Sue?os rotos
El abandono de Liu es un drama nacional porque el atleta representa el ascenso chino
Hace unos meses, Sun Haiping, entrenador de Liu Xiang, cont¨® que altos directivos de la Administraci¨®n General de Deportes China le advirtieron en una ocasi¨®n que, si el campe¨®n ol¨ªmpico de los 110 metros vallas en Atenas 2004 no repet¨ªa la gesta en Pek¨ªn, "todos sus logros pasados no valdr¨ªan de nada". Su medalla de oro, su t¨ªtulo mundial y su pasado r¨¦cord del mundo ser¨ªan s¨®lo ceniza a los ojos de los dirigentes chinos.
Nunca trascendi¨® lo que pens¨® el joven atleta sobre aquella afirmaci¨®n, pero la imagen, ayer, de un Sun en l¨¢grimas, incapaz de acabar las frases en la rueda de prensa improvisada para explicar el abandono de su pupilo, lo dec¨ªa todo. Tras cuatro a?os de una presi¨®n que quiz¨¢ se hizo insoportable, Sun se vino abajo, conmocionado, al ver c¨®mo China se quedaba sin su h¨¦roe del atletismo, al ver c¨®mo la exigida medalla no podr¨ªa colgar del cuello del gran corredor-saltador.
"Se ha retirado para no perder y salvar as¨ª la cara", dicen los esc¨¦pticos
Verse obligado a dejar la competici¨®n en plenos Juegos es un drama para cualquier deportista. Verse obligado a hacerlo cuando ya se est¨¢ en la pista y decenas, quiz¨¢ cientos, de millones de chinos esperaban la victoria alcanza tintes de drama nacional. Lo fue para los aficionados y debi¨® de serlo para los l¨ªderes chinos, que confiaban en que un triunfo de Liu confirmar¨ªa el progreso deportivo del pa¨ªs y pondr¨ªa un broche de oro en el ansiado medallero.
China tiene prisa por ocupar el puesto que considera que le corresponde en la escena internacional y ha hecho de estos Juegos su gran fiesta de puesta de largo. Si Liu ganaba, China ganaba. No s¨®lo desde el punto de vista deportivo, sino tambi¨¦n desde el pol¨ªtico. De puertas afuera y de puertas adentro, donde supondr¨ªa una nueva inyecci¨®n de nacionalismo.
Cuando Liu se retir¨®, el pa¨ªs se qued¨® at¨®nito. Espectadores y voluntarios estallaron en l¨¢grimas, que fueron debidamente recogidas por la televisi¨®n p¨²blica. "Le apoyamos gane o pierda", dijo una chica, ante las c¨¢maras, rota por la emoci¨®n.
La ola de simpat¨ªa hacia el deportista modelo se desat¨® r¨¢pidamente por todo Pek¨ªn. "Liu estaba sometido a una gran presi¨®n e insisti¨® en correr a pesar de sus problemas f¨ªsicos. Pero, para nosotros, para la gente corriente, sus logros pasados siempre estar¨¢n ah¨ª", razona Yang Wenyuan, un hombre de 75 a?os que trabaja de voluntario para la vigilancia en una calle de la ciudad vieja. "Debe de tener sus razones para haberse retirado", afirma Wang Zhaobo, un estudiante de Econ¨®micas mientras se dispone a entrar en el Nido del P¨¢jaro, el estadio nacional.
Feng Shuyong, responsable del equipo de atletismo chino, asegur¨® en la rueda de prensa que "hasta el s¨¢bado pasado Liu Xiang estaba en muy buena forma", pero que durante el entrenamiento de ese d¨ªa su antigua lesi¨®n en el tend¨®n se intensific¨®: "No nos dimos cuenta de que era algo tan serio. Nadie sab¨ªa en ese momento que no podr¨ªa competir". Tan s¨®lo la web oficial del atleta pareci¨® dar una pista el domingo pasado al aludir a sus problemas f¨ªsicos.
Otros aficionados se mostraban, sin embargo, decepcionados, e incluso enojados, y desconfiaban de las explicaciones oficiales. No entend¨ªan por qu¨¦ la televisi¨®n no hab¨ªa dicho nada de la lesi¨®n del deportista durante los ¨²ltimos d¨ªas y la situaci¨®n s¨®lo hab¨ªa estallado cuando salt¨® a la pista. "Liu Xiang ten¨ªa miedo de no vencer al cubano Dayron Robles. Pero, si hubiera sido lo suficientemente valiente, se habr¨ªa enfrentado a ¨¦l y, si no hubiera ganado, lo habr¨ªamos comprendido", dice Wang, de 22 a?os, que trabaja en dise?o publicitario en el parque ol¨ªmpico; "con esta forma de abandonar, ha herido a muchos chinos que confiaban en ¨¦l".
Un taxista, suspicaz, lo resume en pocas palabras: "Se ha retirado para no perder durante la carrera y salvar as¨ª la cara de China". Robles es uno de los 40 atletas ol¨ªmpicos que dirigieron una carta al presidente chino, Hu Jintao, poco antes del inicio de los Juegos pidi¨¦ndole que impulse una soluci¨®n pac¨ªfica y mejore la situaci¨®n de los derechos humanos en T¨ªbet.
Liu Xiang es, junto al jugador de baloncesto Yao Ming, una de las caras m¨¢s famosas de China y el rostro publicitario de compa?¨ªas como Coca-Cola, Nike o la marca de leche china Yili, que esperaban obtener un buen r¨¦dito con su posible victoria en Pek¨ªn. Su abandono era lo ¨²ltimo que este pa¨ªs de 1.300 millones de habitantes imaginaba, sobre todo porque Liu representa en buena medida el ascenso chino en el mundo. "Esto dar¨¢ mucho que pensar a m¨¢s de uno", dice una joven universitaria que prefiere no dar su nombre al periodista.
Que Liu lograra la medalla de oro ocupaba la posici¨®n n¨²mero en la lista de los diez m¨¢ximos deseos de los chinos para los Juegos, seg¨²n una encuesta ampliamente divulgada a principios de a?o por la prensa. Ese sue?o se ha roto. "Demasiada esperanza significa a veces ninguna esperanza", asegura Wang Zhaobo.
La atenci¨®n ahora probablemente bascule hacia la excelente actuaci¨®n del conjunto de deportistas chinos en estos Juegos y su posible liderazgo en el medallero.
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