Un lugar en el mundo
As¨ª que la mundializaci¨®n informativa era esto: regresas al hotel transida a¨²n por el crep¨²sculo en el B¨®sforo... para darte de bruces con Carlos Fabra. De primeras cuesta un poco descodificar el mensaje, desde la espesura neuronal que precipitan un par de semanas y muchos kil¨®metros de distancia. Luego acabas (maldita sea) rescatando la cruda realidad de unos hechos que se han empe?ado en suceder al margen de tu par¨¦ntesis. O sea que est¨¢s fuera pero te espantas ante la pantalla donde evolucionan el ectoplasma y sus excrecencias, y entonces te reprochas haber ca¨ªdo en la tentaci¨®n de escrutar qu¨¦ demonios sucede por "casa". Pero la culpa es tuya, porque entre culebr¨®n y concurso, las TVE Internacional y 24 horas te van a rebotar algunos de los acontecimientos que se supone debes conocer, y si de verdad pretend¨ªas preservar la inocencia, no deb¨ªas morder la manzana del conocimiento. Arrostra pues las consecuencias de oprimir el mando del televisor, encender el PDA, "conectarte" al correo electr¨®nico y las ediciones digitales. Porque lo que te han venido a obsequiar en setiembre, resumiendo mucho, es: la foto de una esperp¨¦ntica clase de Citizenship con traducci¨®n simult¨¢nea; los reyes del fraude inmobiliario detenidos en El Altet en plena evasi¨®n; cuatro cad¨¢veres de inmigrantes flotando frente a la Vega Baja; el alcalde de Alicante march¨¢ndose de rositas; trabajadores de Ford pasando al paro; Europa investigando de nuevo el urbanismo valenciano; la jueza de D¨¦nia eximida de cumplir la ley por sus coleguis m¨¢s conservadores; un chispeante concurso en el que el burbujeante Gonz¨¢lez Pons "premia" con una cena con Rajoy; la deuda de la Generalitat que se sigue saliendo del cuadro; unos barracones escolares que tambi¨¦n se salen; las resonancias magn¨¦ticas m¨¢s caras de Europa; los dependientes sin ayudas; una sala de la Filmoteca que ya no recordar¨¢ al m¨¢rtir de la libertad Juan Piqueras (qu¨¦ pena por Berlanga...) mientras el cardenal arzobispo de Valencia afronta otro martirio "comparable al sufrimiento de Cristo" porque no le reconocen su derecho a formar "m¨¦dicos para la vida". Menciono al final las ¨²ltimas persecuciones y cismas que afectan a la Iglesia Cat¨®lica porque en este caso he tenido que ver, leer y tocar para creer. Por eso rescato del papel impreso (una man¨ªa) la noticia de Garc¨ªa-Gasco prohibiendo al abad de Poblet decir en Valencia una misa por En Jaume I, la pomposa inauguraci¨®n de una "universidad" confesional perfectamente in¨²til... y la soberbia (no como sin¨®nimo de magn¨ªfica) que supura en el patio esa estatua erigida en honor del purpurado al que Rita Barber¨¢ acaba de adoptar...
Procedo a esta inmersi¨®n noticiosa a base de ampliar los titulares que me golpearon a muchas millas mientras transcurre el debate en las Cortes auton¨®micas, el mismo d¨ªa en que la polic¨ªa exige a los bancos las cuentas de Fabra. El curso pol¨ªtico ha comenzado, y ahora s¨¦ que al menos una cosa han cumplido nuestros gobernantes: prometieron poner a Valencia en el mapa del mundo y (maldita sea de nuevo) lo han conseguido. Tanto, que tienta seguir observ¨¢ndola desde lejos, v¨ªa sat¨¦lite.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.