Lo m¨¢s urgente, impedir la recesi¨®n
Los dem¨®cratas ultiman un paquete de ayudas para el sector del autom¨®vil
La guerra de Irak o el avispero afgano figuran en su agenda, pero el objetivo fundamental del presidente electo de EE UU, Barack Obama, la prioridad, es impedir que la crisis financiera cause una recesi¨®n como la que hace 79 a?os hundi¨® la Bolsa, quebr¨® negocios en cadena y dej¨® a millones de estadounidenses sin trabajo ni fortuna.
"Cuando aquello ocurri¨®, hab¨ªa que hacer cola para conseguir una ventana de hotel por donde arrojarse", escribi¨® el humorista Will Rogers. La primera aparici¨®n p¨²blica del ganador del martes ser¨¢ hoy, en una reuni¨®n con asesores econ¨®micos. Todo gira en torno a una crisis contagiosa, que sacude sector tras sector: la presidenta del Congreso, la dem¨®crata Nancy Pelosi, se reun¨ªa ayer con directivos y sindicalistas de General Motors, Ford y Chrysler, los grandes de Detroit, para escuchar sus peticiones y lamentos. Las ventas de autom¨®viles cayeron en picado, un 45% en el caso de GM, y peligran miles de empleos en una naci¨®n encomendada al senador afroamericano que el martes hizo historia.
Obama no ha confirmado a¨²n si ir¨¢ a la cumbre del G-20 en Washington
Las generales ampliaron la mayor¨ªa dem¨®crata en la C¨¢mara de Representantes y el Senado, fundamental para una movilizaci¨®n parlamentaria en ayuda de Obama, que promover¨¢ la aprobaci¨®n de medidas de acompa?amiento del masivo plan de rescate aprobado el pasado octubre por el Congreso: 700.000 millones de d¨®lares (cerca de medio bill¨®n de euros) contra la crisis de las hipotecas basura. A partir de su investidura, el 20 de enero, el nuevo presidente acometer¨¢ la situaci¨®n legada por la Administraci¨®n del republicano George W. Bush: el aumento del paro y del embargo de viviendas a morosos, la contracci¨®n del consumo privado, motor de la econom¨ªa estadounidense, la escasez del cr¨¦dito, concedido con elevados tipos de inter¨¦s. La mayor¨ªa de los economistas considera improbable una recesi¨®n como la de 1929, pero algunos de los ingredientes batidos por la actual crisis financiera recuerdan a los manejados entonces.
Obama hereda una econom¨ªa con la contracci¨®n manufacturera m¨¢s grave desde hace un cuarto de siglo y una gran p¨¦rdida de confianza. La econom¨ªa es el principal problema de Estados Unidos para 6 de cada 10 votantes en las elecciones del martes, seg¨²n una encuesta de la agencia Associated Press. Y probablemente tambi¨¦n para buena parte del mundo. La cumbre del G-20 se reunir¨¢ en Washington los pr¨®ximos d¨ªas 14 y 15, y abordar¨¢ el origen de una crisis financiera atribuida por muchos a la ausencia en Wall Street de un eficaz marco regulador, que castig¨® duramente a los mercados globales.
La cumbre entre pa¨ªses desarrollados y otros en v¨ªas de desarrollo abordar¨¢ la eventual refundaci¨®n de los mecanismos de regulaci¨®n financiera en el mundo. El equipo de Obama no se ha pronunciado todav¨ªa sobre la eventual presencia del presidente electo en una reuni¨®n que ha sido convocada por Bush, y que se desarrollar¨¢ con su Administraci¨®n todav¨ªa al mando del pa¨ªs.
No obstante, los consorcios m¨¢s poderosos se acercan a las nuevas autoridades y la congresista Nancy Pelosi es una de ellas. Las grandes casas de Detroit reclaman la asistencia arbitrada hace un mes por el Congreso en el sector bancario para estimular los pr¨¦stamos y el consumo. Los dem¨®cratas, coordinados con Obama y la Casa Blanca, ponderan la aprobaci¨®n de un primer paquete de 50.000 millones de d¨®lares en pr¨¦stamos y un segundo de 25.000 millones para sostener las f¨¢bricas automovil¨ªsticas. Las ventas de Ford cayeron un 30% a lo largo de un a?o y las de Toyota el 23%. Decenas de miles de trabajadores en sus concesionarios o cadenas de montaje temen perder su puesto.
Los estadounidenses sufren las incertidumbres, o las consecuencias, de la crisis, presente en la merma de ingresos familiares o en la abrupta devaluaci¨®n de ahorros y propiedades. Necesariamente, las pol¨ªticas econ¨®micas de la Administraci¨®n saliente deber¨¢n coordinarse con las de la entrante, con el secretario del Tesoro, Henry Paulson, como principal interlocutor de Obama, tal como apunt¨® Bush en una alocuci¨®n ante funcionarios adscritos a la presidencia del Gobierno: "Afrontamos tales desaf¨ªos econ¨®micos que el nuevo presidente no tendr¨¢ tiempo para una pausa".
El reto asumido por el senador por Illinois no es menor, pues algunas de sus ofertas electorales obligan al encaje de bolillos: deber¨¢ conjugar los prometidos alivios fiscales con un mayor gasto p¨²blico en un marco recesivo, seg¨²n advierten los analistas. Sin remontarse a la Gran Depresi¨®n, las actuales turbulencia recuerdan las de los a?os setenta. "Llevar¨¢ un poco de tiempo" comprobar si los 700.000 millones del salvamento funcionan, seg¨²n subray¨® Henry Paulson.
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