?Que vienen los rusos!
Hay visitas que se anhelan. El Atelier Piotr Fomenko lleg¨® a Madrid de puntillas, hace cinco a?os, al teatro de la RESAD, lugar a trasmano y que no figura en las carteleras. Como casi nadie conoc¨ªa a esta compa?¨ªa moscovita, al estreno fuimos cuatro gatos, que esa noche corrimos la voz de tejado en tejado. A la tercera funci¨®n, la platea estaba a reventar. Los rusos condensaron el primer cap¨ªtulo de Guerra y paz en cuatro horas maravillosas resueltas con capital humano, imaginaci¨®n y cuatro trastos. "Esto es teatro", suelen decir los actores cuando ven un espect¨¢culo excepcional. "Esto es m¨²sica", pensaba yo, escuchando los di¨¢logos en contrapunto y fuga, observando c¨®mo los actores arrancaban casi siempre en direcci¨®n opuesta a la esperada y c¨®mo la luz de Vermeer ba?aba una escena muda, suspensa cual tel¨®n tras la acci¨®n principal. El Festival de Oto?o volvi¨® a traer el mismo montaje al a?o siguiente: es la ¨²nica vez que ha ocurrido en 25 a?os de historia. En su nueva visita, los fomenkis nos regalaron de paso una excepcional versi¨®n metateatral de Las noches egipcias: Pushkin, centrifugado en la m¨¢quina del tiempo. La semana pr¨®xima, el Atelier vuelve a Madrid con Lobos y corderos, una f¨¢bula sobre depredadores y v¨ªctimas puestas en bandeja. En noviembre, en Granollers, se estrena otra obra de Ostrovski: El bosc, dirigida por Dusan Tomic, un prometedor joven serbio residente en Espa?a. El doblete de este autor desatendido no es casual, y luego veremos por qu¨¦. Tambi¨¦n en el Teatre Nacional de Catalunya sopla el Levante: Sergi Belbel acaba de comenzar los ensayos de El inspector, de G¨®gol, otra obra que pone el dedo en la llaga. Ostrovski y ¨¦l hablan de la misma lepra. Para redondear el lote, Quim Lecina estrenar¨¢ en Barcelona en dos semanas Sonata a Kreutzer, un traje cortado a medida con la tijera autobiogr¨¢fica de Tolst¨®i y la cinta m¨¦trica de Beethoven, y Gerardo Vera, en marzo, dirigir¨¢ en el Centro Dram¨¢tico Nacional Platonov, de Ch¨¦jov. Cinco espect¨¢culos con sangre eslava.
"Fundamos el Atelier hace quince a?os", dice desde su apartamento, en un piso alto de Mosc¨², Madeleine Djabra?lova, coprotagonista de Lobos y corderos. Ella y sus compa?eros de curso del Instituto Ruso de Arte Teatral ten¨ªan entonces poco m¨¢s de veinte a?os. Piotr Fomenko, su profesor, les dirigi¨® en un shakespeare, en una novela de Faulkner y en esta obra de Ostrovski. "Obtuvimos tal ¨¦xito que algunos teatros de Mosc¨² nos invitaron a actuar. Mucha gente nos pidi¨® que sigui¨¦ramos juntos y form¨¢ramos compa?¨ªa". Dicho y hecho, el Ayuntamiento moscovita les cedi¨® un antiguo cine, con dos salas de poco m¨¢s de un centenar de espectadores cada una, que tuvieron que reformar. "Los espect¨¢culos que no cab¨ªan all¨ª los estren¨¢bamos en otros teatros, hasta el a?o pasado, cuando el Ayuntamiento construy¨® uno para nosotros, con 450 butacas. Ahora somos como los burgueses: nos quedamos con los dos", bromea.
En Lobos y corderos, Ostrovski, hispanista, traductor de Calder¨®n y de Cervantes, admirador de Zola, describe la sociedad rusa del ¨²ltimo tercio del siglo XIX, en proceso de industrializaci¨®n, y satiriza la voracidad y el culto al dinero de la burgues¨ªa emergente. En el montaje de Fomenko, estrenado tras la perestroika, resuena la venta a saldo del antiguo r¨¦gimen, y ahora que atravesamos otra ¨¦poca bisagra, resonar¨¢n los desmanes del capitalismo financiero.
En El bosc (El bosque), otro drama pesimista de Ostrovski, "se cruzan las historias de una terrateniente que salda sus bosques a un emprendedor, que los compra para talarlos, y la de dos c¨®micos sin un duro", dice Dusan Tomic, serbio de 34 a?os que se vino a Espa?a hace diez, porque la situaci¨®n en su pa¨ªs era insostenible. "Todo es econom¨ªa, todo tiene moneda de cambio y todos luchan en esta obra por comprar lo m¨¢s barato y vender lo m¨¢s caro posible. Es una tragedia de deseos no cumplidos.
Catorce a?os mayor que Ostrovski, G¨®gol es el padre de todos los sat¨ªricos rusos. "El inspector cuenta lo que sucede al anunciarse que un enviado oficial fiscalizar¨¢ las actividades del gobernador, el juez, el jefe de polic¨ªa y el alcalde corruptos de una poblaci¨®n donde hasta el maestro tiene las manos sucias", explica Sergi Belbel. "El alcalde es un Jes¨²s Gil, y tentado estuvo Jordi Galcer¨¢n de ambientar su versi¨®n en la Costa Brava. Lo divertido es que todos ellos se creen que el inspector es un tipo que pasaba por all¨ª, que se deja sobornar muy gustoso. Es una comedia infalible".
"Cuando Tolst¨®i escuch¨® a su hijo Sergu¨¦i y a un amigo suyo tocar la Sonata a Kreutzer, en el di¨¢logo violento del viol¨ªn con el piano, vio reflejada la relaci¨®n de amor odio que manten¨ªa con Sof¨ªa, su esposa, veinte a?os menor", dice Quim Lecina, que ha puesto en di¨¢logo esta pieza de Beethoven con la novela hom¨®nima de Tolst¨®i, de corte autobiogr¨¢fico, sus diarios y su correspondencia, en un espect¨¢culo protagonizado por Llu¨ªs Soler. Le acompa?an Daniel Blanc (piano) y Kalina Macuta (viol¨ªn), int¨¦rpretes sin partitura, en di¨¢logo directo con el actor. "Pienso que cada vez que se toca esta sonata, no importa d¨®nde, Tolst¨®i se materializa".
Ch¨¦jov no estaba orgulloso de Platonov, su ¨®pera prima, que no lleg¨® a estrenar, pero que en estos a?os se ha puesto de moda. "La han montado Lev Dodin, George Lavaudant y Patrice Ch¨¦reau, que tambi¨¦n la llev¨® al cine, como Nikita Mijalkov (Pieza inacabada para piano mec¨¢nico). Hay una versi¨®n en tres actos, pero la ¨ªntegra, encontrada en los s¨®tanos de un banco, dura seis horas", dice Gerardo Vera. El director del Centro Dram¨¢tico Nacional ha encargado a Juan Mayorga que la deje en la mitad de ese tiempo. Vera ve Platonov como "un Hamlet de provincias, un hombre febrilento que acaba destruyendo a cuantos le rodean. Su ca¨ªda anticipa la de la Rusia zarista, un imperio a punto de ser barrido por la revoluci¨®n de 1917. No pienso hacer ninguna analog¨ªa con la actualidad, porque siendo respetuoso con lo que cuenta el autor, las analog¨ªas brotar¨¢n solas". .
Lobos y corderos. Del 24 al 26 de octubre. Teatro Valle-Incl¨¢n. Madrid. El bosc. Del 13 al 16 de noviembre. Teatre de Ponent. Granollers. Del 20 al 23 de noviembre. Institut del Teatre (Teatre Estudi). Barcelona. Sonata a Kreutzer. Del 31 de octubre al 23 de noviembre. Teatre Romea. Barcelona. El inspector. Del 4 de febrero al 12 de abril. Teatre Nacional de Catalunya. Barcelona. Platonov. Del 19 de marzo al 24 de mayo. Teatro Mar¨ªa Guerrero. Madrid.
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