El turismo de salud, en auge
En Andaluc¨ªa hay 75 manantiales termales y 13 balnearios
Los balnearios andaluces han contado a lo largo de los siglos con un acreditado prestigio social y econ¨®mico, en parte por las propiedades terap¨¦uticas de sus aguas. Son numerosos los restos de termas romanas, l¨¢pidas votivas y ba?os ¨¢rabes en Andaluc¨ªa, muchos de los cuales se abandonaron tras la dominaci¨®n ¨¢rabe. No fue hasta el siglo XIX cuando la burgues¨ªa espa?ola puso de nuevo de moda acudir estos lugares.
La publicaci¨®n Manantiales de Andaluc¨ªa, editada por la Agencia Andaluza del Agua y la Consejer¨ªa de Medio Ambiente con la coordinaci¨®n de la Universidad de Granada, ha inventariado un total de 75 manantiales termales y 13 balnearios en la comunidad. Entre los primeros, las aguas m¨¢s calientes son las de la Sierra de Ahamilla, en Almer¨ªa, que brotan por encima de los 58 grados, aunque la mayor¨ªa no superan los 30 grados.
La provincia con mayor n¨²mero de manantiales termales es Granada con Alhama de Granada, Santa Fe, La Mala, Graena, Alic¨²n o Z¨²jar. Muchos de esos manantiales fueron derivando con el tiempo en balnearios de aguas minero-medicinales donde es posible tratar muchas patolog¨ªas, desde afecciones cr¨®nicas del aparato locomotor y respiratorio, a trastornos leves del sistema circulatorio, nervioso y digestivo o enfermedades de la piel. S¨®lo la mitad de los 26 balnearios andaluces cuyas aguas estaban declaradas de utilidad p¨²blica en 1877, cuando se public¨® el Anuario Oficial de las Aguas Minerales de Espa?a, se encuentran inventariados en la actualidad, aunque no todos est¨¢n abiertos.
El de m¨¢s fama en la antig¨¹edad y cuyo funcionamiento estuvo vinculado a la capital del reino nazar¨ª es el de Alhama de Granada. Sus aguas sulfatadas, bicarbonatadas, c¨¢lcicas, magn¨¦sicas, s¨®dicas y radiactivas, son de mineralizaci¨®n media e hipertermales. M¨¢s fuertes son las aguas del balneario de Alic¨²n de las Torres, junto a la acequia-acueducto del Toril, considerada la acequia m¨¢s antigua de la humanidad. El balneario de Graena, de propiedad municipal, ha remozado recientemente sus instalaciones y entre sus atractivos ofrece la posibilidad de alojarse en casas-cuevas pr¨®ximas a los ba?os termales. Pero quiz¨¢ el m¨¢s afamado de los balnearios granadinos sea el de Lanjar¨®n, cuya actividad se inici¨® a finales del siglo XVIII. Su grandeza es que en escasos metros afloran seis manantiales de diferentes composici¨®n.
En el litoral andaluz destacan los de Carratraca y Tolox, en M¨¢laga, el primero de ellos, de aguas sulfurosas, clorutadas, carbonatadas, s¨®lidas, magn¨¦sicas e hiportermales, se asienta sobre unos restos romanos que dan fe de su origen, aunque su puesta en valor fue en el siglo XVII y en el XIX se convirti¨® en uno de los m¨¢s importantes de Espa?a, acogiendo a numerosos arist¨®cratas y burgueses. Tras varios a?os de cierre abri¨® de nuevo en 2006. Adem¨¢s son importantes el de Fuente Amarga, en Chiclana de la Frontera, que en el siglo XIX fue utilizado por la nobleza y familiares de la reina Isabel II; o el de San Nicol¨¢s (Almer¨ªa), con aguas magn¨¦sicas y s¨®dicas.
Jos¨¦ Mar¨ªa Medialdea, de la Asociaci¨®n de Balnearios de Andaluc¨ªa, considera que el techo en la demanda de estos centros de salud a¨²n no se ha alcanzado. Quiz¨¢ tenga mucho que ver en ello el hecho de que los balnearios han ampliado su cartera de servicios, y se convierten en lugares ideales para el viajero identificado con el turismo de naturaleza. Buenos ejemplos de ello son los dos balnearios de Ja¨¦n, el de Marmolejo y el Canena. ?ste ¨²ltimo ofrece alojamiento en caba?as de madera dentro de un complejo de ocio y deportes de seis hect¨¢reas.
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