Un paseo bajo el olvido y las amenazas
Aritz Arrieta, concejal del PSE-EE de Mondrag¨®n, o la vida entre incomprensiones
"En los a?os 40 los alemanes no ten¨ªan problema de conciencia porque la conciencia hab¨ªa dejado de existir en la Alemania nazi". Esta cita de la pensadora jud¨ªa Hannah Arendt, junto a las fotograf¨ªas de Isa¨ªas Carrasco, asesinado el pasado 7 de marzo, del senador Enrique Casas, tambi¨¦n v¨ªctima de ETA, del hist¨®rico dirigente socialista Ram¨®n Rubial, y alg¨²n cartel de campa?a electoral, cubren en parte las paredes del peque?o despacho de trabajo de la sede del PSE-EE de Mondrag¨®n. Estos adornos reflejan a su vez el estado de ¨¢nimo de los amigos y compa?eros de Isa¨ªas, que se enfrentan a la dura realidad de luchar contra el olvido de un crimen, y de padecer la presi¨®n del mundo radical abertzale, m¨¢s presente que nunca en las calles de esta ciudad industrial guipuzcoana.
De 200 funcionarios menos de 10 les dieron el p¨¦same al morir Isa¨ªas Carrasco
Sin llegar a ning¨²n cargo p¨²blico ya le encomendaron ir con guardaespaldas
Estudiante de 'ikastola', de padres nacionales y con hermano 'abertzale'
Sin entorno social, ha perdido a sus amigos, a su novia y a parte de la familia
Han pasado seis meses, y como lo afirmaba el escritor y periodista Jorge Reverte, Mondrag¨®n sigue siendo un avance de ese mundo so?ado e id¨ªlico que persigue el nacionalismo radical: "el piso piloto, la perfecci¨®n del modelo abertzale, para el logro de la Arcadia feliz, frente a la contaminaci¨®n externa (espa?ola) que intenta destruir las ancestrales virtudes vascongadas".
Mondrag¨®n, este municipio monocolor a simple vista, donde la presi¨®n abertzale es abrumadora para los atrevidos opositores, y con sus paredes recubiertas de pancartas y carteles a favor de los presos (presoak kalera), de la independencia (independentzia eta sozialismoa), o por la paralizaci¨®n de las obras del Tren de Alta Velocidad (AHT, Ez. Obrak Gelditu). Mondrag¨®n, en donde a la hora del almuerzo y con sus calles casi vac¨ªas, el visitante se siente observado desde alguna ventana o mirador, y fichado como un intruso. Mondrag¨®n tambi¨¦n es otro feudo de chivatos, que mantienen su red bien estructurada empleando a j¨®venes gudaris formados en el odio, y que se dedicaran a recopilar informaci¨®n sobre posibles v¨ªctimas como Isa¨ªas, y que disciplinadamente remitir¨¢n a la organizaci¨®n.
El pasado 7 de marzo, ETA sab¨ªa a qui¨¦n mataba. Era un militante socialista, un trabajador con tres hijos, pero tambi¨¦n un espa?ol...de Zamora. Por eso hoy en d¨ªa muchos votantes, hijos o nietos de inmigrantes, y simpatizantes socialistas de la localidad siguen sin poder identificarse en tiendas, bares, o supermercados. Pocos se animan a posicionarse p¨²blicamente, por hartazgo y sobre todo por miedo. Aqu¨ª, impera la ley del silencio, la Omert¨¢ vasca.
Mondrag¨®n, que se desgarra entre el olvido y la indiferencia, entre el dolor y el silencio. El mismo silencio general como cuando sali¨® de su horrible cautiverio bajo tierra Ortega Lara, en el barrio de San Andr¨¦s, muy cerca de donde vivi¨® y fue asesinado Carrasco. Pero hoy, sin embargo, se ha vuelto a la normalidad y as¨ª en la verja del banco Guipuzcoano se siguen mostrando las fotos de una veintena de presos de ETA, entre ellos la de Unai Parot. Fotos retiradas y recolocadas a los tres d¨ªas del asesinato del ex concejal socialista, sin que la direcci¨®n de la entidad bancaria se haya todav¨ªa pronunciado al respecto.
"Dejemos de hablar de terrorismo, y comencemos a hablar de asesinatos pol¨ªticos, porque es lo que apoyan dirigentes o simpatizantes de ANV, y otros grupos afines que de forma camale¨®nica cambian de siglas cada equis tiempo, benefici¨¢ndose de la legalidad y del Estado de derecho". A sus 30 a?os Aritz Arrieta es ya un veterano militante. Es uno de los cuatro concejales del PSE-EE que, d¨ªa tras d¨ªa, padecen el acoso y la presi¨®n abertzale en el Ayuntamiento, e incluso insultos en los plenos municipales. Un entorno a veces asfixiante y desmoralizador, cuando se recuerda que de m¨¢s de doscientos funcionarios municipales, no m¨¢s de media docena franquearon la puerta del despacho del grupo municipal socialista para darles el p¨¦same por el asesinato de Isa¨ªas Carrasco.
Seis meses despu¨¦s -se cumplir¨¢n ma?ana-, Arrieta y el peque?o grupo de responsables de la agrupaci¨®n socialista de Mondrag¨®n lucha contra el olvido. Se rebelan contra esa normalidad impuesta por los radicales, y para que esa conciencia no deje de existir. En las calles de Mondrag¨®n casi nadie se acuerda de ¨¦l, como si se tratase de un ejercicio de amnesia colectiva forzado. Es historia pasada, y no como la de la alcaldesa que s¨ª estuvo presente a diario, en carteles, pancartas y movilizaciones, durante su encarcelaci¨®n de varias semanas y que tanto indign¨® a los compa?eros de Carrasco.
"Se da m¨¢s importancia a un presunto colaborador con banda armada que a un ciudadano del pueblo al que han matado", comenta Aritz con tristeza. Tristeza que le embarga al recordar que la agrupaci¨®n socialista no se atreve a plantear la colocaci¨®n de un monolito, ni de abordar la petici¨®n de poner el nombre de Isa¨ªas Carrasco a una calle del municipio, porque saben que ninguna formaci¨®n pol¨ªtica les apoyar¨¢. "Ni el PNV ni el PP. Lo que nos lleva a tener una especie de complejo absurdo... Hay d¨ªas que te dan ganas de coger la maleta y marcharte", admite apesadumbrado.
De padres nacionalistas, un hermano de la izquierda abertzale, nacido en un ambiente euskaldun (vascoparlante), y habiendo estudiado en la ikastola San Francisco Javier, Aritz Arrieta tuvo que salir de ese "ambiente asfixiante" para darse cuenta de que "hab¨ªa otras cosas fuera de Mondrag¨®n". Primero en San Sebasti¨¢n, donde estudi¨® Empresariales, y luego en Bilbao donde empez¨® a trabajar hasta que le nombraron secretario de Juventudes del PSE-EE en Mondrag¨®n.
Sin llegar a un cargo p¨²blico ya le pusieron escoltas, comenz¨® a recibir amenazas, (ruedas pinchadas, lanzamiento de bengalas...) hasta que fue elegido concejal. Desde entonces, ha perdido a sus amigos de infancia, parte de la familia, y se ha quedado sin cuadrilla, sin novia, sin entorno social, -"ni para tomar ca?as"-, y s¨®lo se siente arropado por el peque?o colectivo de su propio partido. Para distraerse, huye los fines de semana a Vitoria, y a veces a Madrid. No se anima a comprar piso en Mondrag¨®n, ni se lo quisieron vender en alguna ocasi¨®n, y duerme a menudo en casa de los aitas. "Mis padres lo llevan muy mal. Creyeron que el muerto era yo. Se llevaron un enorme disgusto, y desde entonces est¨¢n con miedo por m¨ª. A ama hay muchas mujeres que ni le saludan y cambian de acera cuando la ven. Dentro de mi familia unas t¨ªas ni me hablan porque me echan en cara ser un traidor por haber sido ertzaina y del PNV. Lo de ertzaina es cierto porque aprob¨¦ el concurso de admisi¨®n, pero s¨®lo estuve pocas horas en la Academia de Arkaute, en donde nos recomendaban afiliarnos al PNV. Evidentemente, ni me dio tiempo ni ganas de pertenecer a ese partido".
Recorrer alguna calle de la localidad con ¨¦l y alguno de sus compa?eros, -todos con guardaespaldas- es una verdadera aventura, llena de tensi¨®n, de miradas huidizas, de odio, de comentarios en voz baja, e incluso alguna sonrisa despectiva. En esta ocasi¨®n la nota de color, de nuevo, la pondr¨¢n los numerosos carteles que han empapelado las calles c¨¦ntricas de la localidad; algunos convocando a la manifestaci¨®n del pasado s¨¢bado en Bilbao, para protestar por la ilegalizaci¨®n de ANV y EHAK, y otros pregunt¨¢ndose "PNV; PSOE, ?D¨®nde vamos con vosotros?".
"ETA est¨¢ debilitada", reconoce Aritz, "pero su arraigo social es importante, por lo menos en Mondrag¨®n. Detienen a alguien y la gente sale a la calle, matan a Isa¨ªas y no pasa nada, s¨®lo se movilizan los amigos y la gente de fuera. En la calle si se nota la crispaci¨®n, y como en ella a modo de l¨²gubre cantinela siempre vuelve el tema del GAL, de la represi¨®n espa?ola o francesa, de las supuestas torturas, y del aburrido llamado conflicto".
Como en la mayor¨ªa de la poblaci¨®n de Euskadi el hartazgo es palpable en el peque?o colectivo socialista de Mondrag¨®n. Sin embargo, para Aritz Arrieta como para sus compa?eros, se cruza f¨¢cilmente la barrera entre el cansancio y las ganas de tirar para adelante, cuando recuerdan que el resultado de las urnas les ha dado un empuj¨®n importante para seguir luchando. El PSE-EE fue la formaci¨®n pol¨ªtica m¨¢s votada en los pasados comicios duplicando sus votos con m¨¢s de cuatro mil papeletas. Votos de apoyo que no se expresan en la calle, pero que forman un peque?o "ej¨¦rcito en la sombra" que aspira, como la agrupaci¨®n socialista, a reconquistar el ayuntamiento.
Arrieta, cuya labor pol¨ªtica se centrar¨¢ en la gesti¨®n municipal, y que aspira alg¨²n d¨ªa a ser alcalde de Mondrag¨®n, confiesa que "es jodido, pero en la oposici¨®n se aprende un huevo". Aprendizaje que seguir¨¢ bajo la mirada vigilante y amenazante de la serpiente con su hacha del anagrama de ETA, que lleva meses y meses colocado en un muro de la c¨¦ntrica calle Otalora, y que le recordar¨¢ que el enemigo tambi¨¦n est¨¢ a su alrededor.
Mondrag¨®n / Arrasate
- Situaci¨®n. Municipio ubicado en la comarca del Alto Deba. Con una poblaci¨®n de 22.116 en el ¨²ltimo censo.
- Arrasate. Responde al nombre del poblado anterior al de la propia fundaci¨®n de esta localidad guipuzcoana.
- Metalurgia. El sector industrial preferente en una econom¨ªa dominada por el influjo de MCC.
- Ayuntamiento. ANV (29,74% de votantes, 7 ediles); PSE (18,52%, 4); PNV (16,79, 4); EB (12,95, 3); EA (8,3, 1); PP (7,03, 1); Aralar (5,56, 1). Jos¨¦ Antonio Ardanza (PNV) fue el primer alcalde de la democracia. Xabier Zubizarreta (HB) quien m¨¢s a?os (12) gobern¨®.
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