"Espa?a es un equipo incre¨ªble"
Bryant y James resaltan que su rival demostr¨® por qu¨¦ es campe¨®n del mundo
Dwyane Wade se puso a gritar desaforadamente y Kobe Bryant se lanz¨® a la carrera flexionando sus prodigiosos b¨ªceps. Una seca frase, la misma que han pronunciado tantos generales y presidentes estadounidenses, detuvo su marcha. "?Kobe! ?Misi¨®n cumplida!", le gritaron a las puertas del vestuario igual que si estuviera sobre un portaaviones. "?Se?or; s¨ª, se?or!", contest¨® la estrella. Y s¨®lo le falt¨® cuadrarse. Estados Unidos gan¨® ayer el oro ol¨ªmpico ante Espa?a, pero para lograrlo sufri¨® como en una guerra.
"Sab¨ªamos que Espa?a ser¨ªa un gran problema", dijo Bryant, sonriente, expansivo e incontrolable envuelto en la bandera estadounidense. "Demostraron por qu¨¦ son los campeones del mundo", cerr¨® tras dedicarse a dar alaridos sobre el podio junto a sus compa?eros, un grupo de estrellas al servicio de un mismo objetivo. "S¨®lo una cosa: respeto", pidi¨® LeBron James, la otra gran figura de la selecci¨®n estadounidense. "Respeto por un equipo incre¨ªble como el de Espa?a. Sin determinaci¨®n, no les habr¨ªamos ganado. En este partido contaron todas las posesiones, todos los tiros, todos los rebotes y todas las defensas. La intensidad del encuentro fue incre¨ªble", continu¨® James, perfecta dentadura blanca entre a¨²n m¨¢s perfecta perilla; "cada vez que pensamos que nos ¨ªbamos en el marcador, se volv¨ªan a acercar. Ha sido una locura. Esta noche pasar¨¢ a la historia como la de uno de los grandes partidos de los Juegos Ol¨ªmpicos".
Cuando el segundo cuarto mor¨ªa y David Beckham saludaba desde su asiento, los jugadores estadounidenses escucharon alaridos como no hab¨ªan o¨ªdo en todo el torneo. "?Defensa! ?Defensa!", gritaba el p¨²blico. El banquillo hizo de altavoz de la grada. "?Las manos y los brazos arriba!", les exig¨ªan los t¨¦cnicos. Espa?a oblig¨® a un esfuerzo extraordinario al equipo estadounidense, presionado con algunos abucheos y celebrado constantemente por el p¨²blico. La grada quer¨ªa partido. Los estadounidenses, revancha. "En Atenas 2004", dijo Carmelo Anthony, "llegamos a nuestro punto m¨¢s bajo. Desde entonces quisimos devolver a Estados Unidos al lugar que se merece. Estoy feliz de dejarlo en la cima del mundo".
Estados Unidos encontr¨® inspiraci¨®n en otro partido. El s¨¢bado, la selecci¨®n femenina de su pa¨ªs arroll¨® a la de Australia y conquist¨® el oro. El triunfo fue interpretado como una se?al de signo competitivo: las chicas llevan cuatro oros ol¨ªmpicos seguidos. Su partido, sin embargo, nada tuvo que ver con el de ellas. Espa?a no fue Australia. Ni Estados Unidos se pareci¨® a Estados Unidos. Que le pregunten a Coach K, su t¨¦cnico.
"Hemos jugado con car¨¢cter. Sin ¨¦l, no habr¨ªamos ganado jam¨¢s a un equipo fabuloso como el de Espa?a", dijo Marc Krzyzewski; "Espa?a sac¨® lo mejor de nosotros. Todo el mundo jug¨® a su mejor nivel. Hubo momentos en los que pareci¨® que no pod¨ªamos pararles. Estamos extasiados por haber ganado el oro en uno de los mejores partidos de la historia internacional de nuestro deporte".
![Dwight Howard comete personal sobre Carlos Jim¨¦nez.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/QA5IPTQCGMOII3ZE4JIAHCLY5Y.jpg?auth=dde88b734cc62488b3a12ad3963224feecfeff025bc3fbe950fca6ba4627fc42&width=414)
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