Intimidades de Tony y Marilyn
El actor desvela en 'Pr¨ªncipe americano', su libro de memorias, los detalles de su idilio con la estrella antes de que ambos alcanzasen la fama
Tony Curtis ya no es esa belleza masculina que hac¨ªa suspirar en los a?os cincuenta a las mujeres. Pero sin duda, a¨²n es consciente de lo guapo que fue anta?o, hasta el punto de haber titulado sus memorias, American Prince (Pr¨ªncipe Americano).
El libro, que sale a la venta el martes en Estados Unidos, es un repaso a la vida tumultuosa de este soberbio actor de 83 a?os que pese a estar postrado en una silla de ruedas, a¨²n asegura tener energ¨ªa para practicar sexo con su sexta esposa, Jill, 42 a?os m¨¢s joven que ¨¦l.
Viendo su largo curr¨ªculo de bodas es f¨¢cil deducir su debilidad hacia las mujeres pero, seg¨²n afirma en el libro, s¨®lo dos han sido insuperables en la cama: su actual esposa y Marilyn Monroe, junto a la que interpret¨® una de las grandes comedias de la era dorada de Hollywood, Con faldas y a lo loco.
"Nos atra¨ªamos de verdad aunque yo no estaba listo para una relaci¨®n seria"
As¨ª que, por si no fuera suficiente toda la mitolog¨ªa ya existente en torno a la actriz, Tony Curtis le a?ade con este libro un cap¨ªtulo m¨¢s a la larga colecci¨®n de hombres en los que Marilyn dej¨® huella. Sin embargo, el idilio entre ambos no se produjo durante el rodaje de aquella celebrada pel¨ªcula sino muchos a?os antes, cuando ambos trataban de abrirse camino en Hollywood a finales de los a?os cuarenta.
Tony Curtis la vio caminar por los estudios Universal "con una blusa transparente y una voluptuosidad que cortaba el aliento" y le ofreci¨® un pasaje en su coche hacia Los ?ngeles. A¨²n no era rubia sino pelirroja y todav¨ªa hablaba "de forma normal, sencilla, directa", a¨²n no hab¨ªa aprendido a expresarse con "esa afectaci¨®n sexy que se convertir¨ªa en su sello de f¨¢brica". Ella ten¨ªa 22 a?os; ¨¦l, 23. "Mientras habl¨¢bamos en el coche tuve una fuerte sensaci¨®n de, bueno, 'calor'. Ten¨ªa una aura incre¨ªble de calidez, amabilidad, generosidad y sexualidad. Nunca hab¨ªa sentido algo as¨ª", relata Curtis.
El libro, escrito sin demasiadas ambiciones literarias, explica con todo detalle esos primeros encuentros que llevan a la pareja a acabar en la cama y a empezar una relaci¨®n b¨¢sicamente sexual pero no exclusiva ya que ambos ten¨ªan otros ligues al mismo tiempo. "Fue la primera mujer de la que me sent¨ª realmente cerca. Nos atra¨ªamos de verdad aunque yo no estaba listo para una relaci¨®n seria y ella tampoco. Ninguno de los dos estaba dispuesto -o era capaz- de llevar la relaci¨®n a la siguiente fase". Por eso fue languideciendo de forma natural y despu¨¦s de meses de escarceos, ambos dejaron de verse.
Diez a?os despu¨¦s, Billy Wilder volver¨ªa a unirles en Con faldas y a lo loco, un rodaje del que Tony Curtis tambi¨¦n cuenta detalles jugosos puesto que Marilyn ya se hab¨ªa transformado en una estrella problem¨¢tica. Filmar aquella pel¨ªcula fue una tarea ardua que casi acaba con su director. Sin embargo, Curtis tiene buenos recuerdos de aquel rodaje, incluido un beso real con Marilyn que le excit¨® sexualmente y del que no ahorra en detalles. Ya se sabe, el sexo vende.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.