Dinero por basura
Se ha aprobado definitivamente en el Congreso de EE UU el Acta de Estabilizaci¨®n Econ¨®mica de Urgencia 2008, que es la denominaci¨®n oficial de las medidas de rescate al sistema financiero. El mercado se derrumb¨® y s¨®lo el Estado ha acudido a salvarlo. No queda m¨¢s que la discusi¨®n acad¨¦mica o ideol¨®gica, y la analog¨ªa hist¨®rica, sobre si era mejor no intervenir o si hubiera sido mejor otro plan que ¨¦ste.
En esencia, su contenido se centra en tres o cuatro aspectos: la compra de activos t¨®xicos por parte del Tesoro por una cantidad m¨¢xima de 700.000 millones de d¨®lares (dinero por basura); una reducci¨®n de impuestos a largo plazo por valor de 150.000 millones; la ampliaci¨®n de las garant¨ªas a los dep¨®sitos, que pasan de 100.000 a 250.000 d¨®lares; un muy discutible cambio en las normas contables de modo que la comisi¨®n de valores pueda anular el requisito de contabilizar los activos a precio de mercado; y el control fiscal a los paraca¨ªdas de oro (las indemnizaciones y bonos que reciben los grandes ejecutivos y que han hecho que las diferencias de emolumentos sean en algunas empresas de EE UU de 1.000 a uno: por cada d¨®lar que recibe el empleado m¨¢s humilde, el primer ejecutivo recibe mil). Hagan los c¨¢lculos en sus sueldos para comparar y evaluar la resultante.
Tras aprobar el plan se oyeron voces avisando de los riesgos. Ni un d¨ªa de luto para velar al muerto
Aprobado dicho plan, sigue vigente la mayor parte de las inc¨®gnitas que se han mantenido en su recorrido parlamentario. Entre otras, las siguientes:
1. ?Por qu¨¦ ese m¨¢ximo de 700.000 millones de d¨®lares? ?Es una cifra cabal¨ªstica o el Tesoro conoce las carteras de los bancos en dificultades, las garant¨ªas aportadas ante el impago de las hipotecas, los m¨¦todos internos de valoraci¨®n utilizados, o los ajustes realizados a los mismos conforme se aproximaban los problemas?
2. La letra peque?a que se va conociendo es muy controvertida y poco equilibrada. No s¨®lo el arbitrismo que emana -?c¨®mo y qu¨¦ expertos valorar¨¢n los activos t¨®xicos, imposibles de vender, y por consiguiente con una gran dificultad en ponerles precio?; ?qui¨¦n los controlar¨¢?; ?qu¨¦ criterios se utilizar¨¢n para suspender la regla contable que obliga a los bancos a actualizar de manera permanente sus balances a valores razonables?; ?no generar¨¢ esta suspensi¨®n mayores dosis de desconfianza en la situaci¨®n real de los bancos? Tambi¨¦n las contrapartidas establecidas: a cambio de quedarse con la basura hipotecaria, el Estado participar¨¢ en el accionariado de los bancos que se acojan a su intervenci¨®n, pero sin derecho a voto. ?Por qu¨¦? ?Una nacionalizaci¨®n vergonzante sin derecho a voto?
3. Cuando en enero pr¨®ximo entre en la Casa Blanca, el nuevo presidente habr¨¢ de olvidarse de sus ambiciones econ¨®micas. El pa¨ªs queda gravado a largo plazo: si a los 700.000 millones se le suman los 150.000 de recortes impositivos y los 900.000 millones concedidos hasta ahora en ayudas para refinanciar y garantizar las hipotecas con riesgo de impago, el control de la aseguradora AIG, el socorro a Fannie y Freddie, los cr¨¦ditos a JPMorgan para comprar Bearn Stearns, etc¨¦tera, etc¨¦tera, sale un esfuerzo fiscal cercano a 1,8 billones de d¨®lares, m¨¢s de un 16% del PIB norteamericano. Las cifras son heterog¨¦neas y algunas partidas podr¨¢n ser devueltas en el medio plazo, pero... ?Cu¨¢nto subir¨¢ el porcentaje de deuda p¨²blica que estaba s¨®lo en el 30% del PIB? El balance econ¨®mico de ocho a?os neocon es tremendo.
4. El mapa crediticio para el ciudadano se ha achicado. El paisaje de la concentraci¨®n bancaria de los dep¨®sitos en Estados Unidos da hasta ahora como resultado un oligopolio de cuatro grandes grupos: Bank of America, Citigroup, JP Morgan Chase y Wells Fargo (si se consolida la absorci¨®n de Wachovia por este ¨²ltimo). Y a bastante distancia, los restos de la banca de inversi¨®n, con Goldman Sachs al frente. El capital de estos gigantes financieros se ha visto penetrado por los fondos soberanos de los pa¨ªses exportadores de materias primas.
Inmediatamente despu¨¦s de que la C¨¢mara de Representantes de EE UU diese el visto bueno al paquete de medidas de rescate, ya se oyeron voces advirtiendo del riesgo regulatorio que puede producirse. Ni un d¨ªa de luto para velar al muerto. No se puede presentar el fracaso del pasado como objetivo del futuro, pero lo intentar¨¢n.
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