura la Guardia Civil
Los investigadores piden a Fomento pantalanes contra las planeadoras
Esa carrera en el Golfo de C¨¢diz sucede muy a menudo, pero la mayor¨ªa de las veces no es necesaria tanta velocidad porque las famosas gomas de los traficantes no son interceptadas por las fuerzas de seguridad. Casi siempre logran su objetivo y desembarcan toneladas de hach¨ªs. Seg¨²n estudios de Vigilancia Aduanera, alrededor de un 25% de la droga es interceptada. Este transporte il¨ªcito ha afinado en sus rutas con los a?os. Desde Gibraltar se pas¨® a las playas de Barbate, y ahora el Guadalquivir se ha convertido en el mejor refugio de los narcotraficantes.
"El Guadalquivir es la autopista de la droga. Si se pretende blindar el r¨ªo, hacen falta refuerzos con base en Chipiona", valora el comisario de Sanl¨²car de Barrameda (C¨¢diz), Clemente Pat¨®n. Sus 100 kil¨®metros navegables hasta Sevilla ofrecen numerosos embarcaderos naturales entre ca?averales y plantaciones de elevada altura, que permiten esconder los fardos con relativa facilidad. "Desde 2005 el r¨ªo est¨¢ en auge, aunque esa ruta siempre ha existido. Porque quitas un traficante y salen tres", afirma un agente de la Guardia Civil.
?Qu¨¦ hace imposible controlar este flujo ilegal? A pesar de la presencia del Sistema Integral de Vigilancia Exterior (SIVE), los narcos aprovechan el gran tr¨¢fico de barcos, lo que impide registrar a todos en busca de droga. En los ¨²ltimos meses, los traficantes utilizan embarcaciones de recreo como veleros, que a veces abandonan en las cercan¨ªas de pueblos sevillanos como Isla Mayor o Lebrija. Adem¨¢s, son delincuentes muy veteranos y maleables. Saben c¨®mo adaptarse para esquivar la vigilancia y siempre contratan una red de informantes que peinan la zona.
Los medios son insuficientes, pese a que tanto la Guardia Civil como Vigilancia Aduanera cuentan cada una con dos tripulaciones siempre vigilantes. Pero las pateras y las embarcaciones con aver¨ªas tienen prioridad. El pasado mayo, Vigilancia Aduanera fonde¨® un barco de altura en la desembocadura del Guadalquivir de manera permanente, pero despu¨¦s de unos meses, y tras comprobar su ¨¦xito relativo, el barco se ha trasladado a otro punto de la costa.
Los alijos cada vez son mayores. El avance de los motores y la capacidad de transporte de las semirr¨ªgidas, sumado a que la pena de prisi¨®n sea similar por transportar 30 kilos que por 30 toneladas, hace que las incautaciones no bajen de 2.000 kilos, que lo reporta unos dos millones de euros a cada banda.
El piloto recibe hasta 30.000 euros por el trabajo, y luego tambi¨¦n cobran los porteadores, los informantes y el notario, el encargado de informar a los traficantes marroqu¨ªes de las incidencias y entrega de la droga. Suelen traer dos GPS y mucha comida, por si la espera en alta mar se prolonga hasta que los chivatos, en peque?as embarcaciones y desde tierra, informan de los movimientos de las patrulleras.
"En la entrada del r¨ªo tenemos c¨¢maras, pero si tenemos una embarcaci¨®n en Barbate, mientras que ¨¦sta llega al r¨ªo, la droga ya est¨¢ en los garajes elegidos", relata un guardia civil.
?Soluciones? "El Ministerio de Fomento podr¨ªa instalar pantalanes flotantes retr¨¢ctiles por encima del puerto de Bonanza para disuadir a las planeadoras de remontar el r¨ªo, porque una unidad con 40 hombres s¨®lo para el control del r¨ªo es desorbitado", opina una fuente autorizada.
Mientras, frente a la urgencia de este incremento de efectivos pesa la escasa alarma social que provoca el tr¨¢fico de hach¨ªs, en consonancia con el aumento sostenido de su consumo. Entre la Guardia Civil y Vigilancia Aduanera decomisaron 390.000 kilos de hach¨ªs y 781 de coca¨ªna el a?o pasado. En este aumento generalizado de incautaciones, destaca C¨¢diz, donde s¨®lo en 2008 se aprehendieron 88.368 kilos de hach¨ªs.
La ¨²ltima estrategia de los narcos es aprovechar que la prioridad en el mar es la ayuda al inmigrante. "Sospechamos que las organizaciones mafiosas nos mandan pateras para saturarnos y aprovechar para que la droga entre sin problemas", conf¨ªa un mando policial.
"Una guerra perdida"
El a?o pasado, un narcotraficante fue detenido en C¨¢diz y le espet¨® a un agente con desparpajo: "Cuando usted se jubile, yo seguir¨¦ en esto". El tr¨¢fico de hach¨ªs en los alrededores del Guadalquivir es una forma de vida que no tiene visos de desaparecer, debido a la permisividad social evidente con el tr¨¢fico de esa sustancia. Mientras, el aumento de alijos decomisados y el incremento de agentes para frenar las semirr¨ªgidas seguir¨¢ su escalada. Despu¨¦s de a?os de batalla, el rostro de un mando policial transmite resignaci¨®n: "Es una guerra perdida".
Las entradas de hach¨ªs por el Guadalquivir han tenido un crecimiento sostenido desde el a?o 2005. El pasado mes de mayo, la Guardia Civil, en la denominada Operaci¨®n Carabela, desarrollada en la provincia de Sevilla, detuvo a una red compuesta por 11 traficantes de drogas que pretend¨ªa introducir en Espa?a m¨¢s de 5.000 kilos de hach¨ªs, para su posterior distribuci¨®n por toda la Uni¨®n Europea. Uno de los mayores golpes en los ¨²ltimos a?os.
La red se serv¨ªa de todo tipo de embarcaciones para remontar el r¨ªo. En unas ocasiones, empleaba barcos pesqueros con los que acced¨ªan bajo esta cobertura legal a los lugares de descarga. En otras ocasiones, utilizaban lanchas r¨¢pidas semirr¨ªgidas tipo zodiac, con los que realizaban una ¨²nica traves¨ªa, en muchas ocasiones a trav¨¦s del r¨ªo Guadalquivir, aprovechando las marismas del Parque Nacional de Do?ana.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.