Compromiso global
Como dice el secretario general de la CSI, hay que globalizar la solidaridad y cambiar la globalizaci¨®n
En su congreso fundacional, celebrado en Viena a primeros de noviembre de 2006, la Confederaci¨®n Sindical internacional (CSI) aprob¨® organizar una jornada reivindicativa en el ¨¢mbito mundial "por el trabajo decente", que finalmente qued¨® fijada para octubre de 2008.
La jornada pretende fortalecer la capacidad de la CSI para comprometer a todas sus organizaciones miembros en el desarrollo de acciones para la universalizaci¨®n de principios y derechos fundamentales del trabajo, recogidos por la OIT, en apoyo al compromiso de los Objetivos del Milenio de Naciones Unidas, de lucha contra la pobreza y la desigualdad, as¨ª como en el refuerzo de la solidaridad internacional frente a una globalizaci¨®n injusta.
Probablemente, el nuevo contexto de crisis econ¨®mica internacional d¨¦ todav¨ªa m¨¢s relevancia a estos objetivos, frente a la incomprensible ortodoxia del mercado soberano que, eso s¨ª, ha sido capaz de resistir las c¨ªclicas depresiones, ilustrando "la incre¨ªble falta de memoria de los te¨®ricos y pr¨¢cticos de la econom¨ªa" y "la necesidad de los recordadores profesionales de lo que sus conciudadanos tanto desean olvidar" (Erik Hobsbawm, hablando de las depresiones econ¨®micas del siglo XX).
El movimiento sindical internacional, que junto a muchos otros movimientos solidarios, hace suya la memoria de las v¨ªctimas de las crisis o de los ajustes impuestos, quiere intervenir en lo local y en lo global con capacidad propositiva y movilizadora. Tan estructurales o sist¨¦micas como las crisis c¨ªclicas son las tendencias al empobrecimiento, la creciente desigualdad, la informalizaci¨®n de la econom¨ªa y del empleo, la depredaci¨®n del medio, y la conculcaci¨®n de los derechos humanos. Estas din¨¢micas son tan potentes hoy que no aconsejan s¨®lo abrir par¨¦ntesis ocasionales; requieren pol¨ªticas justas, eficaces y permanentes.
La Jornada Mundial por el Trabajo Decente enfrenta la l¨®gica de expansi¨®n y de avaricia que nos amenaza en este tiempo de vecindad global, que deval¨²a las normas laborales, rebaja las condiciones de trabajo en todas partes y hace que los trabajadores del mundo compitamos unos con otros.
Ante estas derivas, queremos denunciar el fracaso de los gobiernos para conseguir una regulaci¨®n y una protecci¨®n efectiva de derechos en el ¨¢mbito internacional. Una simple visi¨®n documentada, sobre y desde el mundo del trabajo, permite evaluar el modelo actual de globalizaci¨®n y sus resultados laborales y sociales.
Conseguir un empleo regular resulta imposible para cada vez m¨¢s personas en el mundo y, mientras los intercambios crecen, el empleo cae, se hace m¨¢s vol¨¢til, incierto, inseguro, informal y peor retribuido. Incluso en zonas privilegiadas el gran problema es el subempleo, que afecta discriminatoriamente m¨¢s a los j¨®venes y a las mujeres. Las relaciones laborales tambi¨¦n se han debilitado, haciendo m¨¢s extensa la realidad de los trabajadores-pobres.
El mundo se ha hecho hoy mucho m¨¢s desigual, no s¨®lo en t¨¦rminos de participaci¨®n en la renta, sino por la desigualdad salarial entre trabajadores de diferentes capacidades, o de capacidad similar, con la consiguiente polarizaci¨®n.
La desregulaci¨®n de los mercados laborales, el recorte de costes inducido por la mayor competencia, el menor compromiso p¨²blico... han erosionado los sistemas de protecci¨®n y los estados de bienestar, all¨ª donde llegaron a establecerse.
El c¨²mulo de fracasos y las pol¨ªticas dogm¨¢ticas de las instituciones financieras internacionales han dejado a una inmensa mayor¨ªa de la poblaci¨®n en la pobreza, al margen y excluidos de las oportunidades que podr¨ªan ofrecer las econom¨ªas locales y globales.
Un movimiento sindical internacional, organizado en el entorno global, debe contribuir a revertir estas din¨¢micas, con una acci¨®n sindical que no extienda sus visiones desde categor¨ªas nacionales, sino que enfrente el sistema-mundo de un modo nuevo. Un movimiento sindical que exija regulaci¨®n y control del funcionamiento de los mercados, influya y deslegitime la l¨®gica de la econom¨ªa mundial, defina nuevas necesidades y prioridades sociales, fortaleci¨¦ndose en el panorama global.
La Jornada Mundial por el Trabajo Decente ha de ser la presentaci¨®n mundial de este compromiso. Para conseguir el cumplimiento y respeto de los derechos humanos en el mundo, el de las normas fundamentales del trabajo y la erradicaci¨®n de la pobreza. Una jornada que la Confederaci¨®n Europea de Sindicatos ha concretado en la defensa del derecho de negociaci¨®n colectiva, y del di¨¢logo social, de radical oposici¨®n a la Directiva del Tiempo de Trabajo.
Como dice el secretario general de la CSI, Guy Rider, hay que globalizar la solidaridad y cambiar la globalizaci¨®n.
Joan Sifre es secretario general de Comisiones Obreras del Pa¨ªs Valenci¨¤.
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