"No hagan pol¨ªtica con las lenguas"
Kirmen Uribe va por libre. "Mi madre", cuenta, "dice que siempre fui de escaparme, que nunca he estado a gusto en sitios cerrados". Eso s¨ª, en 1995 se declar¨® insumiso al servicio militar e ingres¨® en la c¨¢rcel de Basauri, en Bilbao. Siete meses. Un d¨ªa le llam¨® el director. Hab¨ªa ganado un premio literario y quer¨ªa hacerle una pregunta: "?Me da su palabra de que no se fugar¨¢ si le doy permiso para ir a recogerlo?". Se la dio.
Fueron los primeros tanteos de este escritor nacido en Ondarroa (Vizcaya) hace 38 a?os y que lleva en la cara una sonrisa perpetua. Su gran momento, no obstante, lleg¨® en 2001. Ese a?o recibi¨® el Premio de la Cr¨ªtica por el poemario Bitartean heldu eskutik (Mientras tanto dame la mano). Traducido enseguida a varios idiomas (al castellano, en Visor), el libro sigue agotando las ediciones a velocidad de crucero. No en vano, dicen los estudiosos, supuso una peque?a revoluci¨®n en la literatura vasca. Algo as¨ª como lo que significaron en su momento los primeros t¨ªtulos de Bernardo Atxaga. El a?o pasado, adem¨¢s, fue finalista del premio al mejor libro de poes¨ªa traducido en Estados Unidos. A la final lleg¨® tambi¨¦n el desaparecido Mahmud Darwish, varias veces candidato al Nobel.
Su generaci¨®n vive el biling¨¹ismo sin connotaciones pol¨ªticas
El Manifiesto por la lengua com¨²n lanzado por un grupo de intelectuales desat¨® la pol¨¦mica sobre la convivencia ling¨¹¨ªstica
La primera novela de Uribe, que aparecer¨¢ en oto?o, sucede durante un vuelo transatl¨¢ntico: "El movimiento es lo que nos define. No quer¨ªa hablar de un pueblo o de un lugar m¨ªtico, sino de un viaje, de una persona que cambia". El protagonista es un escritor: "En el avi¨®n no ve su lengua ligada a un territorio sino que la lleva consigo. La visi¨®n cl¨¢sica ligaba las lenguas a un territorio, y hay que pasar a una visi¨®n m¨¢s m¨®vil, m¨¢s ligada al individuo". Para Uribe, lo m¨¢s importante son las personas, luego viene todo lo dem¨¢s. "El arte busca la libertad individual", sostiene. "Y me gusta esa manera de ser no de grupo".
Imposible no pensar en el Pa¨ªs Vasco. "All¨ª, es cierto, uno siempre se ha definido como parte de un grupo: nosotros los vascos, los escritores vascos... La poes¨ªa ha sido mucho de gu (nosotros). Pero mi generaci¨®n ha pasado a ni (yo). Lo vemos de una manera m¨¢s natural, gracias en parte al trabajo de mucha gente. De Atxaga, por ejemplo. Para ellos escribir en euskera era una opci¨®n casi ideol¨®gica, para levantarlo. Para nosotros es m¨¢s natural. Han pasado muchos a?os desde el franquismo. No tenemos la misi¨®n de salvar una lengua. No estamos a la defensiva".
Como ¨¦l mismo apunta, Kirmen Uribe forma parte de una generaci¨®n, la de los nacidos en la bisagra entre los a?os sesenta y setenta, que vive el biling¨¹ismo sin connotaciones pol¨ªticas. De ah¨ª, tal vez, el sentido com¨²n que destilan sus opiniones sobre la convivencia ling¨¹¨ªstica. Y sobre el pol¨¦mico Manifiesto por la lengua com¨²n promovido por Fernando Savater: "Le¨ª el famoso manifiesto y creo que no se entendi¨® bien. Cre¨® demasiados rechazos en vez de plantearlo como la preocupaci¨®n de muchos padres que quieren que sus hijos estudien en castellano. Una preocupaci¨®n real y por tanto muy a tener en cuenta".
El escritor advierte de que el biling¨¹ismo es muy diferente en Catalu?a, Galicia y Euskadi, donde no llega al 30% de la poblaci¨®n, pero subraya que lo importante es que "no se trunquen los derechos de nadie, que nadie se sienta inc¨®modo". "A m¨ª me gusta que en el Pa¨ªs Vasco se hablen diferentes lenguas. Es inherente a la forma de ser del pa¨ªs, pero es importante que nadie sienta la cuesti¨®n ling¨¹¨ªstica como una amenaza. Los vascohablantes hemos vivido muchos a?os con la sensaci¨®n de que nuestra lengua no ten¨ªa espacio para vivir, que estaba tocada de muerte. Es una sensaci¨®n que no quisiera para nadie. Asimismo, hay gente en Euskadi que siente que su forma de vivir en castellano est¨¢ amenazada y es necesario que no tenga esa sensaci¨®n, que se sienta tranquila".
El poeta pone los pies en la tierra: "Mi abuela hablaba y le¨ªa en euskera, pero a mi madre no se lo ense?aron, y le cost¨® mucho llegar a leerlo (aunque hablase la lengua desde peque?a). Aprendi¨® cumplidos los cincuenta. Luego vino mi generaci¨®n, educada en las dos lenguas". Poco a poco, insiste, se cierra el agujero del franquismo. Ser¨ªa, pues, una l¨¢stima que donde los ciudadanos han encontrado una soluci¨®n, los pol¨ªticos busquen un problema. Kirmen Uribe va por libre, pero es rotundo: "Dejen la cuesti¨®n ling¨¹¨ªstica fuera de la lucha partidista. No hagan pol¨ªtica con las lenguas".
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