La mirada partida de ?frica

Para m¨ª ?frica es como un amor perdido, pero siempre reencontrado. Me proporciona una alegr¨ªa y un dolor que permanecen siempre en mi interior". As¨ª explica su relaci¨®n con el continente el fot¨®grafo Steve Bloom en su nuevo libro, ?frica. Bloom naci¨® en Ciudad del Cabo, Sur¨¢frica, a la sombra de la Table Mountain. A los 24 a?os se fue a Inglaterra y no regres¨® hasta la ca¨ªda del apartheid, 13 a?os despu¨¦s: "Ver [la monta?a] de nuevo por la ventanilla del avi¨®n supuso un reencuentro muy especial. Cuando camin¨¦ por ella y ol¨ª el fynbos [...] fue como si nunca me hubiera ausentado".

El primer amor nunca se olvida y Bloom ha retratado una y otra vez el continente que le vio nacer con un asombro perpetuo. En ?frica recorre la geograf¨ªa desde los coloridos mercados de Marraquech a las oscuras minas de Johanesburgo. De los recolectores de sal senegaleses a las mujeres escarificadas de Somalia.

Hipop¨®tamos guerreros

Este trabajo de gran formato es exhaustivo sobre el mapa y tambi¨¦n en su tem¨¢tica. Nada se escapa al objetivo de Bloom. Hay espectaculares fotones de naturaleza a toda p¨¢gina que muestran la paz de los gorilas de lomo plateado o la ferocidad de los hipop¨®tamos cuando entonan su "son de guerra" con la boca muy abierta. Hay fotos hermosas de rostros enmarcados con cuentas de colores y fotos terribles de caras demacradas. Bloom no oculta su mirada a la violencia, la pobreza extrema o los estragos del cambio clim¨¢tico en la vida de los animales. Pero su "prop¨®sito", seg¨²n dice en la introducci¨®n del libro, "no es el de presentar un panorama sombr¨ªo, porque, pese al sufrimiento y a las terribles penalidades, ¨¦ste tambi¨¦n es un continente repleto de esperanza, de vida y de ilusi¨®n".

M¨¢s de 200 fotos ilustran eso que el autor llama "la energ¨ªa primigenia" de ?frica. Gracias a una edici¨®n exquisita, las fotograf¨ªas van conduciendo unas a otras, con una lectura fluida. Por ejemplo, la violencia animal lleva a la guerra entre los hombres, o el humo de una pipa a la creciente contaminaci¨®n en las ciudades africanas. Individualmente, cada foto es una historia. Bloom narra en breves textos su forma de trabajar, la aventura del viaje, el aburrimiento de las gestiones burocr¨¢ticas, la tensi¨®n de las negociaciones para conseguir el permiso de los sujetos retratados. Es decir, el oficio de fot¨®grafo m¨¢s all¨¢ de hacer clic. "El reto del fot¨®grafo", dice, "consiste en involucrarse, pero el mero hecho de llevarse una c¨¢mara al ojo crea una barrera f¨ªsica".

El Festival del Gerewol es una especie de concurso de belleza, salvando las distancias. Tiene lugar en N¨ªger y los protagonistas son hombres solteros woodabe o tuareg, que bailan dando saltos, mientras las mujeres eligen compa?ero. Los m¨¢s solicitados, aqu¨¦llos con los dientes m¨¢s blancos, los ojos m¨¢s grandes, la nariz m¨¢s larga y el tocado m¨¢s creativo. Bloom fotograf¨ªa el sarao con cercan¨ªa y respeto. Con conocimiento del medio y con un humor que s¨®lo consigue quien ha roto esa barrera.

? ?frica. Steve Bloom

(www.stevebloom.com). Lunwerg (lunwerg.com). 332 p¨¢ginas. 49,50 euros.

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