Un nadador en el Olimpo

?En qu¨¦ lugar se ha colocado Michael Phelps entre los mejores deportistas? Comparar haza?as en distintos deportes es complejo y subjetivo. Los esfuerzos, las t¨¦cnicas y las habilidades pueden ser tan diferentes como la ¨¦poca y las circunstancias. Los programas de pruebas tambi¨¦n han cambiado tanto a lo largo de la historia ol¨ªmpica que las valoraciones son m¨²ltiples. Pero Phelps, obvio, est¨¢ entre los m¨¢s grandes.

?Tiene m¨¢s m¨¦rito ahora Tiger Woods que en su momento Lance Armstrong, Michael Jordan o Michael Schumacher? ?La precisi¨®n en los hoyos es comparable al esfuerzo de subir monta?as, conseguir canastas imposibles o conducir a m¨¢s de 200 kil¨®metros por hora? A Armstrong incluso se le valora ya entre comillas por las sospechas de dopaje, otra variante a incluir. Si en el deporte en general son complicadas, las comparaciones con modalidades y temporadas diferentes, tambi¨¦n lo son en el ol¨ªmpico pese a que las medallas pueden establecer un orden estad¨ªstico.

En cualquier caso, la haza?a de Phelps es enorme al tratarse de la nataci¨®n, un deporte b¨¢sico y con un nivel de competici¨®n universal. En Pek¨ªn ha pasado a encabezar la estad¨ªstica m¨¢s prestigiosa: mayor n¨²mero de oros en una sola edici¨®n ol¨ªmpica, ocho, por delante de Spitz. El gimnasta sovi¨¦tico Alexander Ditiatin sumaba tambi¨¦n ocho medallas en unos Juegos (tres oros, cuatro platas y un bronce) en Mosc¨² 80.

A Phelps s¨®lo le quedar¨ªa por superar en el total de medallas a Larisa Latynina, otra gimnasta sovi¨¦tica que entre Melbourne 1956, Roma 1960 y Tokio 1964 sum¨® 18 metales, con nueve de oro, cinco de plata y cuatro de bronce. Latynina s¨®lo ha sido la mejor en n¨²meros. Incluso en su deporte. Fue una gimnasta resistente que aprovech¨® una ¨¦poca. Hija de un descargador de muelles de Jerson (puerto ucranio del mar Negro) asesinado por los nazis, pudo haber bailado en el Bolshoi, pero se dedic¨® a la gimnasia. Fue m¨¢s trabajadora que estrella.

El m¨¦rito de atletas como Paavo Nurmi o Carl Lewis, los m¨¢s laureados y procedentes del exigente deporte rey, s¨ª est¨¢n m¨¢s en la escala de Phelps. Los nueve oros y tres platas del fondista finland¨¦s en Amberes 1920, Par¨ªs 1924 y ?msterdam 1928 o los nueve oros y una plata del velocista y saltador estadounidense en cuatro ediciones, de Los ?ngeles 1984 a Atlanta 1996, tienen un peso espec¨ªfico mucho mayor en un deporte con repartos menores incluso que la nataci¨®n. Y la longevidad tambi¨¦n es un grado. El remero brit¨¢nico Steven Redgrave gan¨® en cinco Juegos Ol¨ªmpicos y Lewis, su compatriota lanzador de disco Al Oerter y el regatista dan¨¦s Paul Elvstroem, en cuatro ediciones diferentes. No ten¨ªan "tantos aparatos" como en gimnasia. De ah¨ª, el enorme valor de permanencia en la cumbre. Hasta que lleg¨® Phelps y arras¨® con todas las marcas.

Y, al final, tambi¨¦n influye la suerte, otra variable. ?Qu¨¦ habr¨ªa ganado Jesse Owens tras sus cuatro oros de Berl¨ªn 1936 si no hubiera estallado la Segunda Guerra Mundial y se perdiera con ello dos Juegos?