Vino, Woody, Barcelona

Sal¨ª del cine con ganas de tomarme un buen vino. Embriagadores primeros 20 minutos de pel¨ªcula: en todas las secuencias aparec¨ªa una copa de vino y as¨ª, con tragos m¨¢s cortos o largos, hasta el final. Perd¨ª la cuenta de cu¨¢ntos tintos, blancos y cavas pasaron por las manos de los protagonistas de Vicky Cristina Barcelona. Ha tenido que llegar Woody Allen para hablar del vino espa?ol. Vino en la buena mesa, en manteles impolutos de restaurantes, en casa, reuniones de amigos, hoteles, en modernas y finas copas de cristal. El vino como un complemento natural, cultural y glamouroso. Todo un ejemplo de c¨®mo hacer protagonista al vino sin sacar primeros planos de marcas.

Es cierto que el vino espa?ol est¨¢ de moda en Estados Unidos, y tambi¨¦n que desde all¨ª nos llegan sus influencias cinematogr¨¢ficas. Recuerden la pel¨ªcula Entre copas, la que consigui¨® poner de moda la Pinot Noir en Espa?a y en el mundo. ?Por qu¨¦ la uva Tempranillo o la Albari?o no se pasean por las pantallas?

Hemos dejado atr¨¢s la imagen del porr¨®n, la bota y el chato, hacemos vino y pel¨ªculas de calidad de alcance internacional. El cine espa?ol ignora la cultura del vino mientras otros directores europeos lo fomentan. Aunque en esta ocasi¨®n Woody Allen haya dirigido un trago corto, ya dec¨ªa Fellini que "un buen vino es como una pel¨ªcula, dura un instante y te deja un sabor a gloria".

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