"Hubo una negligencia en el accidente. Sabemos que muchos quisieron bajar"

M¨¢s medios para la investigaci¨®n. M¨¢s apoyo para las v¨ªctimas. Pero, sobre todo, respuestas. Los familiares de muchos de los 153 fallecidos del accidente del vuelo de Spanair exigieron ayer a la vicepresidenta primera del Gobierno, Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega, m¨¢s informaci¨®n sobre las causas del siniestro.

En un hotel se reunieron durante m¨¢s de dos horas padres, hermanos e hijos de los pasajeros del vuelo con la n¨²mero dos del Ejecutivo. Con la tensi¨®n l¨®gica de las p¨¦rdidas violentas le reclamaron una y otra vez justicia.

Spanair no logra dar respuestas en el segundo encuentro con los afectados

"Tr¨¢iganos t¨¦cnicos que digan qu¨¦ pas¨®. No un psic¨®logo", protesta un familiar

De la Vega lleg¨® al hotel Audit¨®rium de Madrid, donde se alojan muchos de los familiares, acompa?ada de Pilar Gallego, directora de Protecci¨®n Civil, y del presidente del Cabildo de Gran Canaria, Jos¨¦ Miguel P¨¦rez. La sala estaba casi llena. M¨¢s de 200 personas esperaban a que llegara la hora en la que pensaban mantener la reuni¨®n para constituir una asociaci¨®n de v¨ªctimas. La vicepresidenta se acerc¨® a muchos de ellos. Al final, termin¨® sent¨¢ndose enfrente, flanqueada por la directora de Protecci¨®n Civil. "Estamos aqu¨ª para atenderles", afirm¨®. Las familias comenzaron entonces su emotivo discurso.

"Hubo negligencia. Tenemos testigos. Muchos de nosotros recibimos llamadas de nuestros familiares o mensajes que dec¨ªan que algo raro pasaba", asegura un hombre empu?ando un micr¨®fono que los voluntarios que atienden a las familias se afanan en pasar de un orador a otro. "Todo se est¨¢ investigando. Hay una investigaci¨®n en curso para determinar qu¨¦ sucedi¨®", intenta tranquilizar la vicepresidenta.

A pocos metros, un hombre de unos 50 a?os alza la voz: "Le pido como ciudadano que el Gobierno al que hemos votado nos proteja. Tenemos mensajes que muestran que hubo una especie de mitin o discusi¨®n a bordo para que el vuelo no saliera. Ustedes tienen que protegernos de tiburones econ¨®micos como los bancos o las compa?¨ªas, como ¨¦sta, que han asesinado a los nuestros". Muchos aplauden, algunos gritan justicia. La vicepresidenta intenta, micr¨®fono en mano y con gestos, calmar la situaci¨®n. No lo consigue. Algunas personas salen de la sala entre lloros. "A ver, esta se?ora es la m¨¢xima responsable del Gobierno y ella nos va a proteger y ayudar", manifiesta una mujer casi a gritos.

La vicepresidenta interrumpe la discusi¨®n. "El Gobierno va a exigir todas las responsabilidades. Se va a determinar de qui¨¦n son esas responsabilidades". Y explica que el Ejecutivo va a montar una oficina de atenci¨®n a las v¨ªctimas en Madrid y otra en Canarias, aunque los familiares no se muestran muy convencidos. "Si me dec¨ªs c¨®mo quer¨¦is que lo hagamos, lo hacemos", se?ala De la Vega. Una chica de unos 30 a?os apunta que "hay muchos casos y muy distintos". Otros hablan de que para eso se hab¨ªa pensado crear la asociaci¨®n de v¨ªctimas. "En esta oficina se atender¨¢ a todos individualmente. Adem¨¢s, apoyaremos para que os constituy¨¢is en asociaci¨®n. El Gobierno va a estar muy pendiente de vosotros", contesta la vicepresidenta en una reuni¨®n cada vez m¨¢s tensa. "No somos est¨²pidos y se nos trata como si lo fu¨¦ramos. Muchos somos familias humildes, pero muy legales", dice una mujer entre llantos mientras sale de la sala. "Cabrones", musita su acompa?ante.

Uno de los psic¨®logos que atiende a las familias intenta poner orden y tranquilidad. "No podemos hacer a todo el mundo responsable de lo que ha sucedido", explica. "El problema es que no aparecen. Ninguno se hace responsable", reclama una voz. La vicepresidenta les explica el funcionamiento de las revisiones a las compa?¨ªas. "Existen mecanismos de control y una agencia europea de seguridad que investiga a todas las compa?¨ªas. Incluida ¨¦sta. Esta aerol¨ªnea ha pasado muchas inspecciones para ver que todo era correcto. El Gobierno al final lo supervisa todo. Esto no ten¨ªa que haber sucedido. Se est¨¢ investigando todo", repite.

"Necesitamos respuestas. Y que las identificaciones vayan m¨¢s r¨¢pido", insiste una mujer. La vicepresidenta intenta tranquilizar: "Se est¨¢n haciendo las pruebas. Pero el proceso tarda. Lo haremos lo m¨¢s r¨¢pido que podamos. Creemos que en unas 48 o 52 horas ya se habr¨¢n hecho la mayor¨ªa. Ahora mismo se han identificado y entregado 50 cuerpos. Pero son identificaciones complicadas y no vamos a hacerlo deprisa y mal. No hay una versi¨®n oficial del Gobierno. Cuando la haya, la haremos saber".

"?Pero sabemos que se quisieron bajar!", grita una mujer. "Adem¨¢s, en el avi¨®n hab¨ªa ni?os. Ni?os que debieron pasar mucho miedo en la espera para reparar el avi¨®n". "Deber¨ªa crearse un protocolo para que quien quiera bajarse del avi¨®n pueda hacerlo", propone un hombre. Las familias reclaman que un t¨¦cnico ajeno a la compa?¨ªa revise todos los aviones antes de despegar. "?se no es el problema", contesta De la Vega. "No hay consuelo, pero s¨ª va a haber justicia. Vamos a buscar respuestas hasta el final. Vamos a poner los mecanismos para que salgan de esta angustia. Estamos compartiendo su dolor", a?ade.

Tras la conversaci¨®n con la vicepresidenta los familiares se re¨²nen para decidir qu¨¦ preguntas har¨¢n a Spanair. Un representante de la compa?¨ªa comparecer¨¢ ante ellos a media tarde. Todos buscan respuestas. Sin embargo, algunos no quieren ver a nadie de la l¨ªnea a¨¦rea. "Como venga le mato. ?No quiero que nos mientan!", grita un hombre. "He perdido a toda mi familia y nos est¨¢n tratando como gilipollas", dice otro. Pero hay quien no est¨¢ de acuerdo. "Queremos escucharles. Deben venir a dar la cara. Al menos que pasen el mal rato", opina una mujer.

Los ¨¢nimos se caldean. Dos de los familiares discuten. Casi llegan a las manos. Los psic¨®logos y los voluntarios intentan tranquilizarles. Tres polic¨ªas entran y les separan. La tirantez se traslada a la reuni¨®n con la aerol¨ªnea. Las familias no est¨¢n contentas con la designaci¨®n de H¨¦ctor Sandoval, director de Recursos Humanos, como interlocutor. "Han tra¨ªdo a alguien que sabe hablar y despedir a la gente pero sin respuestas concretas. No queremos un psic¨®logo sino t¨¦cnicos que nos expliquen qu¨¦ ha pasado", protesta el primo de un fallecido.

"Mi hermana era azafata y ha muerto en el accidente. Ella me cont¨® que en Spanair hay muchas irregularidades, que los aviones son alquilados y que una vez se les cay¨® un motor", cuenta con serenidad un chico joven.

Sandoval escucha. Asegura que anotar¨¢ todas las preguntas, pero da pocas respuestas. "?Hay alguna normativa para que quien quiera bajarse del avi¨®n pueda hacerlo?", inquiere un joven. Sandoval sostiene que es el comandante quien decide eso. "Nos consta, y as¨ª nos lo hab¨¦is transmitido, que hab¨ªa gente que quer¨ªa salir del avi¨®n", dice. Ma?ana, le asegura, tendr¨¢n la respuesta. Las familias no le creen.

'Nos est¨¢n enga?ando, no quiero pol¨ªticos a mi lado, quiero soluciones'