El Papa pide separar pol¨ªtica y religi¨®n
Benedicto XVI asegura que la laicidad del Estado no es incompatible con la fe - El presidente Sarkozy asume ante el pont¨ªfice "las ra¨ªces cristianas" de Francia
Bajo una decena de impresionantes l¨¢mparas de ara?a, rodeados de una nutrida representaci¨®n de la Francia laica y republicana, el papa Benedicto XVI y el presidente franc¨¦s Nicolas Sarkozy sellaron ayer una alianza ideol¨®gica por un laicismo nuevo, m¨¢s tolerante y abierto. Sarkozy y el Papa intercambiaron elogios y complicidades en el palacio del El¨ªseo, durante un encuentro que transcurri¨® en un ambiente versallesco y cordial, que contrast¨® con la indiferencia general de los parisienses a la visita papal.
Sarkozy: "Prescindir de las religiones es una locura, un ataque a la cultura"
Benedicto XVI exige "distinguir entre el ¨¢mbito pol¨ªtico y el religioso"
Benedicto XVI afirm¨® que es "fundamental insistir en la distinci¨®n entre el ¨¢mbito pol¨ªtico y el religioso", siguiendo el consejo de Cristo -"a Dios lo que es de Dios, y al C¨¦sar lo que es del C¨¦sar"-, pero reclam¨® una "nueva reflexi¨®n sobre la laicidad", que tenga en cuenta que "la religi¨®n es insustituible para la formaci¨®n de las conciencias" y en la b¨²squeda "de un consenso ¨¦tico de fondo en las sociedades".
"En este momento hist¨®rico donde las culturas se cruzan es m¨¢s necesario que nunca una nueva reflexi¨®n sobre el verdadero sentido y la importancia de la laicidad", dijo el Papa, que apoy¨® sin fisuras el concepto de "laicismo positivo" lanzado por Sarkozy durante su visita a Roma en diciembre pasado. En un mundo que ofrece pocas aspiraciones espirituales y pocas certezas materiales, dijo el Papa, la Iglesia puede contribuir espec¨ªficamente, educando a los j¨®venes, asistiendo a los m¨¢s necesitados, ayudando a buscar soluciones m¨¢s justas a las desigualdades.
Durante el vuelo a Par¨ªs, el Papa hab¨ªa afirmado que la laicidad "en s¨ª misma no est¨¢ en contradicci¨®n con la fe", "incluso es fruto de la fe, porque la fe cristiana fue desde el principio una religi¨®n universal".
El presidente franc¨¦s, que utiliz¨® la f¨®rmula "tr¨¦s Saint P¨¨re" (sant¨ªsimo padre) al menos en 25 ocasiones, parec¨ªa estar leyendo una enc¨ªclica cuando dijo: "Prescindir de las religiones ser¨ªa una locura, un ataque a la cultura y al pensamiento".
Sarkozy anim¨® al Papa a sumarse a iniciativas concretas. La Iglesia puede ayudar a dotar de moralidad al capitalismo financiero globalizado, se?al¨® por ejemplo, y participar, "con su reflexi¨®n y su experiencia, rica de tantos siglos", en el gran debate sobre Bio¨¦tica que ha organizado Francia para el a?o pr¨®ximo.
"Respeto las religiones, todas las religiones", proclam¨® el presidente dos veces divorciado. "Conozco los errores que han cometido y los integrismos que las amenazan, pero s¨¦ bien el papel que han jugado en la construcci¨®n de la humanidad".
Sarkozy acudi¨® con su esposa, Carla Bruni, a recibir al Papa al aeropuerto de Orly. Media hora m¨¢s tarde, el presidente sali¨® tambi¨¦n al patio del El¨ªseo para dar una segunda bienvenida al pont¨ªfice. Minutos despu¨¦s, ambos entraban ovacionados en el gran sal¨®n de gala del El¨ªseo, abarrotado de tapices, dorados, artesonados, columnas, periodistas, funcionarios de la Rep¨²blica y unos 350 invitados institucionales.
La visita del Papa es "un acontecimiento excepcional", dijo el jefe del Estado franc¨¦s. Se trata del "l¨ªder de una familia espiritual cuya contribuci¨®n a la historia del mundo, de Europa y de Francia no es ni contestable ni contestada". "Asumimos nuestras ra¨ªces cristianas" al no privilegiar a ninguna religi¨®n, recalc¨® Sarkozy, al se?alar que la "diversidad" de Francia es "una riqueza".
En Francia, la asistencia a misa en las iglesias cat¨®licas no llega al 10% de la poblaci¨®n, pero intelectuales como R¨¦gis Debray, antiguo camarada del Che Guevara, o Max Gallo, ex comunista y asesor religioso de Sarkozy, han alertado sobre la p¨¦rdida de referencias culturales asociada al crecimiento del islam y al retroceso del catolicismo.
Muchas d¨¦cadas de relaci¨®n inexistente entre el Vaticano y el El¨ªseo parecen haber pasado a la historia con la visita de Benedicto XVI. El mundo laico franc¨¦s y la oposici¨®n de izquierda vieron con preocupaci¨®n este acercamiento. El Consejo Nacional de las Asociaciones Familiares Laicas denunci¨® ayer "la intrusi¨®n permanente de la religi¨®n en la pol¨ªtica" desde la llegada de Sarkozy al poder. Este grupo asegur¨® que el mandatario desea importar "el modelo estadounidense que mezcla alegremente a Dios en la pol¨ªtica". El Partido Socialista franc¨¦s reclam¨® al Gobierno y a Sarkozy que sean "los guardianes del principio de laicidad", lo que implica "asumir que la religi¨®n es un asunto individual en un Estado que respeta la libertad de culto".
Ep¨ªstola a los intelectuales contra el fanatismo
Mientras en las televisiones y p¨¢ginas web francesas estallaba la pol¨¦mica sobre el recibimiento de la ma?ana en el El¨ªseo, el Papa celebraba por la tarde un encuentro con 650 representantes del mundo acad¨¦mico, medi¨¢tico y econ¨®mico franc¨¦s. La cita fue organizada por el Instituto de Francia -Joseph Ratzinger es miembro de la Academia de Ciencias Morales y Pol¨ªticas francesa desde 1992-, pero se celebr¨® por razones de espacio en el Colegio de los Bernardinos, un espectacular edificio cisterciense del siglo XIII situado en el coraz¨®n del Barrio Latino de Par¨ªs.
El Papa reserv¨® para la ocasi¨®n las virtudes que se le reconocen como te¨®logo: una erudici¨®n deslumbrante, profundo conocimiento de la historia de la religi¨®n y la filosof¨ªa, y, al final, una estocada certera, plena de sentido pr¨¢ctico, para llevar la argumentaci¨®n a su terreno.
"Ser¨ªa fatal si la cultura europea de hoy llegase a entender la libertad s¨®lo como la falta total de v¨ªnculos y con esto favoreciese inevitablemente el fanatismo y la arbitrariedad. La falta de v¨ªnculos y arbitrariedad no son la libertad, sino su destrucci¨®n", afirm¨® el Papa.
La clave del abrumador discurso fue sencilla. Las ra¨ªces de la cultura europea y de la teolog¨ªa occidental son una misma, coinciden, se apoyan en una necesidad com¨²n: buscar a Dios, dejarse encontrar por ¨¦l.
La conclusi¨®n de Ratzinger es que, hoy d¨ªa, dado que "para muchos, Dios se ha convertido realmente en el gran desconocido", buscarle "sigue siendo igual de necesario". Porque, si no lo hacemos, s¨®lo nos queda el positivismo, y "una cultura meramente positivista (...) ser¨ªa la capitulaci¨®n de la raz¨®n, la renuncia a sus posibilidades m¨¢s elevadas, y consiguientemente una ruina del humanismo, cuyas consecuencias no podr¨ªan ser m¨¢s graves". Ya que "la b¨²squeda de Dios y la disponibilidad para escucharle sigue siendo a¨²n hoy el fundamento de toda verdadera cultura".
Entre quienes acudieron a escuchar al Papa estaban los ex presidentes Jacques Chirac y Val¨¦ry Giscard d'Estaing; la ministra de Cultura, Christine Albanel; miembros de las Academias, escritores, investigadores, artistas y patrones de empresas y medios de comunicaci¨®n. Los aplausos finales sonaron como si no fueran de compromiso.
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