Las t¨ªmidas tambi¨¦n triunfan
La inmensa mayor¨ªa de los pol¨ªticos afirman que est¨¢n en la vida p¨²blica para servir al ciudadano. A unos se les cree m¨¢s que a otros. Cuando esta mujer sostiene que ella s¨®lo quiere "servir en lo ¨²ltimo" que le mande el partido, lo dice con tal candidez en su rostro que no queda m¨¢s remedio que creerla.
Alicia Mart¨ªnez Mart¨ªn era una arquitecta que hab¨ªa logrado abrirse camino en Sevilla cuando se le cruz¨® en su vida un candidato que buscaba votos desesperadamente. Corr¨ªa 2002. Jaime Reynaud pretend¨ªa ganar la alcald¨ªa para el Partido Popular. Alicia Mart¨ªnez era arquitecta provincial de la Diputaci¨®n, por oposici¨®n. Reynaud necesitaba ideas y Alicia las ten¨ªa.
-Nunca hab¨ªa participado en pol¨ªtica. Ni me gustaba ser protagonista. Pero cuando todos los d¨ªas comentas con tus compa?eros en el desayuno la marcha del pa¨ªs, y te piden que participes para resolver problemas en tu ciudad, decir que no me parec¨ªa dar un paso atr¨¢s.
"No aspiro a nada en pol¨ªtica. S¨®lo quiero hacer el trabajo que me pida el partido"
"Como no ten¨ªa padrinos, al terminar arquitectura, tuve que buscarme la vida"
Y Alicia Mart¨ªnez venci¨® su proverbial timidez y se lanz¨® al ruedo pol¨ªtico. Con tanto acierto que cuatro a?os despu¨¦s sustitu¨ªa a su padrino pol¨ªtico, Rey-naud, como portavoz del Partido Popular en el Ayuntamiento de Sevilla.
Cuando se ara?a en la biograf¨ªa de esta espigada mujer, nacida en Sevilla en 1963, lo primero que destacan quienes la conocen de antiguo es precisamente su inveterada timidez. Ella misma la admite cuando se le insin¨²a que bien pudo ser la candidata popular a la alcald¨ªa de Sevilla en las elecciones del pasado a?o, en lugar de Juan Ignacio Zoido:
-No, por favor -sonrisa nerviosa-. No me he planteado eso nunca. Ya he dicho que soy muy t¨ªmida. No aspiro a nada en pol¨ªtica. S¨®lo quiero hacer mi trabajo lo mejor que pueda.
Por el momento, ese trabajo es variopinto: concejal en el Ayuntamiento de Sevilla desde 2003, vicesecretaria de Pol¨ªtica Sectorial del PP regional y portavoz de Vivienda en el Parlamento andaluz. Como ella misma dice cuando se le pregunta por los deportes que practica, "lo m¨ªo es correr 24 horas al d¨ªa: corro para llevar a los ni?os al colegio, para llegar a la sede del partido, para llegar al Parlamento...".
Una carrera que no era, ni mucho menos, aquella para la que se hab¨ªa preparado: arquitectura.
Nacida en Sevilla de padre catal¨¢n y madre onubense, Alicia hered¨® de su padre "la austeridad y la racionalidad". De su madre, la afici¨®n por la costura.
El padre, ingeniero de la antigua Sevillana de Electricidad, hab¨ªa llegado a Sevilla tras un largo recorrido por la geograf¨ªa hispana: Madrid, Segovia, Arenas de San Pedro... La guerra civil hab¨ªa sido cruel con los Mart¨ªnez. Al abuelo y a sus siete hijos les pill¨® en Madrid, donde dirig¨ªa una central hidroel¨¦ctrica. Fueron expulsados de la vivienda. "Tuvieron que andar 90 kil¨®metros por las sierras de Madrid en busca de refugio". Se lo ofreci¨® "un oficial del ej¨¦rcito rojo, que los mantuvo en su casa durante casi toda la guerra".
Sevilla iba a ser su refugio definitivo. En la capital andaluza, el padre ingeniero encontr¨® a la madre recepcionista del Hotel Col¨®n. Hubo boda y tres hijas. Y muchas tardes de domingo en el Museo de Artes y Costumbres Populares o cualquier otro donde las tres jovencitas absorb¨ªan arte. Ingenier¨ªa con dosis de humanismo, fue igual a arquitectura. Ese fue el camino que sigui¨® Alicia tras pasar el bachiller en los salesianos y el COU en los jesuitas.
-?Tuvo dificultades como mujer al estudiar y trabajar en una profesi¨®n copada por hombres?
Alicia dice que no. Ni en la universidad, ni despu¨¦s en su trabajo a pie de obra, rodeada de alba?iles, de promotores inmobiliarios, de constructores, en su inmensa mayor¨ªa hombres, sinti¨® rechazo o discriminaci¨®n. Sufri¨® como todos los reci¨¦n titulados:
-Como no ten¨ªa padrinos, tuve que buscarme la vida. Iba a la Junta a pedir trabajo, y por pesada consegu¨ª algunas cosas.
Trabajaba en un despacho con otros j¨®venes arquitectos desde 1989. Entre ellos, su marido, de Ja¨¦n, al que hab¨ªa conocido en la Escuela de Arquitectura. Su primer proyecto es un triunfo y una decepci¨®n: gana un concurso internacional para ordenar el Cerro de San Miguel, frente a la Alhambra, en Granada, pero la caja de ahorros que lo patrocina no ejecuta la obra.
En 1993 ingresa por oposici¨®n en el cuerpo de arquitectos de la Diputaci¨®n de Sevilla, que busca arquitectos j¨®venes que aporten modernidad. Eso le permite recorrer pueblos y aprender, porque hace de todo: rehabilita viviendas (en La Roda y Olivares), act¨²a en plazas de toros, construye escuelas, guarder¨ªas, piscinas cubiertas...
?Ha construido ya su obra magna? Sonrisa nerviosa. Bueno, por ahora, un importante edificio de cristal se levanta en La Cartuja y est¨¢ firmado por ella: el edificio sede de Sevilla Siglo XXI.
Otra curiosidad: siendo marido y mujer arquitectos y trabajando juntos, ?hay celos profesionales de por medio? No, afirma. Ella eligi¨® la obra p¨²blica y ¨¦l la privada. Y en casa, los dos echan una mano para sacar adelante a los hijos: dos varones adolescentes y una hija de nueve a?os.
De cualquier forma, por ahora tiene abandonados el comp¨¢s y el escal¨ªmetro. La arquitectura deja paso a la pol¨ªtica. ?Triste? Un pel¨ªn. "Aunque no hay nada irreversible; esto es una etapa de mi vida".
Y en su nueva vida profesional le sirve de mucho lo que aprendi¨® en la anterior. Especializada en urbanismo, Alicia Mart¨ªnez sabe de lo que habla cuando critica la pol¨ªtica urban¨ªstica de la Junta de Andaluc¨ªa o la del alcalde socialista de Sevilla, Alfredo S¨¢nchez Monteseir¨ªn. Un alcalde en entredicho, acosado por militantes de su propio equipo.
-Es lamentable. Los sevillanos tenemos derecho a tener un gobierno municipal serio y responsable.
En ese instante, cuando ejerce la cr¨ªtica pol¨ªtica, su consabida timidez queda vencida y se encienden chispas en sus ojos.
"Hay una falta de eficacia brutal"
Alicia Mart¨ªnez ama la ciudad. Es urbanita. Sus vacaciones las dedica a recorrer ciudades y observar su desarrollo: Florencia, Nueva York. Envidia el flamante circuito de Formula 1 que acaba de estrenar Valencia, gobernada por el PP.
-Eso demuestra que cuando una ciudad se propone unos objetivos, los logra -afirma.
-Sobre todo si el yerno de Aznar echa una manita...
Sonr¨ªe. Desde su atalaya como portavoz en materia de vivienda del Grupo Popular en el Parlamento andaluz observa tambi¨¦n la ordenaci¨®n del territorio que hace el Gobierno socialista. Y no le gusta.
-Ha llegado con diez a?os de retraso. No se ha sabido gestionar adecuadamente ese recurso que es el ladrillo.
Ese retraso, sostiene la diputada popular y concejal en el Ayuntamiento de Sevilla, ha generado problemas de dif¨ªcil soluci¨®n en la Costa del Sol y en parte de la costa gaditana. "Se ha creado un desorden urban¨ªstico importante, que no s¨®lo ha generado corrupci¨®n municipal, sino tambi¨¦n delitos contra el medio ambiente irreparables".
El resultado ha sido una crisis monumental. Alicia Mart¨ªnez pone sobre la mesa los 600.000 parados. "No son simples n¨²meros; son personas", afirma. Anticipa tiempos duros para el PSOE.
?Puede ser una soluci¨®n el Pacto por la Vivienda, firmado por la Junta con empresarios, sindicatos y entidades financieras? No lo ve muy claro: "Los pactos son siempre acertados. Lo que pasa es que cuando los hace el Gobierno de Chaves, se reducen a una".
Reconoce ser muy cr¨ªtica con la pol¨ªtica urban¨ªstica de la Junta. Aporta datos: un reciente informe de la C¨¢mara de Cuentas muestra que en municipios de m¨¢s de 100.000 habitantes s¨®lo se ha cumplido un 50% de los planes de vivienda. "Hay una falta de eficacia brutal", remacha.
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