El Congreso aplica de forma laxa y opaca las compatibilidades

El Pleno del Congreso aprobar¨¢ antes de 2009 un nuevo dictamen de la Comisi¨®n del Estatuto del Diputado declarando compatibles las actividades privadas de un buen n¨²mero de parlamentarios. En ese informe se incluir¨¢n a los 67 a los que se han pedido aclaraciones y a los que desde su ¨²ltimo informe han pedido permiso para otras actividades.

Todos los informes son secretos, ni siquiera se detallan en el Pleno en el momento de votar, no figuran en el Diario de Sesiones y se votan a puerta cerrada. Es decir, los diputados aprueban a ciegas en el pleno el dictamen reservado que les llega de la Comisi¨®n. Si ¨¦sta tuviera dudas se limitar¨ªa a pedir al diputado en cuesti¨®n que optara entre el esca?o y la actividad. Sin embargo, la Comisi¨®n no tiene capacidad de investigaci¨®n y debe aceptar lo que alega el diputado y, adem¨¢s, la pr¨¢ctica parlamentaria ha sido la de una aplicaci¨®n laxa de la Ley Electoral. La barrera es que no se perciban otros ingresos de la Administraci¨®n.

La ley Electoral habla dos veces de "dedicaci¨®n absoluta", pero permite actividades privadas, con autorizaci¨®n previa. Establece un cat¨¢logo de actividades prohibidas, tan gen¨¦ricas como "asesoramiento ante organismos p¨²blicos". No obstante, el Congreso ha admitido reiteradamente la pr¨¢ctica de la asesor¨ªa fiscal, a pesar de podr¨ªa entenderse que esa funci¨®n entra en esa prohibici¨®n.