Veinte interiores mutantes
Maniqu¨ªes de c¨¦sped, helados de 'gin-tonic', burdeles convertidos en tiendas de ropa y varias sorpresas m¨¢s en un directorio madrile?o ideal para combatir la monoton¨ªa
A veces, las bondades del ocio urbano son un perfecto b¨¢lsamo con el que combatir la monoton¨ªa. Madrid parece que por fin se presta al reto de comprobarlo. La ciudad asiste a un inevitable reciclado creativo, sin perder la capacidad para generar cierta sorpresa en sus establecimientos. Nada mejor que acercarse primero a Chueca, laboratorio de experimentos donde cl¨¢sicos comercios y bares de ambiente gay con solera se mezclan con novedosos locales generando una particular y divertida estridencia. Entre estos ¨²ltimos est¨¢ Gamba Sneakers, en el n¨²mero 5 de la emblem¨¢tica calle de Piamonte. Bajo la idea de tienda-concepto, a¨²na la ilustraci¨®n de sus zapatillas exclusivas con un escaparatismo extravagante (que incorpora, por ejemplo, un maniqu¨ª de c¨¦sped).
Casi todo es posible en esta c¨¦ntrica parte de la ciudad, capaz de renovarse en cuesti¨®n de meses. No hay que olvidar que una de sus grandes bazas es la profusi¨®n de restaurantes, a menudo atiborrados de un p¨²blico ecl¨¦ctico. Bristolbar, en la vecina Almirante (n¨²mero 20; 915 22 45 68), es un local de aire brit¨¢nico informal, con un retrato de la reina Victoria frente a la barra y sabrosos rosbifs en la carta. Triunfa a cualquier hora, y a¨²n m¨¢s a la del afterwork, con sus ginebras de importaci¨®n que se cuelan hasta en los postres, como el de gelatina de gin-tonic. Podemos caminar hasta San Marcos, 26, para ser testigos, en Home Burger Bar (915 21 85 31), de que las hamburguesas tambi¨¦n buscan su sitio en el nuevo mapa gastron¨®mico. La idea es de la dise?adora holandesa Marre Moerel. Tras su primer local de Malasa?a, inspirado en un diner americano, repite f¨®rmula, con una planta m¨¢s de aire retro y asientos circulares.
Pasear por Chueca implica caer en la cuenta de que lo normal es que nada sea com¨²n y, en sus angostas calles, descubrir tiendas como Simsum (Santo Tom¨¦, 4), que es, a su vez, estudio de arquitectos e interioristas. Har¨ªa las delicias de cualquier sibarita, con muebles de firmas como Moooi o Cappellini. Acoge exposiciones de nuevos dise?adores, aunque la permanente sea una en el patio, de grifos y sof¨¢s. Algo inherente al barrio es tambi¨¦n su habilidad para crear tendencia. Una prueba es el multiespacio Isol¨¦e (Infantas, 19). Ideado por la arquitecta Teresa Sapey, supuso un referente en el boom del nuevo interiorismo, al que se sumaron otros locales, ahora rese?ados en las revistas gratuitas que se apilan en suelos y mostradores de los establecimientos de la zona. A¨²n hoy llama la atenci¨®n, y no s¨®lo por sus escaparates, por los que han pasado desde juguetes er¨®ticos hasta almohadones en forma de coraz¨®n. Tambi¨¦n por la variedad de fetiches, ropa de marca y delicatessen en su interior, de aire futurista. Cerca, tambi¨¦n en el coraz¨®n del barrio, otro imprescindible: Diurno (San Marcos, 37). Es la m¨¢s se?era cafeter¨ªa local, adem¨¢s de lugar de encuentro de casuales y habituales. Incluye servicio take away y una deuvedeteca especializada en cine de autor y de tem¨¢tica gay o l¨¦sbica.
A su alrededor se descubre un mundo de posibilidades m¨¢s y menos estilosas. Si nos decantamos por las primeras, podemos asomarnos a la calle de Hortaleza, a la altura del 26, donde est¨¢ HAND, una tienda de ropa danesa que luce una epatante instalaci¨®n de bombillas. O bien sumergirnos en una cueva de ladrillo subterr¨¢nea, Las Bailarinas (Piamonte, 19), con bonitos zapatos y bolsos de la dise?adora M¨®nica Garc¨ªa, o en la estupenda librer¨ªa Democrazy (traves¨ªa de San Mateo, 7), que con sus cuidadas ediciones de arte gr¨¢fico y visual o fotograf¨ªa lleva el sobrenombre de delibook store. En otra como Sins Entido (V¨¢lgame Dios, 6), cuya reforma la firma su due?o e impulsor, el arquitecto Jes¨²s Moreno, se expone obra de ilustradores. Aqu¨ª lo dif¨ªcil es decidir si llevarnos un c¨®mic de Jack Kirby o una novela gr¨¢fica de Paul Auster.
Un mundo lejano
Abandonamos Chueca para dirigirnos a la vecina calle de Fuencarral. Se?uelo de las firmas de moda urbana, en esta suerte de Soho es posible comprar un cuadro en la primera galer¨ªa tem¨¢tica de un artista pop: Black Sun Art (Hern¨¢n Cort¨¦s, 16), del madrile?o Mario de la Iglesia, de 38 a?os. O fumar en shisha en Jhambal¨¢ (P¨¦rez Gald¨®s, 3), un caf¨¦-chill con camas balinesas que se presta a so?ar con un mundo lejano desde la gran ciudad.
M¨¢s curioso a¨²n resulta el universo underground de los alrededores de Ballesta, donde un proyecto piloto para regenerar la conflictiva zona re¨²ne arte y moda de forma temporal en antiguos comercios y prost¨ªbulos. La Linterna Roja (n¨²mero 4) era un burdel que ha recuperado con ¨¦xito su estilismo decadente. Hoy es tienda de ropa y sala de muestras, asentadas en sus habitaciones. Fot¨®grafos, ilustradores y arquitectos las han intervenido en forma de proyecto personal (hasta el pr¨®ximo d¨ªa 30). Nadie sabe si la m¨¢s esot¨¦rica es la que acoge una instalaci¨®n de macram¨¦ u otra que incluye piezas de carne. Desde la pr¨®xima semana se unen los dise?adores de EGO, el sector joven de la Pasarela Cibeles.
Tomamos aire antes de dirigirnos a la calle de la Luna. En el 19 est¨¢ la tienda (imprescindible por su calidad e imaginaci¨®n) de Marre Moerel. La dise?adora holandesa sorprende esta vez con l¨¢mparas que parecen troncos o neuronas. Es una de esas tiendas de autor propias de la frescura canalla que empapan esta parte de la ciudad, lim¨ªtrofe con Malasa?a. En la cercana Peseta (Noviciado, 9), su joven due?a y modista llama a sus bolsos pesetismos, y a las temporadas, cosechas.
Otros rincones
Sin abandonar nuestra querencia por la singularidad, exploramos otros rincones de la ciudad, hasta llegar a Christofle (Jorge Juan, 4), en el barrio de Salamanca. Sus accesorios y joyas de potentes dise?adores como la parisiense Andr¨¦e Putman o el japon¨¦s Ora ?to se exhiben en plan museo. Restaurantes como Rams¨¦s (914 35 16 66) nos recuerdan que otros como Philippe Starck (apoyado por el joven y brillante arquitecto madrile?o Luis ?rculo) tambi¨¦n han dejado su impronta en esta gran urbe castiza. El suntuoso sue?o g¨®tico del franc¨¦s, frente a la Puerta de Alcal¨¢, en la mism¨ªsima plaza de la Independencia (n¨²mero 4), recupera los asientos de caparaz¨®n y a?ade un lounge con c¨®cteles. En el otro extremo, Flou (Segovia, 8) es un peque?o local con encanto de La Latina, con cocina creativa del joven chef Jes¨²s N¨²?ez. Ide¨® c¨®cteles comestibles, que se toman con cuchara, como el de Baileys con chocolate y canela. Y si de lo que se trata es de abandonarse al vanguardismo onda Kubrick, lo mejor es dejarse caer, a altas horas, por el Gift: un moderno bar anexo a un hotel de ¨²ltima generaci¨®n, ?scar Room Mate (Plaza V¨¢zquez de Mella, 12), del interiorista Tom¨¢s Al¨ªa. Se impregna de m¨²sica house, ginebras con rodaja de pepino e intuiciones de lo que Madrid es y podr¨¢ llegar a ser.
Mil y una propuestas en la gu¨ªa de Madrid | Encuentra tu restaurante en Madrid
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.