McCain lucha para evitar la cat¨¢strofe
La actividad electoral de Sarah Palin oscurece la campa?a del senador republicano
Ver a John McCain hacer campa?a en Carolina del Norte, el Estado con mayor poblaci¨®n militar del pa¨ªs y un reducto conservador que ha votado por un republicano en las ¨²ltimas siete elecciones presidenciales, es todo un indicador de la desesperaci¨®n con la que el senador por Arizona pelea en estos ¨²ltimos d¨ªas en busca de un milagro o, al menos, de evitar una cat¨¢strofe en la noche electoral.
"Estamos unos puntos por debajo en las encuestas y los analistas ya nos dan por perdidos. Pero hemos estado antes en esa situaci¨®n y podemos ganar. Ellos [los dem¨®cratas] ya est¨¢n haciendo planes para gastar dinero desde el Gobierno. Yo prefiero esperar a que las urnas hablen. Y voy a luchar hasta el ¨²ltimo momento. Soy un luchador, s¨¦ luchar, he luchado por este pa¨ªs desde los 17 a?os y estoy dispuesto a seguir luchando", dec¨ªa en la noche del martes McCain a unos 3.000 seguidores en la ciudad de Fayetteville.
El protagonismo de su compa?era de cartel irrita al candidato
Lo dec¨ªa con la mayor convicci¨®n de que es capaz un hombre que, a sus 72 a?os, ve escaparse la ¨²ltima oportunidad de ser presidente. Pero su lenguaje corporal y el forzado entusiasmo de su audiencia delataban el pesimismo reinante. Hemos visto a muchos John McCain en esta campa?a. Hemos visto al simp¨¢tico comunicador y al emocionante patriota. Incluso hemos visto su lado irascible cuando se resist¨ªa a aceptar que las cosas le iban mal. Pero en Fayetteville y en otros actos estos d¨ªas se ha visto a un McCain desconocido, a un McCain abatido, resignado, incapaz apenas de levantar la voz a lo largo de un discurso que se le hace interminable, como la propia campa?a.
No es para menos. "Necesitamos ganar Carolina del Norte", les recordaba a los votantes de este Estado. Sin una victoria aqu¨ª, la derrota de McCain podr¨ªa acabar siendo de las que hacen ¨¦poca. Pero es que tambi¨¦n tiene que ganar en la vecina Virginia, en Florida, Ohio, Iowa, Indiana, Nevada y Colorado, Estados todos ellos que George W. Bush gan¨® en 2004. Y ni siquiera una victoria en todos esos lugares, donde Barack Obama est¨¢ actualmente con ventaja en las encuestas, le garantizar¨ªa al candidato republicano los 270 votos del colegio electoral que le dar¨ªan la presidencia.
Es una empresa tit¨¢nica. Sobre todo si se tiene en cuenta que McCain tiene que abordarla pr¨¢cticamente solo. En Fayetteville, el senador estaba escoltado por dos de sus mejores amigos republicanos, el tambi¨¦n senador Lindsay Graham y el ex gobernador de Pensilvania Tom Ridge. No estaba Sarah Palin, que empieza a correr por su cuenta.
La candidata a la vicepresidencia pronunci¨® ayer un discurso sobre energ¨ªa que consigui¨® oscurecer en los medios de comunicaci¨®n toda la jornada de la campa?a de McCain. La prensa recoge ya abiertamente testimonios de pol¨ªticos conservadores que confiesan estar preparando la candidatura de Palin para 2012.
Ha trascendido la irritaci¨®n del propio McCain con esta situaci¨®n, y fuentes cercanas al senador reconocen que su entusiasmo por la gobernadora de Alaska se ha reducido considerablemente, aunque no llegan a admitir que la compa?era de ticket est¨¦ actuando de forma desleal.
Con todo, la peor noticia para la candidatura republicana es que, a seis d¨ªas de la votaci¨®n, McCain se ha quedado sin mensaje. A fuerza de pasar de unos a otros, ya no se sabe si da prioridad a los problemas econ¨®micos o a los de la seguridad nacional. Aunque es evidente que es en este ¨²ltimo campo en el que se mueve con m¨¢s comodidad y en el que m¨¢s tiene que decir.
"Barack Obama tiene algunas cualidades, pero la gran duda es si ser¨¢ capaz de defender apropiadamente a esta naci¨®n de Osama Bin Laden, Al Qaeda y los otros peligros que la acechan", declar¨® ayer McCain en Tampa (Florida).
Este ¨¢ngulo de la inexperiencia de Obama es el m¨¢s vulnerable del candidato dem¨®crata y, probablemente, el que su rival no debiera haber dejado de atacar. Pero despu¨¦s de haber elegido a Palin -mucho m¨¢s inexperta que Obama en la materia- y despu¨¦s de haber lanzado sobre el candidato dem¨®crata toda clase de descalificaciones, como la de ser amigo de terroristas, lo cierto es que las palabras de McCain han perdido valor entre los votantes centristas y moderados que, como en todos los pa¨ªses, deciden aqu¨ª las elecciones.
Queda a¨²n una peque?a bolsa de indecisos -entre el 5% y el 10%, seg¨²n los Estados-. A ellos intentar¨¢ apelar McCain estos d¨ªas con el ¨²nico argumento que ya tiene a mano, el argumento del miedo. "Obama est¨¢ m¨¢s interesado en el control de la econom¨ªa que en el crecimiento de la econom¨ªa", advert¨ªa en Fayetteville. Muy poco, muy tarde y con muy poca credibilidad.
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