'Curator sfumato'
Qu¨¦ arte, qu¨¦ hacer con ese arte y para qu¨¦ p¨²blico(s). ?sta es la completa formulaci¨®n del problema en la actualidad de las bienales. A pesar de las energ¨ªas volcadas en la teor¨ªa cr¨ªtica y las pr¨¢cticas art¨ªsticas, todas ellas no han podido esquivar el poderoso horizonte del mercado, de tal forma que hoy todo gran evento planetario est¨¢ pr¨¢cticamente condenado desde su nacimiento a caer en la ¨®rbita del simulacro perfecto del llamado sistema art¨ªstico, para el cual un rothko tiene el mismo valor que un jeff koons o un hans haacke.
Y sin embargo, existe todav¨ªa la impresi¨®n de que una exposici¨®n genuinamente cr¨ªtica es algo que tendr¨¢ que reconocerse cada vez m¨¢s. La 28? Bienal de S?o Paulo, con su culto a lo indeterminado y ef¨ªmero, a la inmediatez y a la penumbra de la experiencia, parece querer guardar una relaci¨®n ¨ªntima con alg¨²n lejano futuro del arte que todav¨ªa no estamos en condiciones de anticipar. Caso de sobrevivir dentro de la infraestructura medi¨¢tica que generan estos eventos, esta misma supervivencia tiene que convertirse en un problema y en una soluci¨®n a la vez. Sin grandes nombres, sin supercomisarios ni formulaciones te¨®ricas m¨¢s o menos cr¨ªpticas, esta bienal semiperif¨¦rica plantea a priori la necesidad de la experiencia directa con la obra art¨ªstica dentro del campo de fuerza de su pasado como evento privilegiado con m¨¢s de medio siglo de vida. Se trata de una terapia que borra la crisis y demanda a la vez un p¨²blico emancipado y antagonista. La implicaci¨®n de ese p¨²blico bastar¨¢ para reconstruir la posici¨®n del autor / comisario dispuesto a abordar la ¨²nica iron¨ªa plausible en el mundo del arte hoy: la de aquel que rastrea los confines del arte cuando en realidad lo que persigue simplemente es su propia desaparici¨®n.
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