El Gobierno alem¨¢n enviar¨¢ otros mil soldados a Afganist¨¢n
El jefe militar de la OTAN propone que la Alianza combata el narcotr¨¢fico
El Gobierno alem¨¢n prorrog¨® ayer el mandato de su fuerza militar en Afganist¨¢n por 14 meses y aument¨® su contingente en 1.000 soldados. La gran coalici¨®n entre los democristianos (CDU) de la canciller, Angela Merkel, y los socialdem¨®cratas (SPD) del ministro de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, aumenta hasta 4.500 el n¨²mero de militares alemanes en la Fuerza Internacional de Seguridad y Asistencia (ISAF, en sus siglas en ingl¨¦s), la misi¨®n de la OTAN en Afganist¨¢n, y aplaza la decisi¨®n sobre el mandato a una fecha convenientemente posterior a las elecciones federales de septiembre de 2009. Fuentes del Ministerio de Defensa confirmaron ayer que Alemania retirar¨¢ de la misi¨®n antiterrorista Libertad Duradera a sus 100 soldados del Comando de Fuerzas Especiales (KSK). Se trata de una concesi¨®n de Steinmeier al ala izquierda del SPD.
No cabe duda de que el Parlamento federal (Bundestag) aprobar¨¢ el mandato a mediados de octubre. Sin embargo, la menguante popularidad de la misi¨®n y la extensi¨®n de la violencia al norte de Afganist¨¢n, donde operan los soldados alemanes, complican la decisi¨®n del Gobierno.
Las cr¨ªticas, que arrecian desde hace meses, proceden de todo el espectro pol¨ªtico, desde el partido La Izquierda, que pide la retirada completa de Alemania, hasta la propia coalici¨®n: Peter Ramsauer, portavoz parlamentario de los socialcristianos b¨¢varos (CSU) pide "claridad" al Gobierno sobre el final del mandato.
El ex embajador de Alemania en Afganist¨¢n Hans-Ulrich Seidt declar¨® hace poco que la presencia militar extranjera deber¨¢ prolongarse 12 o 15 a?os m¨¢s.
Quienes m¨¢s arriesgan con esta decisi¨®n son los socialdem¨®cratas. Steinmeier es candidato electoral del SPD para 2009. De agravarse la situaci¨®n, las expectativas del SPD podr¨ªan deteriorarse y favorecer a La Izquierda y a sus peticiones de retirada.
El ministro Steinmeier defendi¨® ante el Parlamento que "hay que atenerse a la palabra dada, especialmente ahora". El n¨²mero de soldados alemanes en Afganist¨¢n no ha dejado de crecer en seis a?os. El primer mandato aprobado por el Bundestag contemplaba en 2002 el env¨ªo de un m¨¢ximo de 1.200 militares. Desde entonces, las Fuerzas Armadas alemanas (Bundeswehr) han asumido m¨¢s responsabilidades, extendido su zona de operaciones y enviado seis aviones de combate Tornado para misiones de reconocimiento.
La decisi¨®n del Gobierno alem¨¢n ser¨¢ muy bien recibida por el general John Craddock, supremo jefe militar de la OTAN, pero no contar¨¢ con el apoyo germano para sus planes de implicar a la ISAF en la lucha contra la droga. Lo viene pidiendo la ONU desde hace tiempo, y est¨¢ bien arraigada entre los aliados la idea de que el narcotr¨¢fico es una crucial fuente de financiaci¨®n de los talibanes, pero no hay consenso sobre esa estrategia.
Estimaciones oficiales hablan de un negocio de 4.000 millones de d¨®lares (unos 2.900 millones de euros), de los que mil millones se quedan en Afganist¨¢n con alrededor de 100 millones dedicados a financiar a la insurgencia, que este a?o ha causado m¨¢s bajas que nunca a los soldados aliados. Craddock mantiene que los soldados deben participar en la destrucci¨®n de esa actividad en la parte de producci¨®n (laboratorios, precursores) y comercializaci¨®n (transporte y exportaci¨®n), pero no en la del cultivo.
Es una petici¨®n que volver¨¢ a repetir ma?ana a los ministros de Defensa aliados en Budapest, donde recibir¨¢ el apoyo de EE UU, Canad¨¢ y Reino Unido y contar¨¢ con la oposici¨®n de Alemania, Espa?a o Italia.
Espa?a y los otros recelosos defienden que la lucha antidroga es una labor policial en la que no deben intervenir fuerzas extranjeras. Temen que la movilizaci¨®n de los soldados en estas misiones causen m¨¢s bajas civiles. "?Por favor!", replica Craddock. "?Temen que los talibanes vayan a atacarnos m¨¢s? ?Y los ataques que recibimos de qui¨¦n son?".
Una alta fuente estadounidense apuntaba ayer que tales reservas las comparten todos y que en la reuni¨®n de Budapest se intentar¨¢n mitigar las de los disconformes. El Craddock adelant¨® el lunes en Bruselas que no descansar¨¢ "hasta convencer a los l¨ªderes pol¨ªticos de la OTAN de que tienen la obligaci¨®n moral de proteger a sus tropas".
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