Ahora toca m¨¢s ley y menos beneficio
La crisis cambiar¨¢ la forma de hacer negocios en el sector de la banca de inversi¨®n
El terremoto que ha sacudido Wall Street cambiar¨¢ para siempre el paisaje de la industria financiera. Las hipotecas basura y toda la ingenier¨ªa financiera que se mont¨® a su alrededor han puesto al descubierto unas ineficiencias tan graves en el sistema que parece imposible que no haya cambios.
La primera novedad ha sido sobrevenida, forzada por los acontecimientos, y tiene que ver con el reparto de funciones entre los diferentes tipos de entidades financieras. En 1933, el Congreso estadounidense aprob¨® la ley Glass-Steagall, que establec¨ªa una clara separaci¨®n entre los bancos de inversi¨®n y los bancos comerciales. El presidente Franklin Delano Roosevelt alent¨® la reforma. Con la amarga experiencia del crash de 1929, los legisladores consideraron que un sistema bancario basado en la especulaci¨®n era perjudicial para la econom¨ªa. Por ese motivo se prohibi¨® a los bancos comerciales operar en Bolsa, evitando as¨ª los conflictos de intereses y forzando a las entidades a elegir entre ser prestamistas o brokers.
Los expertos piden fijar un l¨ªmite para el apalancamiento de las entidades
Sin embargo, 75 a?os despu¨¦s de la entrada en vigor de esta norma se ha completado el c¨ªrculo. Bear Stearns ha sido absorbido por JPMorgan con el benepl¨¢cito de la Reserva Federal, el ¨¢rea de inversi¨®n de Lehman Brothers est¨¢ ahora en manos de Barclays y Bank of America se har¨¢ con Merrill Lynch. S¨®lo Goldman Sachs y Morgan Stanley permanecen como bancos de inversi¨®n independientes, aunque el mercado cree que en un futuro no muy lejano necesitar¨¢n negociar su fusi¨®n con bancos comerciales, con una amplia base de dep¨®sitos, para ganar una fuente de financiaci¨®n m¨¢s estable. El nombre de Wachovia ha sonado con fuerza esta semana como posible pareja de baile de Morgan Stanley.
"Las firmas de Wall Street que sobrevivan tendr¨¢n que afrontar un entorno m¨¢s regulado, especialmente ahora que los bancos comerciales est¨¢n rescatando a las entidades de inversi¨®n con problemas", explica Brendan Moynihan, editor de la agencia Bloomberg. "Aquellas firmas que no caigan en manos de la banca comercial necesitar¨¢n fuentes de financiaci¨®n de mayor solvencia y eso llevar¨¢ inevitablemente a una supervisi¨®n m¨¢s f¨¦rrea", a?ade.
Algunas de las reglas que regir¨¢n el destino de Wall Street ya se han puesto sobre la mesa. El supervisor burs¨¢til estadounidense (SEC) ha hecho especial ¨¦nfasis en controlar las ventas especulativas a corto plazo. Tambi¨¦n han empezado a surgir voces que piden la creaci¨®n de un mercado regulado para el negocio de los credit default swaps (coberturas que contratan los inversores para protegerse ante el impago de las emisiones de deuda). Estos productos, que mueven 62 billones de d¨®lares y han hundido a AIG, hab¨ªan estado hasta ahora al margen de la supervisi¨®n.
Tambi¨¦n hay peticiones para que haya una mayor transparencia en el mercado de derivados, el establecimiento de l¨ªmites sobre el apalancamiento que pueden asumir las entidades, as¨ª como que los brokers tengan que asumir responsabilidades fiduciarias. "La consecuencia de todo ello ser¨¢ la ca¨ªda de las ganancias en Wall Street. Con m¨¢s transparencia en los precios, los spreads se estrechar¨¢n. Con menos capacidad de apalancamiento, las compa?¨ªas no podr¨¢n disparar sus beneficios", advierte Moynihan.
Larry Tabb, presidente de la consultora especializada en servicios financieros Tabb Group, comparte esta opini¨®n. En un informe colgado en su web, este experto se?ala que el negocio de banca de inversi¨®n ya no volver¨¢ a ser el mismo. "Los d¨ªas del todo en uno dentro de un banco de inversi¨®n est¨¢n pr¨®ximos a su fin. Estamos asistiendo a una reducci¨®n de la capacidad de la industria. Habr¨¢ una huida del riesgo y se reforzar¨¢ la transparencia y la liquidez".
Tabb prev¨¦ cuatro grandes cambios en la industria. El primero es una apuesta por la seguridad. "Esta transici¨®n forzar¨¢ a las empresas a trasladar la mayor parte de sus productos en mercados Over-the Counter [no organizados] a las Bolsas tradicionales". El segundo cambio consiste en el fin de la titulizaci¨®n. "Veremos c¨®mo cada vez menos inversores querr¨¢n tener deuda de otras entidades empaquetada en t¨ªtulos". Tabb pronostica tambi¨¦n una divisi¨®n entre bancos buenos y bancos malos. "La idea que subyace aqu¨ª es que las entidades escindir¨¢n los activos de mayor riesgo en una compa?¨ªa independiente y los activos de mayor calidad se quedar¨¢n en el banco madre". La cuarta y ¨²ltima transformaci¨®n tiene que ver con el hecho de que buena parte de los grandes bancos de inversi¨®n son ahora p¨²blicos o dependen del Gobierno. "Esto conllevar¨¢ un cambio en la estructura de la gesti¨®n de las compa?¨ªas. Los bancos de car¨¢cter estatal son gestionadas por profesionales menos sofisticados y est¨¢n respaldados por los dep¨®sitos de los ahorradores".
Un aluvi¨®n de parados
Con independencia de las consecuencias que pueda tener la crisis para la superestructura de Wall Street, el crash financiero tambi¨¦n esconde cientos de dramas personales. Son aquellos profesionales a los que la crisis subprime les ha dejado sin su puesto de trabajo. Desde que en agosto de 2007 empezaran a destaparse los primeros agujeros en los balances, los bancos de inversi¨®n han echado a la calle a 125.000 trabajadores en todo el mundo. Las plantillas que m¨¢s se han recortado son las de Lehman Brothers (18.890 empleos), Citigroup (14.074) y Bank of America (11.150).
Algunos de estos profesionales han logrado ya nuevos empleos. Jefferies Group, un peque?o banco de inversi¨®n dirigido por un ex trader de bonos basura, ha contratado a 25 empleados procedentes de Bear Stearns. Es tan s¨®lo una gota dentro de un oc¨¦ano, pero quiz¨¢s esta noticia pueda sugerir por d¨®nde van a venir las ofertas en el sector durante los pr¨®ximos a?os: los grandes transatl¨¢nticos de Wall Street dejando paso a embarcaciones de menor tama?o. -
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