La espada comprometida
Alemania, preocupada porque Duplitzer, ferviente defensora de T¨ªbet, denuncie la violaci¨®n de los derechos humanos en China
Imke Duplitzer, plata por equipos y diploma ol¨ªmpico en individual en Atenas 2004, empieza hoy a competir con una espada en la mano. El Comit¨¦ Ol¨ªmpico Alem¨¢n tiembla ante la posibilidad, real, de que suba al podio. Y es que Duplitzer, que no tuvo reparo alguno en confesar abiertamente su homosexualidad, no es una atleta al uso. Nacida en Karlsruhe en 1975, estudi¨® ciencias pol¨ªticas y escribe en el Taz, diario de la izquierda radical alemana, columnas de alto contenido social, al tiempo que trabaja como militar, una f¨®rmula muy com¨²n en Alemania para enmascarar las subvenciones a los atletas de ¨¦lite. En su caso, choca con un ideario pol¨ªtico que la ha convertido en firme defensora de los derechos humanos. Ha encabezado protestas contra la invasi¨®n de T¨ªbet y manifestaciones de repulsa al r¨¦gimen de Hu Jintao, apenas unos meses antes de instalarse en la Villa Ol¨ªmpica.
Duplitzer no asisti¨® a la ceremonia inaugural porque s¨®lo la idea de desfilar ante el presidente Hu Jintao la pon¨ªa enferma. "No soy la ¨²nica que piensa as¨ª, pero los deportistas temen las consecuencias de pronunciarse p¨²blicamente y por eso prefieren callarse. Yo no tengo problemas en decir lo que pienso", ha declarado. Y lo que piensa est¨¢ claro: "Estamos en China porque esto es un negocio. El COI deber¨ªa reconocerlo y estar atento a que no se pierda la magia ol¨ªmpica". Avisa de que no se cree nada del discurso oficial, eso de que los Juegos supondr¨¢n un punto de inflexi¨®n en el inmenso pa¨ªs asi¨¢tico. "El COI ha tirado semillas en un desierto y cree que van a crecer. Saben que no es cierto: no van a dejar que los campesinos trabajen el campo", explica. En su denuncia, todo est¨¢ muy razonado. "Ahora, en China hay dos mundos, el de la fachada brillante, con los mejores deportistas y el de verdad, de la gente que vive aqu¨ª".
Como deportista, le gusta estar en Pek¨ªn, pero eso no puede cambiar su opini¨®n sobre un r¨¦gimen pol¨ªtico al que se?ala por no respetar los derechos humanos. "Dije, y lo mantengo, que no tengo nada en contra de los 1.300 millones de chinos, s¨®lo contra el mill¨®n que se aprovecha de este sistema pol¨ªtico". No se siente perseguida, pero denuncia que, a principios de los Juegos, hubo una reuni¨®n interna del comit¨¦ organizador y el alem¨¢n: "Discutieron sobre lo que pasar¨¢ si gano una medalla: les preocupa que pueda decir algo contra el sistema en la conferencia oficial", explica esta amante de la cocina y de los viajes en moto. "S¨®lo soy una deportista, un mu?eco profesional que debe divertir al mundo siguiendo los consejos del COI. Debo portarme bien, s¨¦ lo que puedo y lo que no deber¨ªa hacer".
Pina y Mart¨ª: maneras de perder
Jorge Pina y Jaime Mart¨ª lucharon por una medalla en sable individual. Perdieron en cuartos; uno contra el franc¨¦s L¨®pez (15-10) -"nada que decir, fue mejor", dijo Pina- y el otro frente el chino Zhong Ma (15-14), choque dram¨¢tico, decidido con un final ag¨®nico. "Nunca debimos llegar al 14-14", se lament¨® Mart¨ª, que termin¨® cojeando por una lesi¨®n en el tobillo y tan pendiente de los ¨¢rbitros como del chino, un rival de estilo "raro y complicado". "He tratado de librar por debajo y me ha enganchado la cuarta y adi¨®s".
El chino gan¨® el oro y el franc¨¦s la plata. Y es que hay maneras y maneras de perder, y la de ayer result¨® honrosa, triste y tambi¨¦n inolvidable, en especial la de Mart¨ª, que luch¨® contra un gran tirador chino y contra el criterio del ¨¢rbitro en un deporte en el que se ha dejado la piel desde los cinco a?os. Fue con esa edad cuando su hermana B¨¢rbara le apunt¨® en la escuela de Ra¨²l Peinador en Villanueva de la Ca?ada. B¨¢rbara estaba ayer en la grada con otros 17 miembros de la familia. Y sobre todo, estaba Ana, su novia, que lloraba desconsolada: "Hace cuatro a?os que no vamos de vacaciones, que no salimos ni los fines de semana entre la esgrima y mi carrera, que me quedan cuatro en Ingenier¨ªa Industrial".
Y estaban dos ni?as preciosas, con vestido rojigualda, C¨¢ndida y Luc¨ªa, sus sobrinas, que ayer aprendieron que hay maneras y maneras de perder, y que su t¨ªo Jaime y Jorge Pina protagonizaron una ma?ana inolvidable en Pek¨ªn.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.