Desorden
Seg¨²n una vieja definici¨®n, una persona de derechas es aquella que prefiere la injusticia al desorden. Yo creo que esa definici¨®n se ajusta mejor a las clases medias, que en caso de apuro est¨¢n dispuestas a tolerar, o incluso a soportar, las mayores injusticias, pero se espantan ante el desorden y se horrorizan ante la violencia.
Un querido y admirado reportero, Jos¨¦ Mart¨ª G¨®mez, me contaba ayer de un conocido suyo, veterano atracador a mano armada, que pidi¨® un botell¨ªn de agua en un bar de un aeropuerto. Cuando le dijeron el precio del botell¨ªn, el hombre agarr¨® al camarero por las solapas y emiti¨® un juicio profesional: "?Esto es un atraco!". ?Qu¨¦ ven ustedes en ese gesto? Objetivamente, el abuso (sistem¨¢tico) era cometido por los due?os de la cafeter¨ªa y por quienes cobraban por la concesi¨®n aeroportuaria; una persona de clase media, en cambio, tender¨ªa a reprobar con especial ¨¦nfasis el adem¨¢n violento del cliente. Espero haberme explicado.
Diariocritico.com, un medio digital dirigido por el periodista Fernando J¨¢uregui, publicaba tambi¨¦n ayer la aventura sufrida por un miembro de la redacci¨®n. La periodista Gema Lendoiro relataba que fue detenida casi 24 horas por el impago de una multa de 30 euros, y daba detalles sobre la desagradable experiencia. Lo peor, seg¨²n ella, no fue la compa?¨ªa de delincuentes curtidos y toxic¨®manos en abstinencia, sino la brutalidad de un polic¨ªa. Mando un fuerte abrazo a la colega Lendoiro, que tuvo la desdicha de contemplar de cerca c¨®mo funcionan las cosas. Nosotros, la clase media, suponemos, por alg¨²n motivo misterioso, que unos tipos mal pagados, habituados al insulto y al golpe, enfangados cada d¨ªa en las cloacas de la sociedad, han de comportarse de forma natural como perfectos caballeros. Cuando comprobamos que esto no es as¨ª, nos invade una desaz¨®n profunda.
Una caracter¨ªstica de las crisis econ¨®micas graves, y la actual tiene muy mala pinta, es que se acompa?an de crisis sociales. Es decir, injusticia y desorden: men¨² completo. No se inquieten en exceso por los revolcones burs¨¢tiles, porque eso ya est¨¢ descontado. Empiecen a preocuparse por lo que vendr¨¢ luego.
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