Empollar frente a razonar
Siete de cada 10 alumnos de 3? de ESO suspenden en matem¨¢ticas, proporci¨®n que se invierte en lengua. Para calcularlo, ambas materias se desglosan en dos pruebas. En matem¨¢ticas, se trata de ejercicios y problemas, y en lengua, de un dictado y de la comprensi¨®n de un texto. En matem¨¢ticas, los resultados en ambas pruebas son nefandos: 51% de suspensos en ejercicios y 80,4% en problemas. All¨ª donde hay que pensar, donde hay que ir m¨¢s all¨¢ de la mera aplicaci¨®n de una f¨®rmula memorizada, se produce la hecatombe.
?Qu¨¦ explicaciones puede haber? Las matem¨¢ticas, al igual que ocurre con el ingl¨¦s, son un saber acumulativo: las deficiencias de un curso, sean debidas al alumnado, al profesorado o a la organizaci¨®n institucional, se traspasan al siguiente. ?Son estas las matem¨¢ticas que precisa el futuro ciudadano? ?Realmente son tan importantes, por poner un ejemplo, los polinomios? En esta prueba, nada m¨¢s y nada menos que el 90% de los estudiantes no sabe qu¨¦ significa una inflaci¨®n del 4%. ?Es que no se leen los peri¨®dicos en nuestra secundaria? Lo mismo cabe decir del modo en que se ense?an. No es lo mismo poner en contexto las matem¨¢ticas que no hacerlo. El insigne pedagogo Celestin Freinet llevaba a sus alumnos a una carpinter¨ªa para que comprendieran la enorme importancia de los decimales al hacer un mueble y cortar las maderas.
?Por qu¨¦ nos va mejor en lengua? Ni la secci¨®n de an¨¢lisis de comprensi¨®n lectora del ¨²ltimo informe PISA o el menos conocido PIRLS -espec¨ªficamente, sobre lectura- detectan esta moderada excelencia. A priori, las dos pruebas de lengua parecen m¨¢s f¨¢ciles. Buena parte de la m¨¢s exitosa consiste en repetir fragmentos de lo que el texto propuesto dice o en inventar algo al respecto. En este tipo de preguntas se acierta mucho m¨¢s que en las referidas a sem¨¢ntica, an¨¢lisis morfol¨®gico y sint¨¢ctico o conjugaci¨®n de verbos -aspectos estos dos ¨²ltimos que justamente se trabajan en tercero-.
Sin duda, la asignatura de lengua es menos selectiva que matem¨¢ticas. Aunque no debiera ser as¨ª, nuestro modelo de ense?anza convierte a unas ¨¢reas en memor¨ªsticas -las de letras y las de ciencias sociales- y a otras en el escenario del razonamiento -las matem¨¢ticas y las asignaturas de ciencias en general-. Empollones frente a razonadores. Lo peor es que este planteamiento est¨¢ anclado en la mentalidad de buena parte del profesorado.
Con estos resultados, es dif¨ªcil lograr el reto de Europa de ser la primera sociedad del conocimiento. Los datos que estas prueban recogen confirman lo lejos que nuestra escuela est¨¢ de asumir el reto de una escolaridad de calidad para toda la poblaci¨®n.
Rafael Feito es profesor de Sociolog¨ªa en la Universidad Complutense.
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