?Qu¨¦ etiqueta toca hoy?
La publicidad abusa de los t¨¦rminos generacionales para vender sus productos
Generaci¨®n YouTube, MySpace, SMS o Facebook... Pero, ?qui¨¦n se acuerda de aquel chico joven, listo y de respuesta insolente? ?Recuerdan su anuncio? Con ¨¦l una marca de coches inaugur¨® a mediados de los noventa lo que entonces se llam¨® la generaci¨®n JASP, es decir, J¨®venes Aunque Sobradamente Preparados. Chicos y chicas con una s¨®lida preparaci¨®n acad¨¦mica que exig¨ªan oportunidades. Con el tiempo, la publicidad ha acabado, como suele, quit¨¢ndose la raz¨®n a s¨ª misma. Los JASP, tras superar el trance mileurista, han conseguido lo que quer¨ªan: puestos de responsabilidad y convertirse, cuando menos, en dosmileuristas. O eso dicen los avispados creativos de una multinacional de hamburguesas. Ahora estos treinta?eros luchan contra otro enemigo. El tiempo. El JASP ya no es joven y trata de disimularlo. Algunos juegan a la consola, otros se abren una cuenta en la red social Facebook y los que pueden se hacen un corte de pelo suficientemente moderno para pasar inadvertidos en bares de veintea?eros. O todo a la vez.
La publicidad acaba de acu?ar un nuevo t¨¦rmino para ellos: el joven 3.2 (el tres, por treinta?eros y el dos por el sueldo de 2.000 euros). La nominaci¨®n vuelve a nacer de una marca publicitaria con otro fin: vender hamburguesas. Lo cuenta, en t¨¦rminos de marketing, Diego Fern¨¢ndez, responsable de Burger King, empresa responsable de la denominaci¨®n. "No pretendemos exactamente crear una generaci¨®n, sino segmentar nuestro p¨²blico y completar un target que no estaba cubierto". Traducido al cristiano: reconocer los h¨¢bitos de los treinta?eros para venderles una hamburguesa a su gusto.
Es solo otro ejemplo m¨¢s de una tendencia creciente. La constante generaci¨®n de etiquetas generacionales por parte de la publicidad. Aunque Fernando Herrero, vicepresidente de Tiempo BBDO, la agencia que invent¨® en 1995 a los JASP, lo matiza: "Nosotros no somos creadores de tendencias. Nuestro trabajo consiste en estar alerta para popularizar esa tendencia que ya est¨¢ en la calle". Lo mismo piensa Toni Segarra, de la premiada agencia SCPF. "S¨®lo somos un radar", asegura. No est¨¢ tan de acuerdo el soci¨®logo ?ngel Gordo que cree que la publicidad "lo tiene todo muy estudiado". "Ajusta muy bien el tiro. Valorar si eso es malo o bueno resulta reduccionista. La noci¨®n de juventud no se puede apartar del consumo".
Esa nueva modalidad es debida a la fragmentaci¨®n de la juventud. Todav¨ªa nos acordamos de los JASP. Pero, ?nos acordaremos en unos a?os de la generaci¨®n del YouTube, la del SMS o MySpace..? "Una de las cosas que la publicidad hace mal es usar con ligereza el t¨¦rmino generaci¨®n. Hace falta que pasen varios a?os, 10 ¨® 15, para tener una perspectiva m¨¢s clara de ese grupo". No es que se le cambie el nombre muy r¨¢pido, es que hay muchas generaciones. Entre todas, quiz¨¢ la que m¨¢s destaque es la llamada generaci¨®n del Yo. La publicidad ya le ha echado el ojo. "Son j¨®venes que se comunican a trav¨¦s de Internet, con pocos amigos en la habitaci¨®n y miles en el ciberespacio. Y con una revolucionaria forma de relacionarse", explica Fernando Herrero.
?Y los JASP? Quiz¨¢ ya puedan cuidarse ellos solos. "Son mayorcitos", contin¨²a Herrero. "Y ten¨ªan raz¨®n: estaban m¨¢s preparados que sus jefes".
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