El aguardiente, el Ku Klux Klan y otras historias sorianas
Me gusta el Numancia. Por las razones que se le pueden ocurrir a cualquiera, y porque los sorianos son gente que se lo exige todo a su equipo. ?El Bernab¨¦u? ?El Camp Nou? No, hombre, no. El p¨²blico dif¨ªcil de verdad est¨¢ en Los Pajaritos. ?Qu¨¦ no? Muy bien: imagine el lector que el Bar?a o el Madrid marcan 11 goles en un partido, e imagine acto seguido los titulares de la prensa. ?Hecho? ?Ha terminado el lector con las declinaciones de "¨¦xtasis", "gloria" y "delirio"?
Pues vamos a un ejemplo concreto. Al partido que, el 22 de febrero de 1948, disputan sobre un terreno nevado el C.D. Numancia y el Saguntino, equipos de la Tercera Divisi¨®n. Resultado: Numancia, 11; Saguntino, 1. Titular del diario Campo al d¨ªa siguiente: "El Numancia no gust¨®". Con dos pelotas, se?ores. El Numancia gan¨® por 11, pero no gust¨®.
Y eso que el encuentro tuvo sus amenidades. Transcribo un fragmento de la cr¨®nica, firmada por Pagaza: "Vidal acababa de tirar un chut escalofriante que roz¨® el larguero; no sabemos si por el susto, o porque ten¨ªa fr¨ªo, Munn¨¦, el portero saguntino, pidi¨® beber un poco de licor. Un compa?ero, desde la banda, le llev¨® una botella que inmediatamente puso en sus labios, y, con el ¨¢nimo y la mirada perdidos en el azul de los cielos, comenz¨® a ech¨¢rsela al coleto. Pero he aqu¨ª que nuestro Eduardo, que sabe muy bien que un hombre bebiendo de una botella est¨¢ m¨¢s cerca del quinto cielo que en cualquier parte de la tierra, y menos en una porter¨ªa de f¨²tbol? ver lo que estaba haciendo el cancerbero valenciano y tirarle una peladilla bombeada a la puerta, todo fue uno, con lo cual consegu¨ªa el onceavo gol".
N¨®tese, como curiosidad, que al portero del Sagunto le metieron el und¨¦cimo cuando a¨²n estaba entretenido con el aguardiente; una vez termin¨® de "echarse al coleto" la botella, no le marcaron ni uno m¨¢s.
A lo que ¨ªbamos: me gusta el Numancia, tambi¨¦n por otras cosas. Como los nombres de sus ilustres antecesores. Mientras en otras partes de Espa?a se fundaban el Huelva Recreation Club, el Palam¨®s o el Athletic de Bilbao, en Soria se prefer¨ªan denominaciones m¨¢s potentes. Los de Almaz¨¢n crearon el Deportivo Adnamantino. Los de Vinuesa, el Visontium Foot Ball Club. Y en la misma Soria naci¨® el insuperable Ku Klux Klan, que el 10 de agosto de 1924 bati¨® por 1 a 0 al Cintora en la cancha de El Royo Derro?adas.
Ya dec¨ªamos antes que el p¨²blico soriano no se conforma con cualquier cosa. El 7 de julio de 1931, los espectadores se negaron a ver la segunda parte del ?guila Roja-Deportivo Soriano y abandonaron en masa el campo de Santa B¨¢rbara, quiz¨¢ por los surcos de carro que cruzaban el terreno, quiz¨¢ porque las porter¨ªas med¨ªan tres metros. Ese debi¨® ser un partido tremendo. Vamos a los anales: "Desde su comienzo hasta el final (que no lleg¨® pues el ?guila Roja se retir¨® once minutos antes) el partido fue una constante disputa entre ¨¢rbitro, jueces de l¨ªnea, jugadores y p¨²blico. La mayor¨ªa de los incidentes se produjeron porque el campo, sin l¨ªneas, hac¨ªa imposible precisar la magnitud de las faltas".
Lo dicho: adem¨¢s de todas las razones obvias para simpatizar con el Numancia, ah¨ª est¨¢ una tradici¨®n hecha de pedregales, saba?ones y puro car¨¢cter. Yo pienso animar al Numancia hasta el ¨²ltimo minuto de esta Liga. Ustedes hagan lo que quieran.
[Los datos de este art¨ªculo han sido extra¨ªdos del libro 90 a?os de f¨²tbol en Soria, de Carmelo P¨¦rez Fern¨¢ndez de Velasco].
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