La farsa de la boda

Las bodas ama?adas est¨¢n a la orden del d¨ªa. Para los inmigrantes, es un medio eficaz de lograr los ansiados papeles. Se trata de sumar voluntades: la del extranjero dispuesto a pagar por ser legal y la del aut¨®ctono capaz de ir al altar para embolsarse unos euros. Pero la trama que ahora ha destapado el Cuerpo Nacional de Polic¨ªa tiene m¨¢s de pel¨ªcula de enredos que de otra cosa.

Tres espa?olas que viajaron a India para casarse -por la Iglesia cat¨®lica- con tres muchachos indios han acabado detenidas. Y sin cobrar el dinero que les hab¨ªan prometido.

Todo empez¨® en junio del a?o pasado. Asunci¨®n S. R., de 39 a?os, viaj¨® a la India para casarse con Gussewak S., un muchacho de 23 a?os al que, obviamente, no conoc¨ªa de nada. Al margen de que tuviera que meterse m¨¢s de 10.000 kil¨®metros entre pecho y espalda, la cosa era sencilla: Asunci¨®n deb¨ªa casarse y regresar con Gussewak a Espa?a, donde dar¨ªan validez al enlace. A cambio de ello, iba a recibir 2.000 euros.

Asunci¨®n olvid¨® un peque?o detalle: ya estaba casada en Espa?a

Pero Asunci¨®n olvid¨® un detalle sin importancia: que ya estaba casada en Espa?a. De modo que, cuando trat¨® de inscribir el matrimonio en el Registro Civil de Barcelona, la juez supo que algo no cuadraba y detect¨® indicios de falsedad documental y usurpaci¨®n de estado civil.

El caso pas¨® a manos de un juzgado de instrucci¨®n de Barcelona, que a su vez lo envi¨® a la Unidad contra las Redes de Inmigraci¨®n y Falsificaci¨®n.

Asunci¨®n fue citada a declarar y cant¨® como un pajarillo. Admiti¨® que se trataba de un matrimonio de conveniencia que le hab¨ªa sido propuesto por dos vecinas suyas: Encarnaci¨®n Z. y la hija de ¨¦sta, Judith F., que iban a llevarse la mayor parte del bot¨ªn: 5.000 euros.

Para acabar de complicarlo todo, resulta que Encarnaci¨®n y Judith ya se hab¨ªan casado en India, hace a?os, con otros dos ciudadanos indios, que gracias al enlace obtuvieron el permiso de residencia en Espa?a. Como familiares de ciudadanos comunitarios, tienen derecho a ello. Lo malo es que lo han logrado a trav¨¦s de una estafa. Pero como estos dos hombres desaparecieron del mapa en cuanto lograron sus papeles, resulta muy improbable que la polic¨ªa d¨¦ con ellos. Y m¨¢s a¨²n que se les retiren los derechos.

Madre e hija no lograron cobrar los (en su caso) 3.000 euros que les hab¨ªa prometido el intermediario, un tal Roky que muri¨® antes de pagar. Ambas intentaron, entonces, llevar el negocio por su cuenta y convencieron a su vecina Asunci¨®n.

El pasado jueves fueron detenidas. Las tres han sido acusadas de los delitos de favorecimiento de la inmigraci¨®n ilegal, falsificaci¨®n de documentos y matrimonio ilegal.