Ortegal era el centro de la Tierra
Cari?o organiza rutas mar¨ªtimas para visitar las rocas m¨¢s antiguas de la Pen¨ªnsula
A la sombra del cabo Ortegal se funden el Atl¨¢ntico y el Cant¨¢brico. Para los marineros de Cari?o es el kil¨®metro cero. Embravecidas, las dos corrientes tropiezan cada d¨ªa con los acantilados m¨¢s escarpados de Europa y con las formaciones rocosas m¨¢s antiguas de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica. Pliegues caprichosos con 1.160 millones de a?os donde se agarran los crust¨¢ceos m¨¢s cotizados del litoral gallego y descansan cada oto?o las aves que emigran hacia el verano africano. Para rentabilizar tur¨ªsticamente un patrimonio natural tan singular como desconocido, el Ayuntamiento de Cari?o puso en marcha este verano una iniciativa pionera para embarcar a turistas y cient¨ªficos en un antiguo cerquero, el Artal, reconvertido en barco did¨¢ctico para descubrir un tramo salvaje de la costa coru?esa enclavado "entre dos mares".
S¨®lo hay pe?as tan antiguas en Polonia, Terranova y Australia
Ptolomeo bautiz¨® como las Tres Blancas a estas rocas repletas de percebes
"Los ge¨®logos cuentan que Ortegal fue en alg¨²n momento el centro de la Tierra", explica el monitor al pasaje al doblar el cabo, "en todo el planeta s¨®lo hay otros tres lugares con rocas tan longevas en Terranova, Polonia y Australia". Hay teor¨ªas que defienden que estos cuatro puntos estuvieron unidos cuando la Tierra s¨®lo ten¨ªa un continente, Pangea, que se fractur¨® en los cinco actuales. Ortegal, Terranova, Polonia y Australia formar¨ªan el centro de Pangea.
Decenas de tesis doctorales acreditan el inter¨¦s cient¨ªfico por el cabo Ortegal, que tanto enfurec¨ªa a los comandantes brit¨¢nicos que ten¨ªan en este accidente geogr¨¢fico un f¨¦rreo enemigo en las batallas navales. Los ornit¨®logos tambi¨¦n han puesto sus ojos en la diversidad de aves que sobrevuelan el cabo. "Es el ¨²nico barco en Espa?a que realiza salidas concertadas", asegura el gu¨ªa, que exhibe una extensa lista de espera para rutas de siete horas a las que se ha sumado incluso un ornit¨®logo turco.
El Artal, rebautizado como Aula do Mar, fue construido en los a?os 80 en el astillero vigu¨¦s Rodman. Ya iba camino del desguace apremiado por las directrices europeas que instan a Galicia a recortar la flota. El pesquero escap¨® a la chatarra y fue donado por un armador de Cari?o al municipio, que inici¨® los tr¨¢mites para rematricularlo y acondicionarlo con fondos europeos y otras aportaciones de la Xunta que rondaron los 30.000 euros. "El balance no puede ser m¨¢s positivo", destaca Jos¨¦ Luis Armada, alcalde de Cari?o y art¨ªfice de un proyecto que naci¨® de "un empe?o personal" hasta convencer a la familia Balado para que cediese un cerquero impecable, fabricado en fibra.
Un total de 1.038 personas se embarcaron este verano en el Artal, seg¨²n el Ayuntamiento. Navega a una velocidad media de ocho nudos y traga 30 litros de combustible cada hora. Un patr¨®n y un solo tripulante manejan el barco, que conserva los aparejos originales, mientras el gu¨ªa, Jos¨¦ Miguel Alonso, explica a los marineros accidentales -un m¨¢ximo de 20 por grupo- c¨®mo enfundarse el chaleco salvavidas. El Artal debut¨® en Semana Santa embarcando gratis a los vecinos de la villa y prosigui¨® su viaje en julio y agosto con dos rutas de entre una a tres horas -a precios de 10 y 20 euros- que enfilan la costa hacia el norte, hasta Os Tres Aguill¨®ns, tres rocas puntiagudas clavadas en el mar y cuajadas de percebes que Ptolomeo cit¨® en el siglo II como Trileuco o los Tres Blancos, "probablemente por el color con el que lo adornaron los excrementos de las aves", apunta Alonso.
La segunda ruta, m¨¢s extensa, gira hacia el suroeste doblando el cabo Ortegal hasta superar la pared rocosa de Punta do Limo, desde donde se precipitan al mar las aguas de varios riachuelos y finaliza en el acantilado de Herbeira, con 613 metros de altura que lo coronan como el m¨¢s alto de Europa. En su primer verano, al Artal no le han faltado pasajeros para observar desde el mar la verticalidad que no se aprecia en tierra, aunque no todos los est¨®magos soportan una traves¨ªa, que a menudo corta olas de metro y medio con viento del nord¨¦s. "Como experiencia est¨¢ muy bien", asegura una turista madrile?a, "en una hora hemos pasado miedo, ha salido el sol y ha tronado. Todo con un paisaje impresionante". Encaramados en la cabina del patr¨®n, Mario y Claudia, dos valencianos de 7 y 4 a?os, tienen claro que lo mejor del viaje es la veintena de delfines mulares que juegan a esquivar el barco en la ensenada de Cari?o. El gobierno local planea ampliar los viajes en oto?o y primavera para escolares y cient¨ªficos.
?Pensando en una escapada a Galicia? Consulta la gu¨ªa de EL VIAJERO
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.