Entre la desaceleraci¨®n y la depresi¨®n
Tras varios trimestres de desaceleraci¨®n econ¨®mica, es decir, de obtener tasas trimestrales de crecimiento del PIB m¨¢s moderadas, nos enfrentamos a la recesi¨®n con un primer dato negativo para el tercer trimestre del a?o (conceptualmente recesi¨®n es obtener dos o m¨¢s trimestres con tasas trimestrales del PIB negativas). Esta realidad hay que aceptarla sin dramatismos pero actuando para evitar caer en la depresi¨®n que en t¨¦rminos econ¨®micos significa evitar que la situaci¨®n de recesi¨®n se prolongue durante un perioTdo largo (m¨¢s de cuatro trimestres).
Las bases para solucionar la crisis financiera internacional est¨¢n puestas, aunque todav¨ªa llevar¨¢ un tiempo poner en marcha las medidas acordadas en el seno de la Uni¨®n Europea y de Estados Unidos. Por tanto, tardar¨¢n en notarse todos los efectos sobre la inyecci¨®n de liquidez al sistema financiero, no s¨®lo en lo referente a la masa monetaria, sino en el funcionamiento de los mercados interbancarios y su transmisi¨®n a la econom¨ªa real.
Hay que evitar que la probable recesi¨®n se alargue m¨¢s de cuatro trimestres y se convierta en depresi¨®n
Muchas de las variables que incidieron negativamente en la crisis internacional se est¨¢n reconduciendo a niveles m¨¢s favorables. Los tipos de inter¨¦s se mueven a la baja. Tanto los tipos de intervenci¨®n de los bancos centrales como los tipos de los mercados interbancarios y de referencia para los mercados hipotecarios (Eur¨ªbor). Los precios de las materias primas y especialmente el del crudo del petr¨®leo, se han moderado notablemente, eliminando las presiones alcistas sobre la inflaci¨®n. Las expectativas de inflaci¨®n de las instituciones y analistas se mueven a la baja.
En estas circunstancias, aunque sin perder de vista todo lo acontecido, ?qu¨¦ contin¨²a fallando? Y sobre todo, ?qu¨¦ se puede hacer para encaminarse a la recuperaci¨®n econ¨®mica?
En el corto plazo es una cuesti¨®n de confianza. La de los ciudadanos en sus ahorros se ha restablecido y se est¨¢n tomando medidas que aliviar¨¢n los efectos de la crisis en algunas familias.
Pero no es suficiente, hay que recuperar la confianza de los empresarios e inversores, facilitando la disponibilidad y precio de los recursos financieros que todav¨ªa no terminan de fluir a las empresas y las familias.
En cuanto a la crisis de crecimiento en Espa?a tenemos problemas comunes con el resto de los pa¨ªses industrializados, pero tambi¨¦n problemas espec¨ªficos que deben ser corregidos. El principal, una vez que las expectativas de inflaci¨®n mejoran, es el de la falta de competitividad de nuestros productos lo que afecta tanto a nuestras exportaciones como a la competencia de los productos espa?oles en el mercado interior y provoca destrucci¨®n de empleo. La ¨²nica forma de corregirlo es reduciendo costes de producci¨®n y mejorando la calidad de nuestros productos. Para ello las medidas de pol¨ªtica econ¨®mica, especialmente presupuestaria, tendr¨ªa que ayudar a la reducci¨®n de costes e incentivar la inversi¨®n no s¨®lo p¨²blica (infraestructuras e I+D+I) sino la inversi¨®n privada de las empresas.
Cuando la pol¨ªtica monetaria y cambiaria est¨¢ en manos de instituciones europeas, al Gobierno s¨®lo le quedan las medidas de pol¨ªtica presupuestaria tanto con pol¨ªticas de gasto como de ingresos (pol¨ªtica fiscal). Aunque en momentos bajos del ciclo econ¨®mico la prioridad no tiene que centrarse en la estabilidad presupuestaria, las pol¨ªticas de gasto tienen que ser cuidadosas y dirigirse a objetivos que ayuden a salir de la crisis. Los estabilizadores autom¨¢ticos funcionan ayudando a trav¨¦s de las remuneraciones a los parados y otros gastos comprometidos como las pensiones ayudan al mantenimiento de las rentas m¨¢s bajas. Pero las administraciones p¨²blicas, que no s¨®lo el Estado sino tambi¨¦n las administraciones auton¨®micas y locales, deben controlar y reducir los gastos corrientes para dedicar los recursos escasos a impulsar la producci¨®n y la inversi¨®n.
Desde la pol¨ªtica fiscal existen herramientas para ayudar a las empresas a reducir sus costes sin que su ¨²nica salida en el corto plazo sea la de reducir sus plantillas. Siguiendo las pautas de la Uni¨®n Europea se podr¨ªa reducir m¨¢s el tipo de los impuestos directos que gravan a los ciudadanos y las empresas, aunque se compensase con un aumento del tipo del IVA que grava directamente el consumo. En la Uni¨®n Europea la media del tipo del Impuesto de Sociedades es el 23,6 (en Espa?a 30%). Por el contrario, el IVA es m¨¢s bajo en Espa?a y tendr¨¢ que tender a aumentar. Otra v¨ªa de reducir costes es la reducci¨®n de las cotizaciones sociales a cargo de los empresarios (30,15% en Espa?a y 24,2% en la media de la Uni¨®n Europea y 19,7% en Alemania).
Como ya he comentado, la crisis es en general una crisis de confianza, pero en Espa?a se caracteriza por ser una crisis de competitividad. Si queremos sacar algo bueno de esta situaci¨®n, hay que aprovechar el momento para hacer el ajuste de la econom¨ªa espa?ola, hacerla m¨¢s competitiva y estar preparados con condiciones m¨¢s favorables para cuando comience la nueva etapa expansiva. Pero si las previsiones de las instituciones internacionales y los analistas son acertadas no hay mucho tiempo y en 2010 habr¨ªa que estar preparados para competir en el mercado interior y especialmente en el mercado exterior, intentando convertir a las exportaciones en el nuevo motor de crecimiento.
Carmen Alcaide es economista y ex presidenta del INE.
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