"El gol nos llen¨® de dudas"
Aguirre dice que el tanto de Van Nistelrooy desbarat¨® su plan de "copar el medio campo"
Lo dijo con su proverbial elegancia azteca, tras abandonar el deprimido vestuario local: "El f¨²tbol me sorprende cada d¨ªa". Javier Aguirre, el entrenador del Atl¨¦tico, es un hombre inteligente, perspicaz, buen comunicador y mejor int¨¦rprete de las se?ales que emite el alma humana. El mexicano sabe c¨®mo gestionar un grupo de hombres. Lo que es improbable es que sepa de f¨²tbol. A pesar de llevar 40 a?os viviendo en los campos, el juego es un fen¨®meno cuya complejidad no acierta a desentra?ar. Caben dos posibilidades: o no le interesa, o no puede. El caso es que Aguirre no termina de organizar t¨¢cticamente al Atl¨¦tico, que siempre acaba atropellado por la realidad. O por un gol del Madrid en el primer minuto de partido por segunda temporada consecutiva.
El Frente despleg¨® una pancarta y guard¨® un minuto de silencio en honor de J?rg Haider
"No es l¨®gico que hayamos estado tan contemplativos", lament¨® Aguirre, al recordar el primer gol del Madrid. "A Van Nistelrooy lo dejamos recibir, controlar y patear. Yo mir¨¦ el reloj y hab¨ªan pasado 34 segundos. Un gol as¨ª llena de dudas a los jugadores. Mi decisi¨®n de jugar con rombo, con cuatro volantes y sin Sim?o, se fue al traste. Yo quer¨ªa copar el medio campo, pero con un gol tan impredecible nos desconcentramos. No es la primera vez que nos ocurre. Empieza a ser preocupante que nos hagan tantos goles en los primeros minutos: en Valladolid, en el Camp Nou, contra el Madrid, contra el Schalke...".
Sin salir de la perplejidad, el entrenador del Atl¨¦tico evalu¨® el partido en t¨¦rminos morales: "Es cruel que te hagan un gol en el minuto uno y otro en el minuto 96. Fue un partido vibrante, con nosotros jugando a tumba abierta en la segunda mitad, porque ten¨ªamos que intentar empatar y buscar la victoria. Con el 3-4-2 empezamos a jugar mejor".
Aguirre admiti¨® que, tal y como estaban las cosas, el objetivo fue rascar un punto: "Tuvimos el premio gordo con el empate de Sim?o, que era justo, pero el f¨²tbol no te deja de sorprender". Ahora, el t¨¦cnico afronta una de esas coyunturas que aproximan a los entrenadores al finiquito. El mi¨¦rcoles, el Liverpool llega de visita.
La afici¨®n del Atl¨¦tico contempl¨® el partido con desolaci¨®n. Los ultras del Frente Atl¨¦tico aprovecharon el sentimiento de melancol¨ªa que los invad¨ªa para homenajear a J?rg Haider, el l¨ªder de la ultraderecha austriaca fallecido la semana pasada en un accidente de tr¨¢fico. Los radicales rojiblancos, a quienes la Polic¨ªa Nacional nunca castig¨® como a los radicales del Olympique de Marsella, desplegaron una pancarta en honor al austriaco y guardaron un minuto de silencio. Por entonces el Atl¨¦tico perd¨ªa 0-1 y Aguirre intentaba reorganizar sus tropas por segunda vez, tras la expulsi¨®n de Maniche. "Nos repusimos a eso y a la lesi¨®n de Ujfalusi", dijo luego. El t¨¦cnico defendi¨® la idea de que su equipo compiti¨® dignamente contra el Madrid. El p¨²blico del Calder¨®n, entre complaciente y compasivo, le dio la raz¨®n: no pit¨® a los suyos.
Los 200 Ultras Sur concentrados en el Calder¨®n gritaban: "Se toca, se siente, el Frente es impotente". Los radicales del Madrid, nost¨¢lgicos del totalitarismo, componen con sus hermanos ideol¨®gicos del Frente Atl¨¦tico un colorido escenario de ruidos en cada derby. Ayer se dedicaron a agitar la coctelera. La humillaci¨®n en el Manzanares fue total. Para desquitarse, el Calder¨®n entero se ensa?¨® con Ra¨²l. El capit¨¢n del Madrid recibi¨® la mayor pitada de su historia cuando Schuster lo sustituy¨® por Drenthe. El estadio fue un clamor. Un c¨¢ntico multitudinario record¨® a Ra¨²l el nombre de su N¨¦mesis: "?Luis Aragon¨¦s, Luis Aragon¨¦s!".
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