La zarina voladora

Los aficionados espa?oles que acudimos este fin de semana al hip¨®dromo de Longchamp -el m¨¢s importante del turf franc¨¦s y quiz¨¢ del europeo- no tenemos, desde luego, razones para lamentar nuestro viaje. El s¨¢bado se disputaba el premio Cadran, sobre una distancia de cuatro kil¨®metros, que despu¨¦s de la Gold Cup de Ascot es la prueba de fondo m¨¢s renombrada del calendario. Y precisamente tomaba parte en ella Yeats, el formidable vencedor de las tres ¨²ltimas ediciones de Ascot, que part¨ªa como l¨®gico favorito. Pero, sin embargo, el vencedor fue Bannaby, propiedad de espa?oles y entrenado en Espa?a, ganador el a?o pasado del Gran Premio de San Sebasti¨¢n y ¨¦ste del Gran Premio de Madrid y de la Copa de Oro donostiarra. Sorpresa para todos menos para quienes conocemos a su preparador, el gran Mauri Delcher, que pertenece a la media docena de mejores de su gremio en Europa. Por cierto, las autoridades deportivas espa?olas, la Casa del Rey, yo qu¨¦ s¨¦, esa gente que siempre llama para felicitar por sus ¨¦xitos a nuestros deportistas internacionales, ?han telefoneado alguna vez a este excelente profesional, que ha ganado este a?o dos de los m¨¢s prestigiosos grupos primeros de Europa? Por lo dem¨¢s, qu¨¦ quieren que les diga: el ganador de una Copa de Oro de San Sebasti¨¢n bien vale tres Gold Cup de Ascot...

El domingo vimos un Arco de Triunfo realmente hist¨®rico. Lo gan¨® la favorita Zarkava, una yegua de tres a?os (la ¨²nica de su sexo que participaba en la prueba) criada por el Aga Khan y que nunca ha sido derrotada en sus siete salidas a la pista. Despu¨¦s de ir ¨²ltima en el recorrido, fue progresando lentamente hasta superar a los machos en la recta final con asombrosa facilidad: se hubiera dicho que sus contendientes eran meros handicappers de segunda fila y no los mejores purasangres europeos... con japon¨¦s a?adido. Para que se hagan una p¨¢lida idea, los ¨²ltimos 400 metros los hizo en 23 segundos, es decir que la zarina vol¨® a 63 kil¨®metros por hora. Sin despeinarse y con su jinete, Christophe Soumillon (el mismo que llev¨® el d¨ªa anterior a Bannaby a la victoria), acarici¨¢ndole el cuello y haciendo gestos triunfales para la galer¨ªa. Hac¨ªa d¨¦cadas que no ve¨ªamos nada semejante. Y los que es improbable que vivamos otras tantas d¨¦cadas para ver repetir la haza?a nos quedamos al menos con el consuelo de haber estado all¨ª este primer domingo de octubre en Longchamp, cuando Zarkava vol¨® y vol¨®... hacia su gloria.