Gordon lo ha hecho bien
?Ha salvado Gordon Brown, el primer ministro brit¨¢nico, al sistema financiero mundial? De acuerdo, la pregunta es prematura, porque seguimos sin saber la forma exacta que adoptar¨¢n los rescates financieros planeados en Europa o, ya puestos, en Estados Unidos, y mucho menos si de verdad van a funcionar. Lo que s¨ª sabemos, sin embargo, es que Brown y Alistair Darling, ministro de Hacienda, han definido el car¨¢cter de la iniciativa de rescate mundial, y que otros pa¨ªses ricos intentan ponerse a su nivel.
Es un giro inesperado de los acontecimientos. Al fin y al cabo, el Gobierno brit¨¢nico es un socio menor en lo que a asuntos econ¨®micos mundiales se refiere. Es verdad que Londres es uno de los grandes centros financieros del mundo, pero la econom¨ªa brit¨¢nica es mucho m¨¢s peque?a que la de Estados Unidos, y el Banco de Inglaterra no tiene ni mucho menos una influencia parecida a la de la Reserva Federal o a la del Banco Central Europeo. Por eso uno no se espera ver al Reino Unido ejerciendo de l¨ªder.
El Gobierno brit¨¢nico ha ido a la ra¨ªz del problema con gran velocidad
Pero el Gobierno de Brown se ha mostrado dispuesto a pensar con lucidez respecto a la crisis financiera, y a actuar con rapidez una vez que ha llegado a una conclusi¨®n. Y esta combinaci¨®n de lucidez y decisi¨®n no la ha igualado ning¨²n otro Gobierno occidental, y mucho menos el de EE UU.
?Cu¨¢l es la naturaleza de la crisis? Los detalles pueden ser enloquecedoramente complejos, pero los elementos fundamentales son bastante simples. El pinchazo de la burbuja inmobiliaria ha causado grandes p¨¦rdidas a cualquiera que comprase activos hipotecarios; estas p¨¦rdidas han dejado a muchas instituciones financieras demasiado endeudadas y con demasiado poco capital para proporcionar el cr¨¦dito que la econom¨ªa necesita; las instituciones financieras en apuros han intentado pagar sus deudas y aumentar su capital vendiendo activos, pero esto ha hundido el precio de dichos activos, con lo cual su capital se ha visto todav¨ªa m¨¢s reducido.
?Qu¨¦ puede hacerse para controlar la crisis? El ayudar a los propietarios de viviendas, aunque es deseable, no puede impedir las grandes p¨¦rdidas derivadas de los pr¨¦stamos impagados y, en cualquier caso, tardar¨¢ en hacer efecto demasiado como para servir de algo en el p¨¢nico actual. Por lo tanto, lo natural es afrontar el problema de la falta de capital financiero haciendo que el Estado proporcione a las instituciones financieras m¨¢s capital a cambio de una parte de su propiedad, una soluci¨®n adoptada en muchas crisis financieras anteriores.
Esta especie de nacionalizaci¨®n parcial temporal, que a menudo se denomina "inyecci¨®n de capital social", es la soluci¨®n a la crisis propugnada por muchos economistas, y algunas fuentes confirmaban a The Times que tambi¨¦n era la soluci¨®n preferida en privado por Ben Bernanke, el presidente de la Reserva Federal.
Pero al anunciar su plan de ayuda financiera de 500.000 millones de euros, Henry Paulson, secretario del Tesoro estadounidense, rechazaba este camino evidente alegando que "eso es lo que se hace en caso de quiebra". Por el contrario, se mostraba partidario de la compra p¨²blica de activos hipotecarios t¨®xicos, bas¨¢ndose en la teor¨ªa de que... La verdad es que no ha quedado claro cu¨¢l era su teor¨ªa.
Por contra, el Gobierno brit¨¢nico ha ido directamente a la ra¨ªz del problema, y ha actuado con asombrosa velocidad para solucionarlo. El mi¨¦rcoles, miembros del Gobierno de Brown anunciaban un plan para efectuar grandes inyecciones de capital social en los bancos brit¨¢nicos, respaldadas por garant¨ªas de deuda bancaria que deber¨ªan poner de nuevo en marcha el pr¨¦stamo interbancario, una parte crucial del mecanismo financiero. Y la primera gran asignaci¨®n de fondos se produjo ayer: cinco d¨ªas despu¨¦s de que se anunciara el plan.
En una cumbre europea especial celebrada el domingo, las principales econom¨ªas de la Europa continental se declaraban de hecho dispuestas a seguir el ejemplo brit¨¢nico, inyectando cientos de miles de millones de euros en los bancos y garantizando al mismo tiempo sus deudas. Y f¨ªjense que Paulson -tras haber malgastado supuestamente varias semanas muy valiosas- tambi¨¦n ha dado marcha atr¨¢s y ahora pretende comprar acciones bancarias en lugar de activos hipotecarios t¨®xicos (aunque todav¨ªa parece moverse con dolorosa lentitud).
Como ya he dicho, todav¨ªa no sabemos si esas medidas funcionar¨¢n. Pero en ¨²ltima instancia, la pol¨ªtica se mueve por fin guiada por una visi¨®n clara de qu¨¦ debe hacerse. Lo cual plantea la pregunta de por qu¨¦ esa visi¨®n clara ha tenido que proceder de Londres y no de Washington.
Es dif¨ªcil evitar la sensaci¨®n de que la respuesta inicial de Paulson estaba distorsionada por la ideolog¨ªa. Recuerden que trabaja para un Gobierno cuya filosof¨ªa puede resumirse en que "lo privado es bueno, lo p¨²blico, malo", algo que debe de haberle puesto dif¨ªcil lo de afrontar la necesidad de que el Estado asuma la propiedad parcial del sector financiero.
Me pregunto tambi¨¦n en qu¨¦ medida la femaficaci¨®n
[la FEMA es la Agencia Federal de Gesti¨®n de Emergencias] de la Administraci¨®n p¨²blica con el presidente Bush puede haber contribuido a la torpeza de Paulson. En todo el ejecutivo, los profesionales expertos han sido destituidos; quiz¨¢ no quede en el Tesoro nadie con la estatura y la trayectoria necesarias para decirle a Paulson que lo que hac¨ªa no ten¨ªa sentido.
Por suerte para la econom¨ªa mundial, lo que est¨¢n haciendo Gordon Brown y sus ministros s¨ª tiene sentido. Y quiz¨¢ nos hayan mostrado el camino para superar esta crisis.
Paul Krugman es profesor de Econom¨ªa en la Universidad de Princeton y premio Nobel de Econom¨ªa 2008. ? New York Times Service, 2008.
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