Gestionar la confianza en tiempos de crisis
El mundo ha cambiado. Los mercados financieros y el sector bancario han dado un giro radical. Estamos asistiendo a una traves¨ªa hacia lo desconocido con grandes firmas a la deriva, ardiendo o absorbidas bajo circunstancias sin precedentes.
Frente al fantasma de la recesi¨®n, todas las miradas se han vuelto hacia los bancos nacionales, los reguladores, los gobiernos y los dirigentes pol¨ªticos. Mientras tanto, inversores, accionistas, propietarios y consumidores buscan liderazgo y respuestas. Sin embargo, estas respuestas han tardado en llegar.
El primer acto reflejo de presidentes, primeros ministros y l¨ªderes de la banca ha sido proclamar que las estrategias y los planes presupuestarios de sus respectivos pa¨ªses hab¨ªan reforzado sus econom¨ªas suficientemente para resistir cualquier posible crisis.
Los dirigentes pol¨ªticos de EE UU, Reino Unido y Espa?a se han mostrado atascados y a la defensiva en sus explicaciones
Paulson reaccion¨® con su oferta de ayuda a la banca, que se ha convertido en una batalla entre salvar Wall Street o High Street
El mensaje del Gobierno espa?ol fue: "Queremos reafirmar la fortaleza de nuestra econom¨ªa para superar la situaci¨®n actual". Mensaje del que se hicieron eco el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, y el primer ministro brit¨¢nico, Gordon Brown.
Frente a estos cambios catastr¨®ficos, resulta muy f¨¢cil afirmar que los gobiernos han actuado con excesiva lentitud y que han permanecido en silencio demasiado tiempo. Pero resulta dif¨ªcil ver c¨®mo podr¨ªan o deber¨ªan haber actuado y comunicado a medida que luchaban por comprender la magnitud de los cambios. Incluso economistas de prestigio internacional han mostrado su desconcierto por la velocidad y el alcance de los acontecimientos.
La ¨²ltima sorpresa la ha protagonizado el secretario del Tesoro estadounidense, Henry Paulson, al anunciar un plan de ayuda de 700.000 millones de d¨®lares para comprar activos financieros t¨®xicos. Aunque desde que empez¨® la negociaci¨®n del proyecto de ley en el Congreso de Estados Unidos el debate ha derivado en una batalla entre salvar Wall Street o salvar High Street.
La actual crisis mundial ha afectado en todo momento a la seguridad y a la confianza. Como se observ¨® tras los ataques del 11-S, estos ingredientes, esenciales en las empresas, son fr¨¢giles y vulnerables frente a los da?os y efectos corrosivos de los rumores negativos y previsiones diversas sobre el d¨ªa del "juicio final", acrecentadas en la presente crisis, ya que la confianza es fundamental para los mercados financieros.
Si bien el nivel de la crisis crediticia puede carecer de precedentes, muchos de los factores presentes son habituales en situaciones de emergencia del d¨ªa a d¨ªa. Cuando estalla una crisis, las primeras v¨ªctimas son siempre la verdad y los hechos. Nadie puede estar seguro de lo que ha sucedido ni de sus causas principales.
En un mundo con noticias las 24 horas del d¨ªa y una conversaci¨®n online continua, la informaci¨®n se dispara r¨¢pidamente en todo el mundo. Y nunca faltan comentaristas, cr¨ªticos y "expertos" que se apresuran a ofrecer sus opiniones o ideas. En esta crisis global, la confianza ha sido a¨²n m¨¢s afectada por la disonancia y la falta de consenso en la mara?a de teor¨ªas.
Cuando los mercados financieros, hipotecarios y la banca se vieron presionados tras la explosi¨®n de la crisis crediticia, los efectos resultantes impactaron en cada accionista, propietario, ahorrador e incluso en los consumidores. La magnitud de estos problemas iba m¨¢s all¨¢ del ¨¢mbito de la regulaci¨®n habitual o la experiencia pol¨ªtica, que en parte explica el silencio o las respuestas superficiales que se percibieron r¨¢pidamente como defensivas y huecas.
En tiempos de incertidumbre nacional o financiera, se exige a los l¨ªderes que aseguren a la poblaci¨®n que se est¨¢n gestionando los problemas y que ¨¦stos se encuentran bajo control.
Cuando los problemas ascienden al nivel de crisis, estos mismos l¨ªderes necesitan demostrar confianza a trav¨¦s de declaraciones audaces respaldadas por planes robustos y con visi¨®n de futuro que puedan soportar la escalada del caos y los acontecimientos cr¨ªticos que amenazan la econom¨ªa.
En los ¨²ltimos meses, los dirigentes pol¨ªticos parec¨ªan atascados y a la defensiva en sus respuestas. Como el alcalde de Nueva York, Rudi Giuliani, despu¨¦s del 11 de septiembre, la historia nos dar¨¢ la perspectiva necesaria para saber si Henry Paulson ha reaccionado correctamente a las fluctuaciones del entorno mediante la oferta de ayuda multimillonaria a las instituciones financieras.
S¨®lo el tiempo dir¨¢ si el impacto de un paso bipartidista a este proyecto de rescate financiero sin precedentes sobrevivir¨¢ para facilitar la inyecci¨®n de confianza que debe respaldar la actual crisis.
Mike Seymour es director internacional de Gesti¨®n de Crisis de Edelman.
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