El quinto escollo

La batalla por la renovaci¨®n del Tribunal Constitucional no terminar¨¢ en el Senado, sino que tendr¨¢ continuidad luego en el Congreso. La C¨¢mara alta deber¨¢ elegir cuatro magistrados, pero queda a¨²n pendiente que el Congreso designe a un quinto miembro del tribunal, el sustituto de Roberto Garc¨ªa-Calvo, fallecido el pasado 17 de mayo.

El proceso en el Congreso es mucho m¨¢s sencillo, porque basta con que socialistas y populares se pongan de acuerdo y voten juntos un nombre en el Pleno de la C¨¢mara. Sin embargo, el bloqueo del Senado apunta dificultades para el Congreso. As¨ª, el PP sostiene que, puesto que se trata de sustituir a un magistrado fallecido que en su momento fue propuesto por ellos, les corresponde ahora hacer la propuesta y el PSOE debe aceptar el nombre que se ponga sobre la mesa. A?aden que el "principio de no vetos" aceptado por Zapatero y el PSOE debe llegar tambi¨¦n a este nombramiento. No obstante, los socialistas aseguran que el nuevo magistrado debe ser un jurista de estricto consenso, es decir, aceptado por los dos grupos mayoritarios, aunque admite que sea el PP el que ponga nombres sobre la mesa. El PSOE asegura que exigir¨¢ un perfil estrictamente t¨¦cnico, sin posici¨®n ideol¨®gica conocida. Dado lo ajustado de las mayor¨ªas en el tribunal, esta sustituci¨®n resulta tambi¨¦n fundamental.

El PP quiso en mayo proceder a esa sustituci¨®n, pero el PSOE logr¨® imponer su tesis de esperar al resto de renovaciones y, sobre todo, a la del Constitucional en el Senado. Las direcciones de ambos grupos aseguran que, por ahora, ni siquiera han empezado a hablar sobre el nombre del magistrado que designar¨¢ el Congreso. Salvo que Zapatero y Rajoy, como hicieron con Carlos D¨ªvar, tengan ya un acuerdo, al margen de sus respectivos negociadores, que ya ni se re¨²nen.