M¨¦xico emprende la reforma energ¨¦tica
La petrolera estatal podr¨¢ gestionar sus recursos sin el permiso del Gobierno - Sin inversi¨®n privada en exploraci¨®n, las reservas no durar¨¢n m¨¢s de 10 a?os
El Senado de M¨¦xico tiene previsto aprobar hoy una asignatura pendiente desde hace dos d¨¦cadas. Los sucesivos gobiernos desde Carlos Salinas de Gortari han intentado sin conseguirlo reformar el monopolio estatal del petr¨®leo, que adem¨¢s de ser una fuente indispensable de recursos -m¨¢s del 40% del presupuesto del pa¨ªs procede de Petr¨®leos Mexicanos (Pemex)- constituye un motivo de orgullo nacional, el ¨²ltimo basti¨®n del nacionalismo revolucionario. De ah¨ª que no haya sido f¨¢cil poner de acuerdo a todos los partidos en una reforma que, aunque m¨¢s suave de lo que pretend¨ªa el presidente, Felipe Calder¨®n, libera a la empresa del f¨¦rreo cors¨¦ del Estado, aunque sin llegar a quit¨¢rselo.
M¨¢s del 40% del presupuesto nacional sale de las cuentas de Pemex
Pemex podr¨¢ desde ahora gestionar sus recursos financieros sin el aval previo del Ministerio de Hacienda, pero la reforma mantiene la puerta cerrada a cualquier tipo de inversi¨®n privada, nacional o extranjera. Este ¨²ltimo punto -que aleja cualquier fantasma de privatizaci¨®n- ha sido vital para que tanto el PRI como el PRD suscriban la iniciativa del Gobierno del PAN.
Pero, a la vez, resucita otro fantasma. El de que, en vez de una reforma energ¨¦tica, la que necesitar¨ªa Pemex para explotar nuevos yacimientos en aguas profundas y modernizar su planta petroqu¨ªmica, se trate s¨®lo de una reforma pol¨ªtica, cocinada por senadores y diputados en vez de por ingenieros y economistas.
Curiosamente, los primeros que han salido a defender en televisiones y peri¨®dicos el calado de las medidas adoptadas son los representantes de la oposici¨®n. El jefe de los senadores del PRD, Carlos Navarrete, dice: "No se trata de una minireforma, es la reforma posible que se pudo construir en el Senado. Y hoy la reforma posible es la mejor para Pemex". Y el senador Manlio Fabio Beltrones, hombre fuerte del PRI, fue a¨²n m¨¢s positivo: "No es una minireforma. Es una gran reforma. Tenemos reforma para los pr¨®ximos 30 a?os".
La explicaci¨®n puede estar en que los partidos pol¨ªticos mexicanos -que no se encuentran en su mejor momento de imagen ante la opini¨®n p¨²blica- han intentado por todos los medios que sus diatribas externas e internas no perjudiquen el acuerdo, tal vez porque saben que si en algo est¨¢n de acuerdo los mexicanos de uno u otro color pol¨ªtico es que "con el petr¨®leo no se juega".
Desde su creaci¨®n a principios del siglo XX, la industria petrolera hab¨ªa estado en manos de empresas brit¨¢nicas y estadounidenses. La nacionalizaci¨®n lleg¨® en 1939, de manos del presidente L¨¢zaro C¨¢rdenas. Desde ese momento, el petr¨®leo se convierte en el s¨ªmbolo m¨¢s evidente del nacionalismo revolucionario y en la soluci¨®n casi m¨¢gica de los problemas de los gobiernos sucesivos del PRI. El oro negro sirve para enfrentar crisis econ¨®micas, conflictos sociales y, sobre todo, se transforma en una herramienta pol¨ªtica muy poderosa para mantener un sistema pol¨ªtico basado en el paternalismo.
El mayor ejemplo lo constituye el sindicato de los trabajadores de Pemex, una organizaci¨®n vertical que se convierte en uno de los m¨¢s ricos y poderosos del mundo. Tal era su poder que hubo una ¨¦poca que, en vez de recibir aportaciones de los trabajadores asociados, les subvencionaba hasta vacaciones. Aunque ese poder fue decayendo, como decayendo fueron unas reservas petrol¨ªferas que ya no dan para m¨¢s de 10 a?os, la prueba de que quien tuvo retuvo es que la actual reforma no se atreve a recortar el poder f¨¢ctico que todav¨ªa ejerce. "El Gobierno no se ha metido con el sindicato", explica el senador Navarrete, del PRD, "porque no quiere golpear el avispero, y el PRI porque son parte de su estructura".
La reforma busca una mayor autonom¨ªa presupuestaria de Pemex, permiti¨¦ndole utilizar hasta 1.300 millones de d¨®lares (mil millones de euros) en los pr¨®ximos cinco a?os, y adem¨¢s otorga a la compa?¨ªa la potestad de gestionar su deuda. Adem¨¢s, y por primera vez, la reforma establece los mecanismos necesarios para que el funcionamiento de la compa?¨ªa sea transparente. A pesar de su trascendencia, la reforma petrolera s¨®lo ha saltado a las primeras planas de los peri¨®dicos cuando ya estaba cocinada. La situaci¨®n de violencia que vive el pa¨ªs y la crisis econ¨®mica mundial han desviado la atenci¨®n, lo que a la vez ha permitido que la discusi¨®n entre los partidos haya transitado por el camino de las coincidencias.
S¨®lo hay un escollo final que superar para el acuerdo. Y se llama Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. El ¨²ltimo candidato del PRD, vencido por Felipe Calder¨®n en un cerrad¨ªsimo recuento que incluy¨® sospechas de fraude, mantiene diferencias con su partido. En las ¨²ltimas horas, mientras la postura oficial del PRD era la de celebrar el acuerdo, L¨®pez Obrador se guardaba la posibilidad de movilizar a sus fieles -los que le siguen considerando el "presidente leg¨ªtimo" de M¨¦xico- para frenar una reforma que, ¨¦l s¨ª, considera privatizadora.
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