Vuelve la cara 'ultra' de Austria
El populista J?rg Haider se presentar¨¢ a las elecciones de septiembre
La ambici¨®n pol¨ªtica del populista de derechas austriaco J?rg Haider carece de "l¨ªmite superior", seg¨²n le citan estos d¨ªas las agencias de noticias. Desde luego no parece colmarla su actual cargo al frente del sure?o Estado federado de Carintia, que ejerce desde 1999. Haider apel¨® esta semana a su "deber patri¨®tico" y anunci¨® que encabezar¨¢ la lista electoral de su partido, la Alianza para el Futuro de Austria (BZ?), en las elecciones legislativas del 28 de septiembre.
La gran coalici¨®n entre los socialdem¨®cratas del SP? y los conservadores del Partido Popular Austriaco (?VP) ha logrado a duras penas gobernar el pa¨ªs durante 18 meses. Aplaz¨® su ca¨ªda hasta despu¨¦s de la Eurocopa, que tuvo como sede Austria y Suiza. La debacle que han protagonizado permite prever un buen resultado electoral de lo que en Austria llaman el tercer campo pol¨ªtico, el de la derecha nacionalista.
El programa de Haider se basa en el rechazo a la UE y a la inmigraci¨®n
Fue precisamente Haider quien supo extender la influencia de este viejo tercer campo al entorno socialdem¨®crata y obtener parte del voto joven, masculino y desencantado.
Haider fund¨® la BZ? hace tres a?os, tras abandonar el tambi¨¦n ultraderechista Partido Liberal de Austria (FP?) que hab¨ªa presidido durante 14 a?os. Aunque de momento sostiene que no pretende abandonar su despacho en Klagenfurt por un esca?o en Viena, Haider aspira sin duda a afianzar su nuevo partido, hoy el m¨¢s peque?o del Parlamento federal. Trata de llevarlo a cotas electorales como las que, bajo su direcci¨®n, permitieron al FP? formar una coalici¨®n de Gobierno con los conservadores del ?VP en 2000. En aquel a?o Haider abandon¨® la direcci¨®n federal del partido, pero su influencia pol¨ªtica en la formaci¨®n no cedi¨® hasta la escisi¨®n del BZ? en 2005. El FP?, que llevaba a?os en declive, perdi¨® con Haider fuerza pol¨ªtica, su feudo de Carintia y su capacidad de formar Gobierno.
El ¨¦mulo y sucesor de Haider, Hans-Christian Strache, se hizo con las riendas del partido y, mediante un proceso de radicalizaci¨®n que no dej¨® de escorar la formaci¨®n a¨²n m¨¢s a la derecha, supo mantenerse al tim¨®n en momentos dif¨ªciles para el partido y ganarse el apoyo de los militantes y votantes. Ahora, los analistas austriacos ven probable que el FP? mejore sus resultados electorales en septiembre pese al retorno de Haider a la pol¨ªtica federal. Strache no quiere ni o¨ªr hablar de una posible reunificaci¨®n con la BZ?. De su antiguo l¨ªder, a cuya sombra ascendi¨® dentro del FP?, Strache dice que es "un pol¨ªtico anticuado, fracasado y deshonesto, cuyo tiempo termin¨®".
Desde Carintia, Haider ha tratado en los ¨²ltimos meses de mezclarse en la pol¨ªtica nacional. En julio, busc¨® el enfrentamiento con la ministra de Interior Maria Fekter con la expulsi¨®n de un grupo de refugiados, a los que envi¨® en autob¨²s a otro Estado federado. Diversos pol¨ªticos acusaron a Haider de haber cometido un delito con esta expulsi¨®n.
Sea como sea, Haider, de 58 a?os, es sin duda el pol¨ªtico austriaco vivo m¨¢s c¨¦lebre, junto a Arnold Schwarzenegger. Como le sucede al primer ministro italiano Silvio Berlusconi, el enconado rechazo que suscita fuera de su pa¨ªs parece compensarse con la fe de sus seguidores y votantes. Las l¨ªneas maestras de su programa se parecen a las de cualquier populista europeo y se basan en el rechazo a la inmigraci¨®n, la "defensa del ciudadano de a pie" y escepticismo sobre la Uni¨®n Europea, a la que Austria pertenece desde 1995.
Para satisfacer al resto de su electorado, la derecha austriaca juega adem¨¢s las bazas del ensalzamiento patri¨®tico austriaco y de la promoci¨®n nost¨¢lgica del pasado nacional germ¨¢nico. A este respecto, Haider y los suyos han suscitado reiterados esc¨¢ndalos internacionales al comentar la ¨¦poca en la que el austriaco Adolf Hitler anexion¨® el pa¨ªs al llamado III Reich alem¨¢n. Cuando el FP? accedi¨® al Gobierno federal en 2000, las protestas internacionales cristalizaron en una serie de sanciones por parte de la UE.
Tan importante como la participaci¨®n del FP? en el Gobierno fue la ola de protestas internas y externas que desencaden¨®. Si bien las citadas sanciones diplom¨¢ticas de la UE, que no pasaron de simb¨®licas, afianzaron al Gobierno de coalici¨®n y alimentaron un clima antieuropeo que aun perdura, las protestas internas tambi¨¦n cuajaron.
La ambici¨®n de Haider no se colma en Carintia, pero es posible que se quede all¨ª. Sus rivales del FP?, entre los que trata de rescatar apoyos, podr¨ªan superar el 20%, mientras que el BZ? se debat¨ªa la pasada semana alrededor del 4% necesario para acceder al parlamento.
Pol¨¦mico historial
- El inicio. En febrero de 2000, el ultraderechista austriaco J?rg Haider, de 58 a?os, llev¨® al poder a su Partido Liberal (FP?), que gobern¨® en coalici¨®n con un partido democristiano. Los dem¨¢s miembros de la UE,
a la que Austria pertenece desde 1995, impusieron sanciones contra Viena. Haider abandon¨® la pol¨ªtica nacional para centrarse en la presidencia de la regi¨®n de Carintia, donde a¨²n ejerce la presidencia. Las sanciones
se retiraron a los seis meses.
- Provocaciones. Haider es amigo del l¨ªder libio Muammar el Gaddafi y de su primog¨¦nito, Saif. Adem¨¢s, viaj¨® a Bagdad en 2003 y transmiti¨® a Sadam Husein "los saludos" del pueblo austriaco. Elogi¨® a los nazis por haber tenido lo que ¨¦l considera "una buena pol¨ªtica de empleo" y alab¨® a los veteranos de los ej¨¦rcitos hitlerianos en Austria. Despu¨¦s se retract¨® de sus declaraciones.
- Xenofobia. Haider presume de ser el primer pol¨ªtico en Europa que alert¨® contra la inmigraci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.