Los Estados Unidos de la crisis
El mundo vive la peor crisis econ¨®mica desde el desplome financiero de 1929 y la subsiguiente depresi¨®n a principios de los a?os treinta. La respuesta a aquella crisis fue el surgimiento de Hitler en Alemania, el fortalecimiento del fascismo en Italia y del militarismo en Jap¨®n, la consolidaci¨®n del poder de Stalin en la Uni¨®n Sovi¨¦tica, el debilitamiento de la democracia en Inglaterra y Francia, la guerra de Espa?a y, al cabo, la Segunda Guerra Mundial.
Los Estados Unidos de Am¨¦rica sufrieron la crisis pero la superaron, no con la dictadura o la debilidad, sino con actos de Estado, con soluciones de Gobierno. El presidente Franklin Roosevelt lleg¨® a la Casa Blanca en 1932 (el mismo a?o en que lo hizo Hitler en Alemania) y puso en marcha un Nuevo Trato -el New Deal-: correspond¨ªa al Estado nacional restaurar la econom¨ªa gracias a la actividad de los ciudadanos. El Nuevo Trato confi¨® en el capital humano de los Estados Unidos y el capital humano, con el apoyo del Gobierno, sorte¨® la crisis y prepar¨® a la econom¨ªa para el combate de la Segunda Guerra Mundial.
La pr¨®xima Casa Blanca deber¨¢ ofrecer otro 'New Deal'. Obama es el ¨²nico capaz de hacerlo
La crisis actual sorprende a los Estados Unidos en medio de una campa?a presidencial. Bush-Cheney y su equipo no previeron la situaci¨®n. Estaban demasiado ocupados celebrando una econom¨ªa de papel (literalmente, como hemos visto) y apadrinando pol¨ªticas de fatal contradicci¨®n: bajar impuestos y aumentar gastos militares.
Clinton dej¨® un super¨¢vit de 500.000 millones de d¨®lares. Bush deja un d¨¦ficit por cantidad id¨¦ntica. La falta de reglamentaci¨®n de la banca cre¨® una pir¨¢mide de papel: deuda acumulada sobre deuda, ficci¨®n sobre ficci¨®n, hasta convertir el capital real de los bancos en s¨®lo la quinta parte de sus haberes ficticios. Culpa de un gobierno ideol¨®gico y ajeno a la realidad. Oportunidad de la banca de inversi¨®n y el mercado de valores. Castigo a los peque?os inversionistas y compradores de inmuebles ofrecidos con garant¨ªas que hoy se han evaporado. Los Estados Unidos son una larga alberca de aguas recuperadas por los tiburones y abandonadas por los peces chicos.
La lista de desastres se prolonga y las soluciones propuestas por el actual Gobierno estadounidense naufragan. Los 700.000 millones de d¨®lares que el secretario del Tesoro, Henry Paulson, le ha pedido al Congreso para salvar la econom¨ªa, equivalen, d¨®lar por d¨®lar, al gasto b¨¦lico en Irak. Una guerra innecesaria le cobra, pues, dos impuestos de 700.000 millones de d¨®lares cada uno al ciudadano americano.
Porque la iron¨ªa -si no la burla- del asunto es que, al final de cuentas, se le pide al ciudadano com¨²n y corriente que pague los platos rotos, eximiendo al Gobierno y a la banca de otra responsabilidad que no sea la de votar una ley que salve a ¨¦sta, y a corporaciones, que mantengan sus privilegios a costillas del contribuyente.
Si ¨¦ste era el prop¨®sito de la ley ofrecida por el secretario Paulson al Congreso, el Congreso no se dej¨® enga?ar. Despoj¨® a Paulson de su fant¨¢stico cargo de administrador ¨²nico, sin l¨ªmite o supervisi¨®n, de los 700.000 millones de d¨®lares, estableciendo l¨ªmite y supervisi¨®n legislativa al manejo del dinero, as¨ª como un cap¨ªtulo de protecci¨®n a los contribuyentes, sobre todo a los peque?os propietarios severamente afectados por la crisis. Mediante voceros como los presidentes del Senado (Harry Reid) y de la C¨¢mara de Representantes (Nancy Pelosi), as¨ª como del muy agudo y combativo senador dem¨®crata Chris Dodd, la legislaci¨®n propuesta trata de asegurar que la fianza bancaria tambi¨¦n sea una fianza favorable al peque?o propietario y al contribuyente, privando a los responsables bancarios de un paraca¨ªdas dorado.
No hay un Roosevelt en la Casa Blanca. No quiero abundar en la merecida cr¨ªtica al fracasado Gobierno de Bush, el peor presidente de los Estados Unidos en los pasados cien a?os. S¨ª quiero hacer notar que dentro de un mes ser¨¢ electo un nuevo presidente norteamericano. A ¨¦l -sea McCain, sea Obama- le tocar¨¢, ahora s¨ª, hacer lo que hizo Roosevelt en 1932: heredar la crisis y superarla. Dudo que McCain quiera, pueda o sepa c¨®mo. Sus volteretas ideol¨®gicas durante la campa?a no s¨®lo inspiran dudas: verifican errores que el candidato del Partido Republicano est¨¢ pagando con un descenso grave en la intenci¨®n de voto.
Queda Barack Obama. Como McCain, Obama ha debido aceptar las medidas de rescate porque parece no haber otra soluci¨®n. Pero ha dejado bien claro que la crisis es el resultado del mal Gobierno de los ¨²ltimos ocho a?os. Esto no eximir¨¢ a Obama, si es electo, de lidiar con la peor crisis de los ¨²ltimos ochenta a?os y de proponer soluciones tan importantes como, en su d¨ªa, fueron las del Nuevo Trato de Roosevelt.
Post scriptum: Sarah Palin. Indira Gandhi. Margaret Thatcher. Golda Meir. Angela Merkel. ?Sarah Palin?
Carlos Fuentes es escritor mexicano.
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