La inevitable renovaci¨®n de los peri¨®dicos
Internet y la crisis publicitaria obligan a la prensa a adaptarse a un nuevo modelo de negocio - Los diarios 'online' amenazan los formatos tradicionales y la manera de contar las noticias
Leer estos d¨ªas las noticias sobre la marcha de los peri¨®dicos en Estados Unidos se ha convertido en un ejercicio casi morboso; en lo m¨¢s parecido a hojear las p¨¢ginas de esquelas: cierres de diarios, despidos en masa de periodistas y desplomes de las acciones de las empresas en la Bolsa. Las ¨²ltimas semanas han sido especialmente sangrientas con el anuncio de la supresi¨®n de 80 puestos de trabajo en el Chicago Tribune, 250 en Los Angeles Times y 130 en el Milwakee Journal Sentinel, al que de poco le ha servido el Pulitzer que ha ganado este mismo a?o.
Ese reguero de cad¨¢veres period¨ªsticos empieza a sentirse tambi¨¦n en Europa, donde a la fuga de la publicidad a Internet se le suma una crisis econ¨®mica que espanta a los anunciantes. En Reino Unido, el reciente anuncio de Trinity Mirror -al frente de m¨¢s de 150 cabeceras incluido el Daily Mirror- de que prescindir¨¢ de 65 puestos en la redacci¨®n "es un reflejo de lo que ha sucedido y seguir¨¢ sucediendo a los peri¨®dicos en EE UU", dec¨ªa esta semana Roy Greenslade en su blog de The Guardian. Tambi¨¦n en Reino Unido, meca del periodismo europeo, el precio de las acciones de las empresas ha ca¨ªdo a la mitad desde hace un a?o. Y en Espa?a, los diarios perdieron un 30% de su facturaci¨®n por publicidad, seg¨²n las ¨²ltimas cifras de mayo, mientras el incremento de anuncios en las ediciones electr¨®nicas no consigue ni de lejos compensar las p¨¦rdidas del papel.
Triunfar¨¢n los rotativos que mejor sepan interpretar las demandas de la Red
El analista Philip Meyer pronostica la defunci¨®n de la prensa para 2043
La gente est¨¢ ¨¢vida de leer historias, pero no en los viejos formatos
Caen un 7,6% en 10 a?os las firmas de publicidad dedicadas al papel
Jarvis: El periodismo dej¨® de ser coto de unos pocos
Este panorama ha llevado a no pocos expertos a predecir la muerte o la desaparici¨®n de gran parte de los peri¨®dicos tal y como hoy los conocemos. Los p¨¦simos resultados, m¨¢s all¨¢ de la crisis, tienen que ver con la necesidad de un cambio de modelo de negocio en las empresas period¨ªsticas, dicen. Y algunos, como el reputado analista Philip Meyer, se han aventurado a pronosticar una fecha de defunci¨®n: 2043. Otros hablan tenebrosamente de "los pr¨®ximos a?os".
Pero, ?es tan mala la situaci¨®n? ?Quiere decir que los peri¨®dicos pasar¨¢n a mejor vida? ?Cu¨¢les est¨¢n mejor preparados para soportar las embestidas del mercado? ?C¨®mo afectar¨¢n los cambios en la prensa escrita a la salud democr¨¢tica de las sociedades?
Si en algo coinciden los expertos es en que no todos los peri¨®dicos morir¨¢n. Pero tambi¨¦n en que todos deber¨¢n transformarse para sobrevivir en una era en la que la gente, m¨¢s que nunca, quiere leer historias, aunque no en los formatos que han dominado la prensa 300 a?os. Hay que ponerse manos a la obra ante un cambio que, dicen, no tiene por qu¨¦ ser a peor. Alertan de que saldr¨¢n ilesos los peri¨®dicos que se adapten antes y mejor a los ritmos y demandas de la Red, los que acometan la mediamorfosis y logren cautivar a los internautas (y, as¨ª, a los anunciantes).
"S¨ª, el peri¨®dico de la era industrial agoniza. Pero el que morir¨¢ ser¨¢ s¨®lo el de papel como hoy lo conocemos. Dar¨¢ paso a un nuevo modelo", dice Rosental Alves, profesor de periodismo en la Universidad de Austin (Tejas) y pionero en periodismo digital. Y se explaya en la dram¨¢tica situaci¨®n de la prensa en su pa¨ªs de acogida, donde muchas ciudades han perdido el ¨²nico peri¨®dico que ten¨ªan. "Lo que se ha roto este a?o en EE UU es el modelo de negocios. La gente, sin embargo, tiene m¨¢s apetito informativo que nunca. Nunca los peri¨®dicos han llegado a tanta gente como ahora, gracias a Internet". Datos de abril de este a?o corroboran su tesis. 66,4 millones de personas consultaron los diarios digitales durante el primer cuatrimestre de 2008; un 12,3% m¨¢s que el a?o anterior, seg¨²n la Newspaper Association of America. Es la mayor cifra desde que empezaron a medirse en 2004.
Las rupturas econ¨®micas en EE UU tienen la mala costumbre de replicarse en Europa. La semana pasada, la prensa brit¨¢nica vivi¨® en la Bolsa la peor etapa que se recuerda. Despu¨¦s de que Trinity Mirror anunciara que sus beneficios se reducir¨ªan un 10% respecto a lo esperado, sus acciones sufrieron una ca¨ªda del 25%. Las de Johnson Press, el mayor grupo de peri¨®dicos regionales, cayeron un 10%. Incluso las de Pearson, propietario del prestigioso Financial Times, se situaron en su nivel m¨¢s bajo en los ¨²ltimos 12 meses. "Asistimos a una crisis que afecta a todas las econom¨ªas desarrolladas. Se trata de una erosi¨®n del modelo de negocios que cambiar¨¢ profundamente, se fragmentar¨¢. Hay que olvidarse de los grandes diarios con enormes beneficios". El que habla desde Londres es Andrew Gowers, director hasta 2005 del Financial Times, del que se fue diciendo que los peri¨®dicos se hab¨ªan vuelto tan obsoletos como los discos de vinilo. Gowers, que apenas seis a?os antes os¨® sacar un nuevo diario en Alemania -FT Deutschland- justifica su decisi¨®n porque en el sector "todo ha cambiado muy r¨¢pido".
En esencia, el cambio obedece a los nuevos h¨¢bitos y deseos de unos ciudadanos que quieren estar informados, pero que cada vez m¨¢s prefieren sentarse al ordenador. Y los anunciantes, claro, siguen su senda. Recientes c¨¢lculos de Zenith Optimedia indican que el porcentaje de las empresas de publicidad que se dedican a la prensa escrita ha ca¨ªdo un 7,6% en la ¨²ltima d¨¦cada en el mundo. Y pronostican que los anunciantes seguir¨¢n cayendo hasta 2010, mientras que en la Red distintos estudios hablan de un crecimiento de dos d¨ªgitos. A Internet se han movido tambi¨¦n los clasificados (Craiglist ha fagocitado los anuncios de vivienda, empleo...) fundamentales para los ingresos de la prensa estadounidense, aunque no tanto para la europea.
La gran cuesti¨®n es si los peri¨®dicos en papel aguantar¨¢n la ca¨ªda de su publicidad. Y habr¨¢ que ver qu¨¦ publicaciones ser¨¢n capaces de atraer el n¨²mero suficiente de lectores para mantener una edici¨®n impresa, una vez descartada la pol¨ªtica de suscripciones, inviable en el mundo de la abundancia informativa, y a la que incluso ha renunciado parcialmente ampliando sus contenidos gratuitos The Wall Street Journal, el rey de los peri¨®dicos online con m¨¢s de un mill¨®n de suscripciones.
Otro punto en el que coinciden los expertos es en que se va a producir un trasvase de recursos y de periodistas de las ediciones impresas a las digitales, y muchos recomiendan la llamada "integraci¨®n": plantillas ¨²nicas que proporcionen contenidos al margen del soporte. "Si ahora la proporci¨®n es de 20 a 1, se trata de dar la vuelta a la tortilla", apunta Mark Potts, reportero y editor en diarios antes de cofundar el WashingtonPost.com. Ahora se dedica a asesorar a las publicaciones mutantes y sienta c¨¢tedra desde su blog, Recovering Journalist.
Jeff Jarvis, otro reconocido bloggero, es de los que creen que lo que est¨¢ pasando es bueno para el periodismo y para la sociedad. "El periodismo en Internet puede ser mejor. Se puede actualizar con m¨¢s frecuencia, la gente puede participar". Eso s¨ª, alerta del peligro de que los reci¨¦n llegados a la Red se dejen seducir por la inmediatez de los medidores de audiencias y acaben amarilleando los contenidos.
Esta crisis del modelo de negocios supone una oportunidad para que los peri¨®dicos se reorganicen y se vuelvan m¨¢s eficientes, dice Jarvis, profesor de periodismo interactivo de la Universidad de Nueva York y cuyo blog, Buzzmachine, se ha convertido en un referente para los que se interesan por el futuro de la prensa. Asesora a grandes como The Guardian, la BBC, o The New York Times, y defiende el concepto de ciudadano-periodista, capaz de suplantar a reporteros locales, por ejemplo. "El periodismo ha dejado de ser un club cerrado donde unos cuantos daban lecciones a los dem¨¢s. Hemos ganado en democracia", sostiene. Y recomienda a los periodistas vigilar de cerca la Red, los blogs, los foros de discusi¨®n. "All¨ª es donde la gente dice qu¨¦ es lo que le interesa".
Y, como otros expertos, cita el ejemplo del Huffington Post, una suerte de diario digital que arrasa en EE UU, en el que participan bloggeros de toda ¨ªndole y lectores. Por ah¨ª van los tiros, sostiene. Por ah¨ª y por un nuevo modelo de negocios fragmentado, con m¨²ltiples actores informativos, no necesariamente muy grandes, pero que consigan estar presentes en links por toda la Red de manera que los lectores se topen con ellos y acaben dirigi¨¦ndose a su p¨¢gina. Las del futuro pr¨®ximo ser¨¢n p¨¢ginas de informaci¨®n en las que los lectores aportar¨¢n los contenidos. Si el dramaturgo Arthur Miller defini¨® en 1961 un buen peri¨®dico como "una naci¨®n hablando consigo misma", los peri¨®dicos del futuro generar¨¢n una conversaci¨®n nacional fren¨¦tica.
Jarvis, como otros, sostiene que la crisis golpear¨¢ con mucha m¨¢s fuerza a las cabeceras regionales. Que los grandes diarios nacionales, junto con las publicaciones hiperlocales, se salvar¨¢n. A¨²n as¨ª, para unos y otros recomienda la especializaci¨®n. Los peri¨®dicos ya no pueden pretender cubrir todo. "Los tiempos en los que 15.000 periodistas van a la convenci¨®n de un partido pol¨ªtico en la que no pasa nada, s¨®lo para que el medio pueda decir que ha estado all¨ª, se han terminado. Tienen que centrarse en lo que mejor hacen", dice.
Para Meyer, premio Pulitzer y padre del periodismo de precisi¨®n, lo que los peri¨®dicos hacen mejor que nadie es descubrir noticias, investigar, mantener a raya al poder pol¨ªtico y al econ¨®mico. "Tienen que dedicarse a crear un di¨¢logo inteligente con ciudadanos y ¨¦lites pol¨ªticas. S¨®lo as¨ª rentabilizar¨¢n su producto", dice desde Carolina del Norte.
A¨²n as¨ª, reconoce que muchas publicaciones lo van a tener muy crudo y apunta a nuevas tendencias en EE UU, como la de los fil¨¢ntropos dedicados a rescatar empresas informativas. Es el caso de Propublica, fundaci¨®n dedicada al periodismo de investigaci¨®n en la Red. Y tambi¨¦n el de propietarias de publicaciones como The Christian Science Monitor, o, en Europa, The Guardian.
"El problema es que en Espa?a este modelo no triunfar¨¢ porque no tenemos esa cultura de la filantrop¨ªa", advierte Juan Varela, consultor de medios de comunicaci¨®n en varios pa¨ªses y editor del blog Periodistas 21. Considera la situaci¨®n espa?ola preocupante. El ¨¦xito de las promociones en los diarios de pago ha permitido ingresos potentes por publicidad en los ¨²ltimos a?os, dice, y ha mitigado una tendencia que hac¨ªa estragos en el resto del mundo desarrollado.
Pero las vacas flacas ya est¨¢n aqu¨ª. El descenso de la publicidad en la prensa escrita de pago es imparable. "Este a?o va a ser clave en la crisis; se va a notar mucho el frenazo econ¨®mico y muchos anunciantes que ahora se retiran, cuando vuelvan se pasar¨¢n a las ediciones online". Hace, sin embargo, de la necesidad virtud. "Gracias a los problemas financieros los peri¨®dicos van a atreverse a dar el salto al mundo digital. Eso s¨ª, algunos -entre ellos las segundas y terceras cabeceras regionales- se quedar¨¢n por el camino", advierte.
S¨®lo se salva Asia
Mientras bajo el ep¨ªgrafe RIP la p¨¢gina web newspaperdeathwatch.com da cuenta de las defunciones period¨ªsticas en Estados Unidos, en Asia proliferan las nuevas cabeceras. Es la ¨²nica regi¨®n donde el peri¨®dico en papel gana adeptos. Al menos, eso es lo que indican las cifras que present¨® la World Newspapers Association (WAN) hace dos meses. Para asombro de los alica¨ªdos directores de diarios de medio mundo, el director general de la WAN, Timothy Balding, desvel¨® durante el pasado congreso mundial de peri¨®dicos las optimistas estad¨ªsticas que hablan de una subida del 2,6% de la circulaci¨®n en 2007.
China e India, donde se venden 107 millones de ejemplares al d¨ªa, son los principales responsables de esta subida, mientras en Europa (1,9%) y en Estados Unidos (3%) la circulaci¨®n sigue bajando. Las cifras muestran el r¨¢pido crecimiento de la publicidad en Internet, donde el a?o pasado subi¨® un 32%.
Lejos de insuflar ¨¢nimo, las cifras de la WAN causaron el rechazo en parte de los asistentes al congreso, que acusan a la asociaci¨®n de irresponsable y de tratar de dar una imagen del estado de la prensa que no concuerda con la realidad. "El exceso de optimismo puede ser da?ino", advierte el profesor de periodismo en la Universidad de Texas, Rosental Alves, quien augura a las publicaciones que nacen ahora en China e India una corta vida.
El crecimiento econ¨®mico de estos pa¨ªses ha creado nuevos lectores, pero muchos de ellos consumen prensa gratuita y no necesariamente de calidad y, por otro lado, la revoluci¨®n tecnol¨®gica pegar¨¢ fuerte en esos pa¨ªses donde el m¨®vil est¨¢ a la orden del d¨ªa, advierte Alves. "Pasar¨¢n de leer el peri¨®dico en papel a leerlo en el tel¨¦fono en muy poco tiempo", vaticina.
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