La mejor derrota de la historia
Espa?a, plata, opone una r¨¦plica colosal y exige un esfuerzo ag¨®nico a un gran Estados Unidos

Espa?a y Estados Unidos descorcharon la excepcional belleza que puede dar de s¨ª un partido de baloncesto en una final ol¨ªmpica a mayor gloria de la mejor generaci¨®n espa?ola de la historia. El marcador dijo que perdi¨® Espa?a; que el redeem team (equipo de la redenci¨®n), efectivamente, se redimi¨® tras ocho a?os de miseria, pero a veces, pocas, un partido va mucho m¨¢s all¨¢ de un marcador, de una medalla de oro. Fue el caso. Quien lo viera, quien haya seguido las peripecias de la maravillosa quinta de Pau Gasol desde que plant¨® su primera semilla en el Mundial junior de 1999, qued¨® m¨¢s reconfortado que muchas veces en que cant¨® victoria.
La emoci¨®n y la admiraci¨®n por lo que suced¨ªa en la cancha del majestuoso Pabell¨®n Ol¨ªmpico de Pek¨ªn fundieron la noci¨®n del tiempo en un chispazo. La selecci¨®n espa?ola volc¨® el talento, la garra y la maravillosa sensaci¨®n que transmiten sus componentes de disfrutar exprimi¨¦ndose al m¨¢ximo, jugando en equipo, sin ning¨²n complejo, sin ninguna reserva.
Cuando no era Pau, era Marc, y cuando no, el instinto asesino de Felipe Reyes Los de A¨ªto limitaron la p¨¦rdida de balones, de ordinario mortal ante los estadounidenses
S¨®lo la formidable bater¨ªa de estradivarius de la NBA, amenizada por sus m¨¢ximos tenores -Kobe Bryant y Dwayne Wade- y aderezada por un trabajo de fondo en equipo, pudo abatir la colosal r¨¦plica espa?ola. Bryant, en especial, se gan¨® su primer oro ol¨ªmpico a pulso. Fue ¨¦l quien salv¨® el pellejo a su equipo cuando las acometidas del espa?ol, bien plantado en la cancha, animoso, actuando a un nivel superlativo, rozaron lo imposible. Ten¨ªa encendido el piloto de la reserva porque, adem¨¢s de que Calder¨®n no pudo jugar, Ra¨²l L¨®pez estuvo fuera de foco y varios jugadores al borde de la eliminaci¨®n por faltas. No import¨®.
Revolucionada por el ¨ªmpetu y la valent¨ªa de Rudy Fern¨¢ndez, Espa?a dio un golpe de ri?ones en el inicio del tercer cuarto, se puso a cuatro puntos (67-71) y a partir de ese momento los norteamericanos las pasaron canutas. Su entrenador tuvo que pedir uno, dos tiempos muertos, para tratar de orientar a sus jugadores sobre c¨®mo agujerear la defensa espa?ola, a veces de acoplamiento, otras en zona.
Los estadounidenses sumaban a r¨¢fagas. No se encontraban a gusto. No pose¨ªan colch¨®n en el marcador como en el segundo cuarto (44-58), durante la ¨²nica fase en que, robando un par de balones y capturando rebotes en ataque, lograron correr y disponer de m¨¢s lanzamientos. Parec¨ªa que pod¨ªa repetirse la paliza del primer partido en la fase de grupos (82-119). Un espejismo.
A¨ªto, en ese instante, se jug¨® un ¨®rdago. Dio descanso a Ricky, inmenso en la direcci¨®n del equipo pero exhausto, y situ¨® a Navarro de base. La estrategia dio sus frutos. Navarro ten¨ªa el d¨ªa. Kidd, Paul o Willams, el base de turno, y la defensa estadounidense se las vieron y se las desearon con sus tiros y penetraciones. Cuando no era Pau Gasol, era su hermano Marc, y cuando no, la versatilidad de Carlos Jim¨¦nez y el instinto asesino de Felipe Reyes en el rebote ofensivo los que les llevaron de cabeza.
Los triples de Wade y Anthony dieron vida por momentos a su equipo. Volvieron a tomar 11 puntos de ventaja (82-91). La salida de Rudy en el ¨²ltimo cuarto acab¨® de helarles la sangre (89-91). Quedaban ocho minutos. Iban a sufrir, vaya que s¨ª. Espa?a limit¨® la p¨¦rdida de balones que suele condenar a los rivales de Estados Unidos. Ni siquiera la eliminaci¨®n de Rudy, a falta de tres minutos, le desanim¨®, aunque en esa acci¨®n Bryant, con un triple m¨¢s un tiro libre (99-108), empez¨® a dar aire a los suyos, que sumaron un total de 13 triples.
Con 105-111 en el marcador, Jim¨¦nez fall¨® un triple que pudo poner un poco m¨¢s de picante a un partido de antolog¨ªa, con ambos equipos buscando sin complejo y con acierto la canasta rival, aportando calidad y espect¨¢culo, un regalo para el espectador. S¨®lo sobraron algunas decisiones arbitrales, especialmente una t¨¦cnica a Ricky cuando todo estaba ya dicho, y tambi¨¦n cierta gestualidad desmesurada de los componentes del redeem team. Pero fue un partidazo y los estadounidenses comprendieron que era imprescindible toda la preparaci¨®n y la artiller¨ªa que reunieron esta vez para abatir a una selecci¨®n como la espa?ola, en plena madurez de sus jugadores clave y con un futuro halag¨¹e?o atendiendo al inmenso partido de un adolescente como Ricky, que ratifica cada d¨ªa que pasa que no le intimidan ni los rivales ni la importancia de las citas. El medallista m¨¢s joven en la historia del baloncesto ol¨ªmpico volvi¨® a causar sensaci¨®n, al igual que todo el equipo espa?ol.
El 24 de agosto de 2008 pervivir¨¢ en el recuerdo del baloncesto espa?ol. El 11 de agosto de 1984, cuando Espa?a entera dej¨® de dormir para atender al televisor, la selecci¨®n se bati¨® con la galaxia estadounidense en otra final ol¨ªmpica y perdi¨® por 96-65. El entra?able seleccionador de aquel equipo, Antonio D¨ªaz Miguel, dijo entonces: "Tal vez no volvamos a vivir este hecho". El bueno de Antonio debi¨® de admitir desde el cielo que se equivoc¨®. Veinticuatro a?os despu¨¦s, la selecci¨®n espa?ola volvi¨® a jugar la final ante toda la joyer¨ªa de la NBA y estuvo a un par de pasos de conquistar el t¨ªtulo ol¨ªmpico.

Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
