Hubo rock en la plaza del pueblo
Decir Tequila en Madrid es como decir Burning, Tony Leblanc, la Verbena de la Paloma, el caf¨¦ La Bobia de Laberinto de pasiones de Almod¨®var, el "A colocarse y al loro" de Tierno Galv¨¢n y hasta el reciente soterramiento de la M-30, ahora calle. Ello lo vinieron a demostrar en el primero de sus dos conciertos en la capital, su casa, los dos supervivientes en activo del grupo: Alejo Stivel y Ariel Rot. Dos ex adolescentes argentinos que, por el poder de una desconocida magia, supieron prender hace 30 a?os la hoguera del rock en castellano hasta hacer que calara en las ansiosas masas de j¨®venes necesitados de una mecha para la bomba de su imparable necesidad de experimentaci¨®n. En la Espa?a de los setenta Tequila lo fueron todo: guapos, ricos, vendedores, acaparadores de fans y, tambi¨¦n, el poema enunciado de la r¨¢pida ca¨ªda de los m¨¢s bellos.
ROCK / TEQUILA
Tequila: Alejo Stivel, Ariel Rot, Josu Garcia, Mac Hern¨¢ndez, Mauro Mietta y Dani Griffin. Sala La Riviera. Artistas invitados: Pereza y Carlos Tarque. 25 y 28 euros. 1.700 asistentes. Viernes 3 y s¨¢bado 4 de octubre.
Treinta a?os despu¨¦s cuentan con lo m¨¢s importante para explicar la pervivencia de su leyenda: un tremendo pu?ado de incre¨ªbles canciones que, como explicaba el guitarrista Ariel en su camerino minutos antes de salir a tocar, producen el curioso fen¨®meno de que "es imposible encontrar a un solo espa?ol que no se sepa ninguna canci¨®n de Tequila".
Con semejante repertorio, el ¨¦xito de salida estaba asegurado. Ariel, seguro y suelto a la guitarra, y un Alejo que a¨²n parece hasta asombrado de verse all¨ª, rompieron la muralla de nostalgia a los acordes de Rock and roll en la plaza del pueblo. Alejo, con los mismos pantalones rojos hiperestrechos que ahora han vuelto a poner de moda sus sobrinos Pereza, exhibi¨® una voz que mantiene lo esencial y saca partido de enorme y personal chuler¨ªa a cl¨¢sicos como Mira esa chica o Matr¨ªcula de honor. Tambi¨¦n recordaron a otro argentino en problemas en la actualidad, como es Charly Garc¨ªa, autor de Mr. Jones y realzaron el culto a la rebeld¨ªa juvenil con Me voy de casa. Un toque reggae con El barco y de nuevo a alimentar a un p¨²blico multigeneracional que naci¨® en los setenta, los ochenta, y los noventa con irresistibles temas como Quiero besarte u Hoy quisiera estar a tu lado.
Entre el p¨²blico y vivamente entusiasmados, caras populares como las de los actores Melanie Olivares y Unaix Ugalde y el actor presentador Arturo Valls. Junto a ellos, gentes que apenas ten¨ªan dos a?os cuando Tequila arras¨® en el parque de atracciones de Madrid ante 5.000 personas tocando un domingo por la ma?ana.
?Es eso posible hoy con un grupo actual? Tambi¨¦n abundaban los espec¨ªmenes de su generaci¨®n sac¨¢ndole el mayor partido posible a las caderas. De todo hubo en esta fiesta intergeneracional.
Tambi¨¦n entre los presentes, y como un inesperado homenaje a los que dejaron Tequila por causas de fuerza mayor, los hijos de Juli¨¢n Infante, que seguramente hubiera gozado de esta fiesta hasta apurar la ¨²ltima copa y Dios sabe qu¨¦ m¨¢s. A la fiesta se unieron dignos herederos de Tequila, como son Carlos Tarque, quien cant¨® estupendamente Las cosas que pasan hoy y repiti¨® al final en Necesito un trago, y los citados Pereza, que ayudaron a sacar chispas el viejo Rock del ascensor, de Sergio Makaroff, y embellecieron m¨¢s a¨²n si cabe el filos¨®fico Que el tiempo no te cambie.
Dos horas de rock, en definitiva, en las que la lente se enfoc¨® y Madrid volvi¨® a ser aquel Madrid en el que excitarse escuchando simple y juvenil rock and roll. Finalmente, el tiempo no nos cambi¨® tanto.
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