La norma evitar¨¢ casos como el de Echevarr¨ªa

El nombre de Inmaculada Echeverr¨ªa estuvo presente en la exposici¨®n que ofreci¨® ayer la consejera de Salud, Mar¨ªa Jes¨²s Montero, sobre las bondades de la futura ley. Esta norma "solventar¨¢", seg¨²n resalt¨®, casos como el de esta mujer, quien, postrada 11 a?os en una cama debido a una distrofia muscular progresiva, pidi¨® que la desconectasen del respirador artificial que la manten¨ªa con vida.

"Avala el derecho a rechazar un tratamiento que el m¨¦dico proponga o incluso a pedir que se retire un tratamiento ya instaurado, aunque suponga poner en peligro o acortar la vida. Esto ¨²ltimo fue lo que le ocurri¨® a Inmaculada Echeverr¨ªa", dijo Montero, quien detall¨® que, gracias a la nueva norma, los pacientes cumplir¨¢n sus deseos en cualquier centro sanitario, sea p¨²blico o privado, a diferencia de lo que ocurri¨® con Echeverr¨ªa, quien fue trasladada a un hospital p¨²blico ante la negativa de la orden hospitalaria San Juan de Dios a desconectar la ventilaci¨®n mec¨¢nica.

La lucha de Echevarr¨ªa y los tr¨¢mites que tuvo que poner en marcha el Gobierno andaluz para que pudiera ejercitar su derecho, convencieron a la Junta de la necesidad de regular por ley las condiciones de la muerte digna. La iniciativa recibi¨® el respaldo del Gobierno central y del PSOE, que en su ¨²ltimo congreso, celebrado a principios de julio, incluy¨® 10 enmiendas sobre "el derecho a una muerte digna".

Derechos

La consejera enumer¨® los derechos que reconocer¨¢ la nueva ley para diferenciarlo de la eutanasia. "Queda fuera de la ley porque la comunidad andaluza no tiene competencias en esta materia y porque, adem¨¢s, est¨¢ tipificado como delito en el C¨®digo Penal", dijo.

Montero puso especial ¨¦nfasis en que esta norma es "s¨ªntoma de una sociedad moderna y avanzada" y llega en "el momento adecuado" para atender a la sensibilidad de los andaluces. Seg¨²n detall¨®, el bar¨®metro sanitario de 2007, cuyos resultados se publicar¨¢n en breve, revela que m¨¢s de 93% de los andaluces coinciden en que "todo el mundo tiene derecho a morir dignamente"; el 78% preferir¨ªa no prolongar su vida en situaci¨®n irreversible si no disfruta de una m¨ªnima calidad de vida y el 87% avala un tratamiento contra el dolor aunque suponga vivir menos tiempo.