Correcci¨®n a tiempo

De una tacada, el Villarreal recibi¨® anoche los mismos goles en contra que en los nueve encuentros anteriores: tres. Y el rival no era precisamente un gigante, sino el pen¨²ltimo clasificado de la Liga danesa. Se?al de que el cuadro de Pellegrini se defendi¨® fatal. Y de que s¨®lo en el ¨²ltimo tramo expuso su fertilidad atacante, cuando entraron Joseba Llorente, que marc¨® tres tantos, Pir¨¨s y Bruno. Los tres contribuyeron a mejorar considerablemente a un equipo atrancado por la escasa aportaci¨®n de Edmilson y Mati Fern¨¢ndez. Claro que Senna y Cazorla mantuvieron el nivel. Hasta que lleg¨® la caballer¨ªa para arrasar al Aalborg en una org¨ªa inesperada de goles. El Villarreal tiene media clasificaci¨®n en el bolsillo.

El conjunto de Pellegrini no funcion¨® por el centro, donde Edmilson recibi¨® pitos

Dec¨ªa que no con el gesto de la mano, acompa?ado del bamboleo de la cabeza. Que no se lo cre¨ªa. Capdevila marc¨® uno de los goles de su carrera. No por la importancia, sino por la belleza. En vez de la natural volea al borde del ¨¢rea con la izquierda, prefiri¨® amagar, dejar botar el bal¨®n y disparar con el exterior de la bota derecha, su pata de palo, para ver un sublime vuelo de la pelota hacia la escuadra contraria. Lo m¨¢s sorprendente fue que ese gol llegara en una noche espesa para Capdevila, que daba s¨ªntomas de estar exhausto despu¨¦s de tantos partidos con el Villarreal y con Espa?a.

Ni siquiera los dos tantos a favor maquillaron una primera parte infame del Villarreal. Comenzando porque Pellegrini volvi¨® a pensar en la Liga (llega el Atl¨¦tico) y devalu¨® de manera peligrosa la alineaci¨®n. La mezcla de Gonzalo con Fuentes en el centro de la defensa, por ejemplo, result¨® un desastre. Asimismo, el mediocentro defensivo, Edmilson, imprimi¨® un ritmo demasiado lento en la salida del bal¨®n y sum¨® muy poco en el cap¨ªtulo defensivo. El resultado fue que el Villarreal, que atac¨® mal, se defendi¨® peor.

Dentro de su humildad, el Aalborg mostr¨® jugadores de buena t¨¦cnica, como Enevoldsen, que levant¨® suavemente la pelota ante la salida de Diego L¨®pez. Era el empate a dos. Antes, el delantero centro, Saganowski, ya hab¨ªa marcado con un cabezazo frontal ante las mismas barbas de Diego L¨®pez. Sin que ninguno de los centrales siquiera le inquietara. Ante la desesperaci¨®n de Pellegrini, que echaba espuma.

El t¨¦cnico chileno supli¨® a un desafortunado Guille Franco en el descanso. Entr¨® Llorente. El Villarreal dio otro aire al encuentro. Comenz¨® a presionar m¨¢s arriba y Cazorla, muy compenetrado con ?ngel, a generar toneladas de f¨²tbol. Y a no perder un bal¨®n ni a tiros. El conjunto amarillo se escor¨® hacia su derecha. Pero segu¨ªa sin funcionar por el centro, donde Edmilson recibi¨® los pitos del p¨²blico tras un mal env¨ªo. Ni por la izquierda, donde Mati Fern¨¢ndez volvi¨® a enmara?arse sin sentido. Pellegrini los sustituy¨® a los dos.

El p¨²blico agradeci¨® la llegada de Bruno y Pir¨¨s. El partido se hab¨ªa atascado y necesitaba algo diferente. Es lo que entendi¨® Senna, que envi¨® un latigazo envenenado desde unos 25 metros. El portero Zaza se asust¨® ante la trayectoria del bal¨®n, que le ven¨ªa de frente, pero con muy mala uva. Se lo quit¨® de encima y Llorente aprovech¨® el regalo para estrenarse. Fue el primero. Al minuto siguiente, Pir¨¨s demostr¨® que le queda una puntita de velocidad. Se march¨® del defensa y le entreg¨® el cuarto a Llorente. El encuentro enloqueci¨®. Capdevila cabece¨® a su propia porter¨ªa antes de que Pir¨¨s cabeceara en la buena, en la contraria. Pero a Llorente le quedaba poner el lazo a una actuaci¨®n inolvidable: un hat trick el d¨ªa que se estren¨® como goleador de la Champions. A punto de cumplir 29 a?os.

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